Gaza

Mueren 3 estadounidenses en ataque palestino

En la primera acción contra una delegación de los Estados Unidos en Gaza -que deja muertos como saldo-, desde el inicio de la Intifada de Al Aqsa, tres ciudadanos estadounidenses fueron asesinados, el pasado miércoles 15 de octubre, cuando una bomba -activada por control remoto- explotó al paso de un convoy de tres vehículos de la embajada norteamericana en Israel. Según fuentes del Departamento de Estado de los Estados Unidos, las tres víctimas eran guardias de seguridad de esa sede diplomática. En una primera reacción política -y preventiva-, Washington recomendó a todos sus ciudadanos que abandonen la Franja de Gaza. La bomba estalló bajo el segundo coche de la delegación en la ruta de Salahadin, en las afueras de Beit Lahia, luego de cruzar el paso fronterizo de Erez, al norte de la franja de Gaza. En el convoy -encabezado por una furgoneta de la policía palestina- viajaba personal diplomático americano que iba a entrevistarse con palestinos candidatos a conseguir una beca Fulbright para estudiar en los Estados Unidos.

Condena de la AP

La Autoridad Palestina (AP) condenó enérgicamente el atentado y su primer ministro, Abu Alá, expresó al secretario de Estado de EEUU, Colin Powell, sus condolencias.
«Condenamos con dureza la explosión del norte de la franja de Gaza», dijo Abu Alá, mientras que Arafat ordenó iniciar una investigación para «encontrar a los autores de este horrible crimen», informó la agencia de noticias palestina Wafa.
Israel, por su parte, acusó a la AP de no hacer nada para luchar contra los grupos armados. «Nadie es inmune al terrorismo palestino, ni si quiera los representantes de los Estados Unidos que luchan por conseguir la paz», declaró un portavoz del primer ministro israelí, Ariel Sharón.

Palestinos detenidos

Las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina (AP) arrestaron a seis palestinos de los Comités de Resistencia Popular, supuestamente implicados en el atentado en el que murieron tres estadounidenses.
Los detenidos son habitantes del norte de la franja de Gaza, tres de ellos del campo de refugiados de Yabalia. Dirigentes de esa organización, fundada tras el comienzo de la Intifada de Al Aqsa hace más de tres años, han informado de que desconocen las razones exactas de los arrestos.
Entretanto, el Ejército israelí continúa con su campaña de arrestos en Cisjordania, donde ha detenido en la localidad de Kalkilia a 18 personas.

Gaza no es Bagdad

Como en Bagdad, el caos se apoderó de la zona. Luego del cierre de la frontera, del lado israelí se agolparon los periodistas y personal de seguridad de la embajada de los Estados Unidos. Del lado palestino, la furgoneta humeaba junto a un cráter producto de la explosión.
«Fue una detonación terrible que se oyó a gran distancia. Los otros dos coches que iban en la delegación dieron la vuelta y regresaron inmediatamente», comentaba un periodista de una radio israelí que había coincidido con los integrantes del convoy en el control de pasaportes y al que casi alcanza la explosión.
Como en Bagdad, el ataque requirió de cierta sofisticación: un explosivo muy potente y tecnología para activarlo a distancia. También fue necesaria información para repetir un ataque que ya se intentó sin éxito en la misma carretera de Salahadin hace tres meses.
«Convoyes de este tipo pasan casi a diario por Erez hacia el interior de Gaza», comentó Dal, un soldado israelí destinado en Erez.
Como en Bagdad, los muertos fueron evacuados en ambulancias bajo grandes medidas de seguridad. Como en Bagdad, dos helicópteros Apache sobrevolaron permanentemente la zona del atentado. Como en Bagdad, la población no trató demasiado bien a los estadounidenses en el escenario del ataque: jóvenes de Yabalia apedrearon a los investigadores israelíes y americanos.
Pero por mucho que haya quien se empeñe, Erez no es el aeropuerto de Bagdad ni Beit Lahia está en el triángulo suní.
«Estoy convencido de que la mayoría de los palestinos rechazan este ataque», dijo el rector de la universidad Al Azhar de Gaza, donde estudian algunos de los jóvenes postulantes a las becas propuestas.
A pesar de todo, debe quedar en claro que Gaza no es Bagdad.