Según el artículo, escrito por el periodista Seymour Hersh, Bush y otros dirigentes republicanos califican al mandatario iraní Mahmoud Ahmadineyad como un potencial Adolfo Hitler.
En marzo de este año la Casa Blanca relanzó su controversial doctrina de ataques preventivos, según la cual se atribuye el derecho a bombardear e invadir un país, sin que Estados Unidos sea previamente agredido.
El concepto apareció reactivado en la nueva versión de la Estrategia de Seguridad Nacional, documento que identifica a Teherán como su principal adversario.
“No afrontamos ningún desafío mayor que el de un solo país, Irán”, indicó el texto de 48 páginas, presentado por el consejero de Seguridad Nacional, Stephen Hadley.
Según la estrategia, y tras el alegado principio de autodefensa, Washington no descarta el empleo de la fuerza antes de que ocurran ataques contra territorio estadounidense, incluso aunque existan dudas sobre la presunta agresión del adversario.
Al asumir su segundo mandato en enero de 2005, Bush anunció que su gran meta sería extender la libertad y la democracia en el mundo y poner fin a las tiranías en el mundo, según sus posiciones y mirada del mundo, claro.
En una reciente entrevista, el destacado politólogo norteamericano James Petras vaticinó una contundente derrota de Estados Unidos en Irán, si Washington se atreve a agredir a ese país como hizo con Irak en marzo de 2003.
“Irán va a ser el enterrador del imperialismo… no hay duda en eso, no estoy exagerando, no tienen condiciones para controlar esa nación, ni limitar las consecuencias de un acto de este tipo”, afirmó Petras.