La “Hasbará” inconsistente

El “Paradigma Rahola”

Los seguidores de la señora Pilar Rahola se han dedicado a llenar de insultos nuestra casilla de e-mail , reacción provocada por las críticas vertidas por Abi Ben Shlomó y quien escribe. En lo que respecta a Ben Shlomó, su texto fue considerado insultante hacia Rahola quien, por cierto, se contactó con Nueva Sión y nos comprometimos a darle su espacio de respuesta que aparece en esta edición y que está en la web desde que nos lo hiciera llegar a la redacción. No pretendemos hacer de esto una cuestión de marketing, pero es necesario aclarar algunos puntos porque se produjo un interesante ida y vuelta de correspondencia entre Rahola y quien suscribe que motivó gran parte del espíritu de esta edición dedicada, fundamentalmente, a conocer otras posiciones frente al avance del antisemitismo, el antisionismo y la demonización de Israel.

Por Guillermo Lipis

Primer acto

La señora Rahola, luego de leer la opinión crítica de Ben Shlomó solicitó replicarla y, sin dudar, su texto fue subido a la web informándosele que también sería publicado en la edición papel del mes de marzo.
Le hago saber a Rahola que “nuestra página está abierta al debate y las opiniones divergentes. Lo que no aceptamos es el discurso monolítico, acrítico contra o a favor de Israel y, probablemente, confundiendo Estado con Gobierno…. desde Nueva Sión defendemos al Estado de Israel, pero ejercemos una férrea crítica al gobierno de derecha de Sharón. Y muchas críticas, a pesar de su intensa prédica, son el resultado de una aplicación bárbara de las políticas opresivas de los gobiernos de derecha que condujeron Israel”.
“Una estrategia de propaganda y esclarecimiento es consecuencia de una política y no al revés. Nunca una campaña puede ir a contramano de lo que Israel, en este caso, haga en verdad. Y es allí donde, lamentablemente, se mezcla el Gobierno con la política de Estado… Habría que recordar que con la política de Sharón murió más gente que en los procesos de paz iniciados por la izquierda, habría que recordar que Sharón no cumplió con su palabra de llevar paz a la región (a pesar de que está claro que no sólo depende de él) y preguntarse, por ejemplo, si es legítimo que el llamado ‘Muro de Defensa’ penetre hasta 20 kilómetros en la Línea Verde”.

Para que la señora Rahola pueda tener la posibilidad de expresar sus ideas y postulados, le ofrecimos que lo haga a través de una entrevista. Como editor de Nueva Sión tengo el derecho de decidir qué y cómo publicar, y acuerdo con la señora Rahola en que nuestros lectores tienen el derecho de conocer sus opiniones. Pero somos nosotros quienes decidimos bajo qué formato periodístico. Así que le propuse realizar unas conversaciones que terminarían tomando forma de reportaje en el que expresaría sus ideas, pero con la ventaja -para nosotros- que su discurso podría ser interrumpido con las repreguntas oportunas.

Segundo acto

El 11 de enero, la señora Rahola responde:
“Respecto a la entrevista, estaré encantada con ello. En febrero tengo previstos dos viajes, uno al Congreso sobre Antisemitismo que se hará en Bruselas, congreso muy relevante (N. de la R.: al que finalmente Rahola no concurrió ni figuró entre los disertantes) y otro viaje a Costa Rica… en cualquier caso estaré operativa a través del correo electrónico. Reciba mi agradecimiento por su profesionalidad y también mis felicitaciones por su web que (críticas contra mí al margen) me ha parecido muy completa e interesante”.

Tercer acto

En una respuesta al señor Isaac Levy, uno de los internautas españoles enojados y estupefactos con la posición de Nueva Sión, manifesté que el problema era porque estamos en nuestro derecho de considerar que “la señora Rahola hace una defensa acrítica de Israel… lamentablemente creemos que gran parte del problema con la izquierda europea está teñido de la política de Sharón. Pero si no es así, que también puede ser -le afirmé al señor Levy- hay que limpiar el campo y dejar en claro cuál es el verdadero problema. Ese es el desafío que, por su acriticidad, Rahola -a pesar de sus seguras e ineludibles buenas intenciones- no puede resolver en sus escritos y discursos”.
Este e-mail fue re-enviado por el señor Levy a la señora Rahola.

Cuarto acto

Luego de que el señor Levy re-enviara el e-mail a la señora Rahola, ésta cambió drásticamente de opinión: “No puedo concederle la entrevista -dijo Rahola sólo dos días más tarde- porque no puedo aceptar su actitud, que la puedo entender y respetar pero no tengo por qué aceptarla… su posición es interior, de judío crítico y de izquierdas… La mía es exterior, y como tal no voy a permitir que me hagan entrar en las muchas batallas interiores del judaísmo, debate del sionismo incluído”.
“No puedo aceptar que un medio de comunicación de izquierdas se niegue a publicar un artículo de reflexión porque está en contra de las tesis mayoritarias de su diario”.

Error de la señora Rahola.
Por política de decisión editorial:
1-No estamos dispuestos a tomar artículos publicados por los medios de derecha comunitaria que, tanto ellos como ciertos sectores del público de las comunidades judías, los visualizan como una defensa -a nuestro juicio- bien intencionada pero errónea en algunas posiciones que confunden políticas de Gobierno con políticas de Estado.

