La prensa norteamericana está ocupada en estos días, más allá de los problemas internos, con dos noticias internacionales: las presiones para que progresen las negociaciones de paz entre Israel y los palestinos, y los enfrentamientos entre las tropas “aliadas” -como suelen denominarlas los medios oficiales- y supuestos partidarios del partido Baas iraquí. En otras palabras: que el gobierno de Bush, iniciado bajo el signo del desinterés con la política exterior y críticas a la administración anterior por haber dedicado demasiado tiempo y esfuerzos a intervenciones menores en el extranjero, tiene ahora las manos llenas con el Medio Oriente, además de mantener misiones militares en lugares tan distantes entre sí como Colombia y Filipinas (en Irak ha aumentado el número de tropas sobre las que participaron en la guerra, que llegan ahora a 200.000 hombres), más un número mucho menor de “especialistas” que continúan en Afganistán y ya han aparecido voces en el Congreso que llaman a enviar ‘fuerzas de paz’ a mediar en el conflicto israelí-palestino.