Cumbre Consejo de Cooperación del Golfo y MERCOSUR:

Sudamericanos y árabes condenan ocupación de Israel

Los países sudamericanos y árabes reunidos en la primera cumbre, realizada en Brasilia, daban los toques finales a una declaración que incluirá una condena a Israel por la ocupación de territorios palestinos, de acuerdo con un texto preliminar aprobado el lunes. El texto demanda que Israel desmantele los asentamientos, incluso aquellos en el este de Jerusalem y que se repliegue a sus fronteras previas a la Guerra de los Seis Días de junio de 1967. Los países del Consejo de Cooperación del Golfo y el MERCOSUR se disponen a firmar una declaración para negociar la formación de una zona de libre comercio inter-regional, pero en esta cumbre tampoco estuvo exenta de abordar el tema del conflicto del Medio Oriente.

El área inter-regional de libre comercio vincularía a las naciones del golfo -que concentran gran parte de las reservas de petróleo del mundo- y el MERCOSUR, formado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, junto a Bolivia, Chile, Perú y Venezuela como miembros asociados.
El Consejo del Golfo está integrado por Arabia Saudita, Emiratos Arabes Unidos, Kuwait, Omán, Bahrein y Qatar, pero nuclea a 22 países árabes.
Además de trabajar sobre el tema económico afín a los países que integran ambos bloques, la cumbre emitirá un documento en el que rechaza las sanciones económicas de Estados Unidos sobre Siria, denuncia el terrorismo y reconoce el derecho de los pueblos «a resistir la ocupación extranjera de acuerdo a los principios del derecho humanitario internacional».
Ese punto es una clara condenas a Israel y los Estados Unidos.
A pesar de esta interpretación, el secretario general de la Liga Arabe, el egipcio Amr Moussa aclaró que «no es contra Israel», sino contra «la ocupación de Israel», agregó.
Quien puso el tema caliente sobre la mesa fue el representante argelino, Abdel Azziz Bek Khadem, cuando instaló el derecho de los pueblos a la autodeterminación y a rechazar la ocupación de sus territorios.
La cuestión, delicada por cierto, deberá ser aprobada el miércoles 11 de mayo por la cumbre, mientras tanto algunos países procuraban encontrar fórmulas que dejasen satisfechos a los países árabes que buscan una referencia directa a la cuestión palestina y a los sudamericanos, que no desean que el tema sea extrapolado al nivel de aceptación de métodos terroristas.
Al respecto ya hubieron esfuerzos israelíes para detener o prever un posible embate en contra de sus intereses. Lo hizo, en su visita reciente el Vice Primer Ministro israelí Ehud Olmert, cuando visitó Argentina y Brasil, y el centro Simon Wiesenthal acaba de emitir un comunicado refiriéndose a este mismo tema.
“Hemos sabido que dentro del borrador de trabajo de la declaración de la Cumbre se propone ‘definir el crimen terrorista y diferenciarlo del derecho legítimo de los pueblos a resistir la ocupación extranjera para lograr la independencia nacional’, una retórica ambigua que se utiliza con frecuencia para justificar los ataques terroristas en cualquier lugar del mundo”, señalaron Shimon Samuels, Director de Relaciones Internacionales del Centro Simon Wiesenthal, y Sergio Widder, Representante para América Latina.
“En 2004 presentamos ante la 26ª Cumbre del MERCOSUR la iniciativa del Centro Wiesenthal para que los ataques suicidas sean declarados ‘crímenes contra la humanidad’.
América del Sur ha sufrido el terrorismo, y hasta el día de hoy existe preocupación acerca de zonas como la Triple Frontera, que sirven como ámbito propicio para la búsqueda de recursos en apoyo a esa actividad criminal.
Hemos propuesto al Canciller argentino, Rafael Bielsa, que promueva en el marco de esta próxima Cumbre un pronunciamiento de condena al terrorismo suicida, como una de las mayores amenazas a la paz mundial
y a la convivencia armónica entre las naciones.
Hemos apelado también al Ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Celso Amorim, para que en su carácter de anfitrión deje en claro que la Cumbre no avalará el terror”, agregaron.
“Entendemos que Sudamérica tiene mucho para brindarle al mundo árabe, especialmente su experiencia de haber abandonado una historia de regímenes autoritarios para elegir el camino de la democracia, y el respeto por los derechos humanos y las libertades individuales”, concluyeron Samuels y Widder.