2-Es muy probable la señora Rahola no sea estrictamente responsable de ello, pero entendemos que éste público cautivo decanta de la percepción que construyen de sus textos y discursos, los que terminan apareciendo, ideológicamente, más ligados a la derecha que al progresismo israelí.
El mejor ejemplo que encontramos de ello es la reproducción de la entrevista realizada a Rahola por Mark Tobías en la página del dirigente del Likud Bibi Netanyahu y las reservas que provocaron, en varios intelectuales israelíes, las conferencias que Rahola diera en Israel hacia fines del año pasado.
Por un insólito temor a represalias, estos intelectuales y académicos israelíes pidieron que mantuviéramos una preservación de fuentes. Bajo estas condiciones de confidencialidad, sus declaraciones a Nueva Sión fueron contundentes: “este tipo de defensa del sionismo y del Estado de Israel sirve poco para el progreso del proceso de paz en el Medio Oriente porque refuerza la actitud de que nosotros somos los santos inocentes y toda la culpa la tiene el otro bando. Una cosa es luchar contra el antisemitismo y defender el derecho de Israel a vivir en paz y seguridad, y otra cosa catalogar a cada posición que critica la política de gobierno israelí como antisemita porque, de sostener esta posición, se le da a Sharón luz verde para continuar con su política agresiva que poco contribuye al proceso de paz de la región”.
“No muchos intelectuales europeos -finalizan- llegan a Israel en estos días, y es lamentable; pero esto no significa que cualquiera que llegue deba ser recibido con elogios y una aceptación total de sus argumentos”.

3-Sabemos que hay una activación de acciones antisemitas, anti sionistas y anti israelíes, principalmente en Europa. Sabemos que debemos reclamar al pueblo y Gobierno palestino -si es que verdaderamente desean la paz- reciprocidad en acciones que tiendan a ella y que actúen en consecuencia; y también sabemos que tenemos que separar la paja del trigo. Es decir, no ‘regalar’ argumentos para que critiquen al Estado de Israel, por ejemplo, por la penetración del llamado ‘Muro de Defensa’ más allá de la Línea Verde (en algunos casos hasta 20 kilómetros en los territorios ocupados).
El ‘Muro de Defensa’ no es indefendible por su construcción en sí misma sino por la invasión territorial en algunos sectores de su trazado.
Por acciones de gobierno como esta, que termina resultando una política de Estado, es que la defensa de Israel no puede ser acrítica, y se hace necesario separar las acciones de Gobierno de las diferentes propuestas de los distintos sectores de la sociedad y la política israelí que, como en las comunidades diaspóricas, no es monolítica. Hay múltiples expresiones, Nueva Sión es una de ellas como uno de los voceros del progresismo y un sector de la izquierda israelí, y tenemos el derecho a ejercer nuestra responsabilidad editorial sobre nuestro medio. Pero repito, esto no significa que la señora Rahola no tenga espacio para expresar sus ideas, sino que va a tenerlo de acuerdo a como nosotros lo propongamos. Lamentablemente, la señora Rahola no aceptó la entrevista acusando a Nueva Sión de ser un medio ideologizado.
Pilar Rahola, en su mail enviado el 14 de enero -en el que rechaza la entrevista- afirma que la dirección de Nueva Sión es ideológica. Y, sí, efectivamente Nueva Sión es un periódico ideológico desde hace 55 años y adopta, en consecuencia, posiciones ideológicas acordes. Por eso ahondamos en el por qué o el para qué, porque ahí está la interpretación de lo dichos de un entrevistado. Podemos no estar de acuerdo con Rahola en muchas cosas, y en otras coincidir, pero las formas no resultan menores a la hora de intercambiar ideas y debatir. Rahola diserta sin interrupciones, hace uso monopólico de la palabra, hipnotiza a sus escuchas, escribe columnas donde opina acerca de los temas de su interés, pero no aceptó nuestra entrevista (que, seguramente, no sería reproducida por la página del derechista Netanyahu).

El “Paradigma Rahola”

La experiencia de lo sucedido con la señora Pilar Rahola es un paradigma interesante para tratar de entender qué clase de defensas -en temas de propaganda política- está construyendo (aunque sea por omisión o por dejar hacer) la ‘hasbará’ (esclarecimiento) del Estado de Israel.
El “Paradigma Rahola” no es la señora Pilar Rahola en sí misma sino un mecanismo de trabajo de esclarecimiento que parece haber aparecido mágica y espontáneamente, sin estrategias formales; una forma que, tal vez, se reproduzca y habrá que estar atentos para ver qué clase de elementos de ‘hasbará’ continuamos construyendo producto de lo inorgánico de acciones individuales (páginas de Internet, grupos corporativos como Honestig Report o Prensa Veraz, etc). La clave del fracaso, en todo caso, sigue siendo que nadie, orgánicamente, lleva adelante una estrategia y nadie sabe qué decir, por qué ni para qué.
En el fondo sigue sin haber una adecuada estrategia de Estado, no de Gobierno, no partidista, no estrictamente de las comunidades judías alrededor del mundo o cultural.
Ese es uno de los principales problemas que afronta Israel, el judaísmo y sus distintas vertientes a la hora de mostrarse y exponerse internacionalmente. Y se nota.