Francia:

Las claves del conflicto

El ministro francés del Interior, Nicolas Sarkozy, anunció que el Consejo de Ministros decidió instaurar el toque de queda en los lugares donde sea necesario. Los prefectos podrán aplicar esta medida desde el miércoles por la mañana. Según la evolución de los acontecimientos, "velaremos por su aplicación selectiva", explicó. A continuación, la nota y las claves del conflicto:

Sarkozy hizo estas afirmaciones tras subrayar que la política de su Gobierno se resume en «la firmeza, la sangre fría y la mesura». La decisión de activar esa medida, que está contemplada en la ley de abril de 1955 sobre el estado de emergencia durante la guerra de Argelia, fue anunciada anoche por el primer ministro, Dominique de Villepin, en un telediario de máxima audiencia.
Con ello, los prefectos (delegados del Gobierno) podrán decretar el toque de queda donde sea necesario, una vez que el decreto sea publicado el miércoles en el Boletín Oficial del Estado.
El ministro del Interior reunirá a los prefectos de las siete «zonas de defensa» para ver la aplicación de esta decisión excepcional.
En la misma línea de mano dura, Villepin anunció el lunes la movilización de 1.500 reservistas de la policía y la gendarmería para elevar a 9.500 los efectivos desplegados para tratar de atajar la violencia que anoche continuó por duodécimo día consecutivo.
La última vez que se aplicó esta ley fue a mediados de los años 80 para restablecer el orden en Nueva Caledonia. La norma puede ser aplicada durante 12 días, y más allá de ese plazo se requiere la autorización del Parlamento, según explica el diario El Mundo.
Al margen de las medidas de refuerzo de la seguridad, el Consejo de Ministros debía aprobar una serie de planes para afrontar los problemas sociales de los barrios periféricos, minados por el desempleo, la pobreza y la delincuencia, y habitados sobre todo por inmigrantes de varias generaciones mal integradas.
Entre esas medidas sociales, según informa El Mundo, Villepin citó que:

– Educación: La formación profesional sea posible desde los 14 años (en lugar de 16) para niños con más dificultades escolares, mientras que, para los jóvenes dotados de zonas difíciles, se multipliquen por tres las becas al mérito y los «internados de excelencia».

– Empleo: Frente al paro, cuyo índice llega a casi el 40% entre los jóvenes de estos barrios, el Gobierno planea que todos ellos sean recibidos por los organismos pertinentes y que en el plazo de tres meses se les proponga un contrato, una formación o prácticas.

– Vivienda: El Gobierno quiere reducir a 18 meses los plazos de los programas de renovación urbana previstos en un plan que ya había puesto en marcha su Gobierno.

Sin embargo, no todos han podido esperar las medidas gubernamentales. El alcalde de Le Raincy (afueras de París) anunció un toque de queda para los menores no acompañados desde la noche del lunes.
Según El Mundo, en zonas periféricas de Toulouse (suroeste francés), donde los actos violentos se reanudaron antes de la caída de la noche, un autobús, cuyos pasajeros habían sido instados a apearse, y unos 30 coches fueron quemados, mientras varios jóvenes apedrearon a policías que protegían a los bomberos.
En Clichy-sous-Bois (afueras de París), donde empezaron los disturbios hace 12 noches, unos 30 jóvenes atacaron a dos periodistas italianos, uno de los cuales resultó levemente herido. El vehículo de los dos reporteros quedó en muy mal estado.
En Estrasburgo (noreste), un equipo de la televisión alemana que quería entrevistar a habitantes de un barrio conflictivo fue apedreado y tuvo que irse rápidamente.
Entre otros hechos registrados, dos cócteles molotov fueron arrojados contra una comisaría en el este, y otro contra la fachada de un hospital a las afueras de París.
En las afueras de Lyon (sureste), unos 40 vehículos fueron incendiados, mientras que en el norte dos escuelas fueron pasto de las llamas y decenas de coches quemados.
En Le Havre (noroeste), una escuela fue incendiada y, en Burdeos (suroeste), lo fue una oficina de la Agencia Nacional de Empleo. En Brest (noroeste) y en el sureste fueron quemados dos jardines de infantes.
Además, como informó U24 hoy, los disturbios callejeros, además, se trasladaron a otras ciudades europeas. Bruselas y Lieja registraron anoche incidentes menores con incendios y ataques contra vehículos de transportes público y de policía, que se asemejan a los de Francia, aunque las autoridades de Bélgica los consideran hechos aislados.
En Bruselas, un automóvil fue incendiado y otro volcado, mientras que un vehículo patrulla de la policía fue atacado con piedras, y también fue quemado un sofá colocado en la calle.
En Bressoux, un suburbio de la ciudad de Lieja, al este de Bélgica, un grupo de jóvenes lanzó varias botellas incendiarias en una plaza de la localidad, y posteriormente apedreó un automóvil y un autobús.

