Aparecido en ‘La Vanguardia’ -24 de febrero de 2006-:

“El matrimonio Kirchner afianza su poder político con una polémica reforma judicial»

Senadora nacional por Buenos Aires y mayestática figura en la sombra del Gobierno que preside su marido, Néstor Kirchner, Cristina Fernández de Kirchner, reina Cristina, ha sido la gran triunfadora de la (por ahora) última batalla política librada por el kirchnerismo, para afianzarse en el poder y situarse en posición dominante, cara a un segundo mandato.

Se trataba de conseguir la aprobación de una ley, que modifica sustancialmente el Consejo de la Magistratura reduciendo el número de sus integrantes, de 20 a 13 miembros, y sienta las bases legales y aritméticas para que la mayoría parlamentaria se garantice su control o, cuando menos, una influencia decisiva. Alarmadas por la propuesta, inicialmente impulsada desde el Senado por la primera dama de la República, las oposiciones lucharon a brazo partido para bloquearla. Todo fue inútil.
A pesar de que la Cámara de Diputados siga siendo un territorio difícil de transitar para el Gobierno de Kirchner, el intenso y eficaz trabajo entre bastidores propició que el proyecto fuera aprobado con 148 votos a favor y 89 en contra.
La capacidad de los pingüinos (el círculo de poder más cercano al Presidente) para ganarse voluntades y conseguir nuevas adhesiones, incluso entre no pocos de sus más recientes adversarios, acabó proporcionando una mayoría cómoda para que la ley que reforma el Consejo de la Magistratura saliera adelante.
Mientras se desarrollaba el debate, con momentos de verdadera furia dialéctica, el Congreso era abrazado por una manifestación de abogados, leguleyos, miembros de diversas ONG´s y hasta algún ciudadano en apariencia preocupado por el futuro de la justicia, que rodearon el colosal edificio exhibiendo una gran bandera argentina y clamando contra la reforma.
Las espontáneas manifestaciones ciudadanas, para protestar contra casi cualquier cosa, están a la orden del día, en un país donde no hay institución o despacho oficial que carezca de su propia fuerza de choque. Fue en vano. Luis Cigogna, eximio kirchnerista, desmanteló la protesta con un solo golpe: «Eran tan pocos que podían abrazar una cabina telefónica».
Los Kirchner, marido y mujer, cabalgan juntos y parecen imparables.