Detalles del Fallo del Tribunal:

Vergüenza ajena

En este artículo se presentan los puntos más destacados relacionados con la conducta de dirigentes comunitarios, y los representantes de la querella AMIA, DAIA y Familiares y Amigos de las Víctimas, que aparecen en el Fallo del Tribunal Oral Federal (TOF) Número 3 por el juicio de la conexión local en la causa AMIA, difundido el pasado 29 de octubre, a más de 10 años del atentado. No es necesario opinar al respecto, sólo basta con leer estos extractos del Fallo para sentir vergüenza ajena.

Acerca de Beraja

Los jueces del TOF N3: Miguel Guillermo Pons, Felipe Larrambebere y Guillermo Andrés Gordo argumentaron que “Beraja y las querellas de AMIA, DAIA y Familiares defendieron a ultranza a los funcionarios judiciales y del ministerio público a cuyo cargo estuvo la peor investigación de la que hemos tenido conocimiento”. El tribunal señala además “los graves reparos que merece la actuación de altos funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional que, más allá de las declamaciones públicas, no colaboraron de modo eficiente con la investigación”.
En referencia a Beraja y al pago de los 400 mil pesos/dólares al imputado Carlos Telledín, el TOF concluyó en que no es creíble que el ex titular de la DAIA desconociese ese pago.
Sobre este asunto, el informe dice:
“En lo concerniente al pago efectuado a Carlos Alberto Telleldín, Beraja negó haber tenido conocimiento.
Explicó que se enteró del hecho con posterioridad, cuando trascendió periodísticamente, que conversó al respecto con el juez Galeano, pero éste le aseguró que no había pagado”.
“Asimismo, manifestó que no le preguntó al Dr. Galeano el motivo por el cual Telleldín declaró el 5 de julio de 1996, tampoco si había recibido alguna de sus exigencias a cambio. Negó haber preguntado a funcionarios del gobierno acerca de tal pago”.
“También negó que la DAIA o el Banco Mayo hubiesen brindado algún tipo de ayuda económica con esa finalidad, planteando que de haberse concretado un pago, el dinero bien pudo aportarlo el gobierno.
Manifestó, además, que así como algunos pretendieron involucrar a la querella en el asunto, del mismo modo podía especular sobre el interés de una contraparte en ese sentido”.
“En su sinuosa declaración, el testigo -por Beraja- incurrió en importantes contradicciones, imprecisiones y aclaraciones, sin cumplir estas últimas su propósito en orden a las fechas y al contenido de las reuniones que mantuvo con el Dr. Stinfale y Telleldín, entre otras. Otro tanto sucedió respecto de la finalidad de las entrevistas grabadas del juez instructor con el imputado; en particular debe destacarse que no resulta creíble el desconocimiento que alegó acerca de la existencia del pago”.
“Esta última afirmación se encuentra controvertida, primeramente, por los dichos de Claudio Adrián Lifschitz al referir en la audiencia de debate que luego de la entrevista que mantuvo el juez con Telleldín, Galeano se preocupó en buscar un ‘sponsor’, alguien que aportara la suma exigida por el detenido. Relató que Beraja concurrió al juzgado en horas de la tarde, vio la filmación, preguntando luego qué era lo que pretendía Telleldín y si tenía alguna propiedad. Afirmó Lifschitz que el juez Galeano comunicó a Beraja que la pretensión de Telleldín oscilaba entre los 400.000 y los 800.0000 dólares”.
“Roberto Dios, empleado del juzgado instructor, manifestó en el debate que el mismo día que se filmó la entrevista entre Telleldín y Galeano, aludiendo a la del 1º de julio de 1996, el magistrado le dio la orden de que preparara el video para exhibírselo al Dr. Beraja, quien concurrió en horas de la tarde”.
“Por su parte, Carlos Alberto Telleldín en la indagatoria que prestó en el juicio, declaró que Beraja ‘hacía y deshacía dentro del expediente’, y que junto con Dobniewski y Galeano hacían “negociados” con él, pero cuando éstos no se cumplían le agravaban su situación procesal. Destacó la preocupación y desesperación de Galeano y Beraja, a raíz del robo del video del 1º de julio de 1996, y que este último pidió su apoyo por intermedio del Dr. Stinfale, ya que el juez necesitaba que le firmaran un legajo de recompensa. Pudo recordar que firmó ese pedido, y también por el cobro del dinero”.