Las claves de la Revuelta

La oleada de violencia que incendió la periferia parisina arroja más preguntas que respuestas. Hay versiones hiperbólicas que aluden a la revolución social en marcha.
Otras redundan en el problema del vandalismo organizado y en el abandono institucional, pero, sobre todo, predomina la sensación de que el problema de la guerrilla urbana echó raíces en la incertidumbre de un modelo de integración fallido.

Rubén Amón, corresponsal del diario El Mundo expone algunas respuestas:

¿Cuál ha sido el desencadenante?

Han habido dos. Uno el jueves 27 de octubre, cuando dos subsaharianos murieron electrocutados accidentalmente en una central de alta tensión, al parecer mientras se zafaban de la Policía.
El otro desencadenante se produjo el domingo 30, cuando una bomba lacrimógena de las fuerzas del orden penetró en una mezquita de la periferia parisina en plena oración.

¿Por qué se pidió la renuncia del ministro de Interior?

Nicolas Sarkozy defendió a ultranza los métodos represivos contundentes y la política de tolerancia cero, pero además cometió deslices verbales en plena crisis -llamo «chusma» a los jóvenes de las barriadas afectadas-, sin olvidar que la oposición le reprocha haber suprimido la policía de barrio que puso en juego el ex premier socialista Jospin.
Son muchos los vecinos de las zonas en crisis que advierten en Nicolas Sarkozy un enemigo, a pesar de haberse mostrado favorable al voto de los inmigrantes en los comicios municipales, de haber arropado en primera persona el concepto de discriminación positiva y de haber creado el Consejo Francés de Culto Musulmán.

¿Cuál es la situación de los suburbios?

Llueve sobre mojado, porque el pasado verano se registraron incendios con víctimas mortales en algunos edificios de la periferia de París donde vivían hacinados los inmigrantes ilegales magrebíes y subsaharianos.
Los barrios en llamas -cuya población oscila entre los 30.000 y los 150.000 habitantes- alojan índices altísimos de desempleo, violencia y precariedad sanitaria. Incluso esconden penosas realidades de extremismo islámico, incluidas la prácticas de ablación del clítoris. La depresión social, la inadaptación y el descuido institucional permanecen como la razón de fondo del conflicto.

¿Qué ejemplos existen de ese abandono?

Los alcaldes de los suburbios en entredicho denuncian que el Estado ha recortado fondos públicos. Exactamente 300 millones de euros que iban a ser destinados precisamente a estrategias de cohesión social y de alojamiento. Por no hablar del retraso con que se llevan la realización de las viviendas de protección oficial y el adecentamiento de las deterioradas.

¿Quién está detrás de los desórdenes callejeros?

La revuelta empezó de manera desordenada y anárquica, pero ha ido organizándose a medida que transcurren las noches. La Policía sostiene que la rebelión está fundamentalmente en manos de delincuentes reincidentes que conocen los barrios a fuerza de explotarlos (droga, prostitución) y que han sabido aglutinar ahora muchos de los jóvenes soliviantados.
Predominan los vándalos de entre 14 y 20 años. Casi siempre magrebíes y subsaharianos, sin estudios y sin trabajo. Un ejército ideal para los capos de las mafias y de las bandas que han sacado partido de la depresión social y que ahora instrumentan la guerrilla urbana.

¿Qué papel ocupa el islamismo extremista en la crisis?

Existe constancia de que fue ganando terreno en las zonas deprimidas a cuenta de la discriminación y la pobreza.
Así que el lanzamiento de una granada de gas lacrimógeno a la mezquita de Clichy sous Bois se interpretó como una agresión religiosa y como la consecuente excusa para la rebelión urbana de muchos radicales. Los moderados todavía esperan que Sarkozy se excuse por el incidente, aunque también hacen un llamamiento a la tranquilidad. Incluido los imames de las mezquitas que se erigen en la periferia. «Si los jóvenes no respetan el estado de derecho, que al menos respeten la religión», exclamaba el imán Abdelali Mamouin.

¿Existe el riesgo de un problema a escala nacional?

Ya se presentó. Lille, Tolouse, Estrasburgo, Marsella, Dijon… han comenzado a contagiarse de la oleada porque los problemas de fondo son los mismos. Empezando por el modelo de integración social. La selección francesa de fútbol juega con siete negros en el equipo titular. En el Parlamento no hay ninguno.

¿Cuáles son las consecuencias de la crisis?

El Gobierno francés navega en el desconcierto. No sólo por la falta de consenso entre el premier Villepin y Sarkozy respecto a las soluciones. También porque el ministro de Interior ha fracasado allí donde parecía más fuerte: la seguridad.
La prensa de izquierda considera que Sarko se quemó como candidato a las presidenciales de 2007. Incluso plantea la hipótesis de que la extensión del conflicto podría dar al traste con el Ejecutivo. El presidente Jacques Chirac sólo intervino una vez. Síntoma inequívoco de que no tiene nada que decir.