En la noche del pasado domingo 3 de agosto, tuvo lugar un ataque armado en Jerusalem, en el que resultaron heridos cuatro israelíes. La acción fue reivindicada por el grupo terrorista de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa.
A través de un comunicado, el grupo sostuvo que una unidad de sus brigadas “tendió una emboscada a colonos sionistas cerca del pueblo de Uallajay. Al paso de su vehículo, nuestros combatientes lo ametrallaron, alcanzando a varios de ellos”.
El grupo anunció, a su vez, que “continuarán las operaciones de resistencia”.
Como consecuencia del ataque, una israelí y sus tres hijos resultaron heridos. El automóvil en que viajaban circulaba por el sur de Jeruslaem, cuando fue blanco de los disparos. Poco después refuerzos del ejército acudieron a la zona y cerraron la ruta donde tuvo lugar el ataque, en las proximidades de la ciudad de Belén, única ciudad que permanece bajo control de la AP en Cisjordania.
En otro suceso, la policía israelí dio muerte a un palestino que se había estrellado con su camioneta contra un puesto de control, en el cruce de A-Ram.
