Homenaje a Itzjak Rabin en Tzavta Centro Comunitario

“Brújula de la paz”

Bajo el lema “Por la paz en Medio Oriente”, Meretz Argentina, Tzavta y el movimiento juvenil Hashomer Hatzair homenajearon, a 8 años de su asesinato, al entonces Primer Ministro de Israel, y Premio Nóbel de la Paz, Itzjak Rabin. Las Madres de Plaza de Mayo, el Embajador de Israel en Argentina -Beniamín Orón-, Drori Ganiel -en representación de la Agencia Judía- y el Vicecanciller de la Argentina Jorge Taiana, fueron algunas de las personalidades que concurrieron al acto. Todos acordaron que Rabin fue la máxima expresión de la búsqueda de paz en la región.

Después de encender una vela a la memoria de Rabin, Danny Nakash, el representante de Hashomer Hatzair en Argentina, invocó -en su discurso- el momento en que el fanático israelí, Igal Amir, disparó tres veces contra Rabin en la entonces Plaza de los Reyes, y que hoy lleva su nombre.
“El día que asesinaron a Rabin, estábamos en un colectivo volviendo de la manifestación que se había hecho por la paz y contra de la intolerancia cuando vimos correr gente. En ese momento -señaló Nakash- empezamos escuchar por la radio lo que había sucedido. La gente, en el colectivo, empezó a llorar espontáneamente, entendieron que algo terrible había sucedido: habían asesinado una esperanza de paz”.
“Rabin fue la personificación de algo nuevo. Fue la personificación del nuevo judío opuesto al judío de la diáspora”.
“Rabin -dijo el Embajador Orón a su turno- fue el primer Primer Ministro nacido en Israel con las características de su generación. Era un hombre muy directo, decía lo que pensaba. Como hombre era tímido, introvertido, tenía una gran capacidad de escuchar a los otros, en las reuniones él escuchaba más de los que hablaba y yo creo que en los últimos años sintió el peso de la sociedad y tuvo que tomar decisiones difíciles”.
Orón, además de hablar de Rabin como hombre y político, analizó el mito que se creó de él luego de su muerte: “El mito Rabin existe en un sector de la población de Israel y está ligado a cómo cada uno ve los acuerdos de Oslo. Muchos de nosotros lo consideramos como un gran éxito y otro como un gran fracaso. La historia va a juzgar, y aunque ahora no tengamos perspectiva para sacar conclusiones, no hay dudas que después de su asesinato, Israel ni el Medio Oriente serán lo que fueron antes”.
Luchador desde muy joven, agregó el Vicecanciller Taiana, militar destacado y victorioso a temprana edad, fue una figura impactante en la historia de Israel”.
“Rabin llegó al nivel más elevado de la comprensión del conflicto del Medio Oriente: el saber que, por encima de la fuerza, la única forma de lograr un estado permanente de convivencia, es la paz a la que se llega -básicamente- a través de diálogo y la tolerancia ”.
Ignacio Grinstein, líder de Hashomer Hatzair Argentina afirmó que “el camino de la paz no es un camino fácil, ocho años atrás sentíamos que tocábamos un sueño con las manos: la paz entre palestinos e israelíes; un acuerdo que nos llevaría a la creación de dos estados para dos pueblos”.
“La intolerancia y la falta de respeto por la vida humana fue lo que llevó al extremista Amir a gatillar tres disparos contra Rabin”.
Drori Ganiel, Director del Departamento de Educación de la Agencia Judia, recordó a Rabin como un soldado que luchó toda su vida y murió también como un soldado, pero de la paz.
“Un líder -finalizó Ganiel- tiene en la mano una brújula con el norte bien claro y no una veleta. Rabin nos mostró a dónde ir. Y con esa brújula, todos nosotros, debemos seguir luchando por la paz que él tanto anheló”.