El fallo también resalta la calidad del trato existente entre el juez Galeano y el ex banquero Rubén Beraja y lo califica como de “excesiva familiaridad”.
“No puede soslayarse que a lo largo de la instrucción -explica el Tribunal- se observó por parte del juez y de algunos de sus colaboradores cercanos, una excesiva familiaridad de trato con los referentes de la querella representante de una de las asociaciones especialmente damnificadas por el cruento hecho. Ello, sumado a la ocurrencia de impropias peticiones efectuadas a una de las partes, afecta claramente el principio de imparcialidad. Cabe reproducir, para ilustrar esta aseveración, el diálogo que mantuvieron el juez con Rubén Ezra Beraja, ex presidente de la DAIA, obtenida en el marco de la causa nº 10.247 del Juzgado Federal nº 5, secretaría nº 10, “Beraja, Rubén Ezra y otros s/defraudación c/administración pública”, cuyo contenido es por demás demostrativo de lo afirmado precedentemente.
Casete nº 8, del abonado 4375-1100. Llama una mujer (M), de parte del Dr. Beraja, y solicita a su interlocutor (A), hablar con el Dr. Galeano (G):
– A: Juzgado, Buenas tardes.
– M: Si, buenas tardes, ¿el doctor Galeano se encuentra?
– A: ¿Quién le habla?
– M: El Dr. Beraja
– A: ¿El Dr. Beraja quiere hablar?
– M: Sí
– A: No me corte por favor
– M: No corto…
– G: Hola
– M: Sí, Doctor?
– G: Qué tal …
– M: Buenas tardes ¿cómo le va?. Bien y Ud.?, Le paso con el Doctor Beraja.
– G: Bueno
– …
– B: La verdad es que yo creí que iba a ser otra cosa
– G: Claro
– B: Y además se me malquistó con el Tribunal, ayer el hombre
– G: Ah, no sabía eso.
– B: Y dice que…
– G: …yo no hablé con Marta…
– B: dice que fueron poniendo caras que iban cambiando porque lo veían actuar como patrón de unaa…
– G: eee… patrón de estancia,
– B: …claro, eee, yyy.
– G: Y además, fue corrigiendo a un tipo que había declarado, que decía que él lo conocía, o sea fue ayudando a un tipo que él lo conocía.
– B: Sí, sí, sí, un alarde, como un verdadero jefe
– G: Igualmente yo creo, que tenemos que generar, de vuelta, lazos con… con… con otra gente, como para,… yo me estoy yendo -te hablo esto… para que vos lo manejes, o lo sugieras o veas…-, yo me estoy yendo a Washington el 20.
– B: Perfecto
– G: ¿Me entendés?
– B: Sí
– G: Todo el mundo quiere volver de Washington y yo me estoy yendo
– B: Y… porque sos una persona abnegada
– G: Eeeh?
– B: Sos una persona abnegada
– G: Exacto
– B: Y tenés coraje
– G: Exactamente, me entendés
– B: Siee
– G: Entonces, bueno… y estoy yendo para Washington, para decirles qué hacer a los tipos para esclarecer el atentado, ¿Sí?
– B: Sieee
– G: …Y para demostrarle a Washington, también, que nosotros estamos ahí, también, ¿No?. Que hemos sufrido lo mismo,…
– B: Claro
– G: Me parece que haría falta un poco de apoyo de ustedes
– B: Voy a buscarte el contacto. ¿El 20 me dijiste?
– G: Yo estoy viajando el 20 creo, luego el fin de semana, pero, me da la impresión de que es importante de que esto no quede en el aire
– B: No, no, yo me pongo en campaña, ya.
– G: Porque yo voy a jugar, la ficha la voy jugar; contra el ántrax, viste, contra toda la huevada yo voy, me entendés
– B: Muy bien
– G: Mientras están bombardeando los aviones, y (o)…, Juan se sube
– B: Muy bien, y…
– G: ¿Vos lo ves mal?
– B: Nooo, me parece bien
– G: Y sigo eh, y sigo de ahí a París
– B: Me parece muuuy bien, me parece muy bien que estés en la ofensiva
– G: Me entendés… como que quiero marcar un camino, ¡no?, y dar un marco, diciendo “Chee, que esto no es de acá, esto tiene origen,… el 80 por ciento del origen de esto es de origen extranjero”
– B: Yo tengo el artículo sobre la guerra asimétrica
– G: Ahá
– B: Está en inglés, ¿Vos lees algo de inglés?
– G: Algo entiendo y si no me lo traduzco
– B: El lunes te lo mando y… lo otro, que te había hecho llegar esta gente, ¿pudiste trabajar algo?
– G: Perdoname? Perdoname que estoy sin frecuencia de radio, no te entiendo.
– B: El mail
– G: Sí, bueno sí, se mandó a hacer
– B: Ah
– G: Todo lo que hay que hacer, se mandó a hacer
– B: Esta bien
– G: Lo puse al “Fino” a trabajar
– B: Está bien… ¿Él le dio importancia? ¿o le pareció…?
– G: No, no, no; yo le dije que era importante, le pedí que se ocupe
– B: Bueno
– G: Me vino a ver Jorge y me dijo que tenía mas información
– B: Aquí está conmigo y me dice que va a ir el lunes
– G: Pero, pero yo no quiero que venga, yo quiero que siga el mismo sistema
– B: Ahhh, bueno, ahora le digo
– G: ¿Me entendés?
– B: OK
– G: Y que no lo haga desde un lugar donde se pueda ubicar
– B: Entendí, entendí, entendí. Una cosa prolija, entendí
– G: Hay tantos bares, y tantos… donde si el tipo quiere mandar un “i”…, lo que quiera mandar que lo mande de la misma manera, con los mismos códigos
– B: Entendido
– G: Eh, si no, pierde sustancia
– B: Claro, claro, “hay poca”¿? distracción ahí
– G: Me da la impresión a mí?
– B: Estoy de acuerdo, estoy de acuerdo. Me parece muy prolijo. Te mando un abrazo y buen fin de semana
– G: Igualmente para vos y… (Superposición de voces imposible de escuchar)… porque me gustaría que vos hagas los contactos allá, para hablar con la gente adecuada
– B: De acuerdo
– G: Ok.
Se despiden con un abrazo.

