Este relato es una pequeña historia de una parte de mi familia materna: pinturas personales sobre Susana Szostak, la hermana de mi madre que hoy pelea por su vida en un Hospital en Israel a sus 87 años. El tiempo de la narración transcurre desde la última dictadura militar, los comienzos de la democracia, el neoliberalismo de Menem, y termina en la crisis del 2001, donde el exilio resquebraja los vínculos familiares en lo cotidiano, para conformarnos con una imagen que nos habla a miles de kilómetros de distancia.
Es un relato personal, y a la vez, un retrato del vínculo entre las generaciones… de lo que nos separa, pero sobre todo de lo que nos une… de la melancolía que se actualiza en un presente continuo y de los legados de la memoria.