Entretanto, las fuerzas de seguridad se preparaban para posibles hechos de violencia en los 4 asentamientos de Cisjordania. Más de 5.000 efectivos emplazados en Gaza se preparaban para dirigirse hacia el norte, a fin de desmantelar las 4 pequeñas comunidades judías en la zona.
Los trabajadores retiraron una menorá (candelabro judío) del techo de la sinagoga de Netzarim, antes de que las fuerzas entraran para desalojar a unos 600 residentes y a un número desconocido de simpatizantes.
El secretario de Netzarim, Eliahu Uzan, dijo que la comunidad estaba resignada a abandonar el asentamiento.
«Sabemos lo que ocurrirá», dijo Uzan al canal 1 de la televisión israelí. «Nos hemos hecho a la idea, a menos que suceda un milagro, que quizás esta noche no estaremos aquí».
Algunos residentes buscaban seguir con su vida cotidiana. Un grupo de trabajadores vació cemento para construir los cimientos del techo de la nueva casa de la familia Meshulami.
«Mientras Israel no haya salido de aquí, necesitamos seguir con la parte de vida que dejaremos», dijo Uzan.
Tres jóvenes que llegaron a Netzarim para resistir el desalojo fueron detenidos el domingo. Portaban clavos, aceite, alambre de púas y pintura, informó el comandante policial a cargo del desalojo, Hagai Doton.
Las fuerzas comenzaron a desalojar los 21 asentamientos de Gaza el miércoles, más de un año después de que Ariel Sharón informó que Israel no podía defender más su ocupación de 38 años en Gaza.
Pese a que los palestinos y varios miembros de la comunidad internacional presionan por la reanudación de las conversaciones, Sharón condicionó los progresos a un cese de la violencia palestina, y señaló que Israel seguirá realizando construcciones en Cisjordania, donde vive la mayoría de sus 240.000 colonos.