Querella AMIA-DAIA-FAMILIARES

El fallo también se refiere a la querella AMIA, DAIA y el Grupo de Familiares y Amigos de las Víctimas que, según los jueces, “en forma más que extemporánea, realizaron críticas al desenvolvimiento del Tribunal, fundadas en el desagrado que les causó determinadas decisiones, que nunca fueron materia de recurso, ni lo podrían haber sido, ante la ausencia de perjuicio; es decir de legitimidad para recurrir o impugnar”.
“En ese camino -continúa la explicación- los querellantes actuaron durante casi todo el debate, tal vez por costumbre, como si debiesen ser consultados o tenido en cuenta sus pareceres, llegando al extremo de retirarse del debate frente al dictado de una resolución que en modo alguno les causó agravio”.
“Dicha conducta, entendible en los familiares de las víctimas, resulta incomprensible en cabeza de sus dirigentes y más aún en la de los letrados, dado que frente a tantas irregularidades deberían haberse esmerado en pos de los intereses de sus representados”.

Marta Nercellas (DAIA) y Juan Avila (AMIA)

Haciendo foco en el comportamiento de la Dra. Marta Nercellas en la exposición de Abolghasem Mesbahi (el llamado Testigo ‘C’), el 3 de diciembre de 2002, en la ciudad Karlsruhe, República de Alemania la conclusión de los jueces fue la siguiente:
“La participación de los antes nombrados en la diligencia de auxilio internacional culminó de manera insólita y vergonzosa, al revocar el juez del Tribunal Federal local, Hebenstreit, ‘el permiso de participación en la declaración testimonial para los siguientes: Sr. Juez Federal Juan José Galeano, Sr. Secretario de Justicia Dr. José Pereira, Sr. Fiscal Federal Dr. José Barbaccia, y Sra. Abogada Marta DAIA’ (cfr. actuación de fs. 3627 (?). Para así resolver el juez Hebenstreit consideró: “como aquí evidentemente se ha violado la confidencialidad, y el contenido de lo declarado fue transmitido a terceros ya antes de finalizar la declaración, y antes de la ratificación de lo actuado por el testigo, y que el contenido del artículo periodístico -según el resultado de la Declaración hasta el momento- también fue transmitido en forma tendenciosa” (sic).
“La referencia efectuada, en el sentido de que se invocó una razón falsa ‘que sólo puede estar encubriendo alguna otra motivación que permanece oculta’, solo puede interpretarse, frente a lo sucedido en el debate oral y público al que los quejosos y sus letrados asistieron, como un intento de atribuir a otros la propia manera de obrar.
En oportunidad de regresar al debate, la Dra. Marta Elsa Nercellas, apoderada de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), pidió disculpas a los colegas cuyos alegatos no escuchó ‘cumpliendo una orden estricta’ de sus mandantes.
Por su parte el Dr. Juan Ávila, apoderado de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), también se disculpó frente a los abogados defensores cuyos alegatos no presenció”.