El Sínodo del Vaticano y su visión del Medio Oriente

Las decisiones del Sínodo del Vaticano que concluyera el pasado sábado, luego de dos semanas de sesiones en las que se analizó el lugar de los cristianos en un Medio Oriente mayormente musulmán, despertaron adhesiones palestinas tan entusiastas como críticas por parte del gobierno israelí.

Por Shlomo Slutzky

El Sínodo, en el que participaron los obispos que ejercen funciones en el Medio Oriente y al que se invitó a dos Imanes musulmanes y un rabino judío, expresó su preocupación por el éxodo cristiano de la región, clamando por un acuerdo de «Dos Estados para dos Pueblos» que permitiera las condiciones para detener este éxodo de la región.

Si bien en la conferencia de prensa en la que se resumieran en la ciudad del Vaticano las conclusiones de las dos semanas de deliberaciones se habló del sufrimiento de los israelíes por la situación de inseguridad que enfrentan, el acento estuvo puesto en la crítica a las consecuencias de la ocupación israelí para el pueblo palestino y la necesidad de poner fin a la situación con un acuerdo de paz.

Si bien el Papa y el Sínodo expresaron su preocupación por la falta de libertad de culto para las minorías cristianas en los países de mayoría musulmana, la Autoridad Palestina prefirió poner el acento en su propia reacción frente a la ocupación israelí antes que en el éxodo cristiano de Tierra Santa.

El Dr. Saeb Erekat, Jefe Negociador Palestino, afirmó ayer que “el presidente Abbas expresó que los cristianos de la Tierra Santa son parte integral del pueblo palestino. La inmigración de cristianos desde Palestina daña la identidad nacional y las perspectivas de nuestro futuro Estado”. Erekat agregó que “nos sumamos al Sínodo en su llamado a la comunidad internacional a defender los valores universales de libertad, dignidad y justicia. Hay una responsabilidad moral y legal de la comunidad internacional para de forma efectiva poner un rápido fin a la ilegal ocupación israelí.”

 

Erekat recordó a su vez la visita del Papa meses atrás a Tierra Santa, donde dijo que pudo ver con sus ojos el Muro aislando Belén de Jerusalén, que es el mejor ejemplo para  explicar el porqué nuestros hermanos y hermanas, muchos de ellos cristianos, han sido forzados a buscar una vida digna lejos de los confines de nuestra realidad de muros y ocupación en la Tierra Santa.

La reacción del gobierno israelí no se hizo esperar. «El sínodo fue secuestrado por una mayoría antiisraelí» fue la definición expresada por el vicecanciller israelí Dany Ayalón ante las conclusiones del encuentro católico en el Vaticano, en el que se insta a un acuerdo de dos Estados, una solución contraria a la ideología ultranacionalista del partido de Ayalón (Israel, Nuestra Patria, liderado por el canciller Avigdor Lieberman). Ayalón agregó su decepción manifestando que «este Sínodo importante se ha convertido en un foro para ataques políticos contra Israel como en las mejores tradiciones de la propaganda árabe».

El portavoz de la cancillería israelí, Igal Palmor,  prefirió centrar su atención en el llamado del Sínodo a una mayor libertad de culto para las comunidades cristianas en los países de mayoría musulmana. Palmor señaló que «es absurdo que sea Israel la condenada, dado que es el único país de la región donde a los cristianos les va bien. Según estadísticas que mencionó, frente al continuo éxodo de cristianos de los países con mayoría musulmana, en Israel habitan hoy unos 151.700 cristianos, mientras que en 1999 eran 132.000 y hace dos décadas, 107.000, frente al éxodo de cristianos de los países de mayoría musulmana”.