Cultura

12 de agosto de 2006:

Un mes en guerra

“Israel ha estado emprendiendo una complicada guerra contra El Líbano por un mes. En este tiempo, han aparecido muchos llamados para que Israel retire sus fuerzas, cese el fuego y comience negociaciones con El Líbano.
Se han hecho llamados similares, junto con marchas alusivas, por distintos partidos dentro del campo pacifista israelí. Vinculado a estos sectores desde 1973, lucho activamente por la paz desde 1994.
Y creo que por ser un pacifista es que debo invitar al gobierno israelí a que continúe sus operaciones en El Líbano”.
A un mes del inicio de la guerra, Yitzhak Frankenthal, un conocido luchador por la paz en la región, así evalúa la situación entre Israel y el Hezbollah.

Opinión:

La guerra del Hezbollah contra la población civil

La segunda guerra de El Líbano muestra la escandalosa evidencia de que se legitima una guerra de retaguardias.
Los civiles constituyen el objetivo fundamental de la estrategia militar, ofensiva y defensiva, de Hezbollah, el Partido de Dios.
La guerrilla chiíta lanzó las primeras andanadas de cohetes para iniciar su ofensiva de guerra santa contra la población civil israelí, pero adoptando -simultáneamente- la estrategia de tomar como aliados cautivos para su defensa a la población chiíta del sur libanés, casi el 35% de los habitantes. También el ejercito israelí adoptó, como táctica disuasiva, contra atacar las aldeas y ciudades con población civil chiíta desde donde dispara Hezbollah a poblados y ciudades israelíes.
Pero hay una diferencia fundamental de intenciones: mientras que para el Partido de Dios la guerra santa contra la “entidad sionista” constituye la primera etapa de una estrategia global de lucha contra Occidente, Tzahal cayó en su propia trampa de táctica defensiva/ofensiva: suponer que toda la población civil chiíta abandonaría sus aldeas si era advertida a tiempo de la contraofensiva israelí.

Disputas parlamentarias por la guerra:

Carta a Ahmad Tibi

A continuación la traducción de una carta que escribió el periodista israelí Ben Caspit al diputado árabe Ahmad Tibi (Diputado en el Parlamento de Israel).
El motivo de esta carta es la acusación de los diputados árabes al ministro de Defensa israelí, Amir Peretz, a quien acusaron, a gritos, de asesino y terrorista por los combates en El Líbano.

Voces de cordura israelíes:

“Apoyamos la guerra, pero pedimos una tregua”

Tres de los intelectuales más destacados de Israel, David Grossman, Abraham B. Yehoshua y Amos Oz -todos ellos activistas de movimientos israelíes pacifistas- afirman en esta solicitada conjunta, aparecida -originariamente- en el periódico israelí ‘Haaretz’, que si bien apoyan la guerra, solicitan una tregua que permita salvar las diferencias de otro modo porque consideran que el objetivo ya está cumplido.

Un interrogante:

El misterio del odio

Cien años de conflicto, seis guerras, billones de dólares que se esfumaron en el aire, decenas de miles de muertos, no incluyendo al niño acostado a mi lado en la playa rocosa del Lago Kar’un (El Líbano) en 1982, cuando ambos mirábamos cómo su vientre explotaba. El helicóptero lo llevó y hasta hoy no se si sobrevivió y pudo ser salvado. Todo esto es imposible comprender.
Y eso, no sólo lo que aconteció sino también lo que no paso aquí: hospitales que no se erigieron, universidades que no fueron abiertas, carreteras no construidas, tres años «robados» de la vida de cada joven en bien del uniforme. Y a pesar de todo, no tenemos ni un ápice de solución a la misteriosa pregunta con la cual todo comienza: ¿Por qué, ellos, nos odian tanto?

Reflexiones a partir de la guerra:

La soledad del judío de izquierda

El rabino Soloveichik escribió hace muchos años sobre la soledad del judío moderno, el hombre de fe, el conflicto ético entre la palabra y el poder, la letra y la espada, la voz educativa, reflexiva, y su oponente, el imperativo de la acción inmediata y determinante.
Hoy, agosto de 2006, podemos hablar de otra soledad; tal vez la misma, pero más acentuada.

Prueba de fuego:

El test de la izquierda sionista

Hay aquellos que esperan que la izquierda sionista se una al jolgorio de la guerra, en los patéticos esloganes como «Nosotros ganaremos» y en los apasionados comentarios como «Nasrallah recordará quién es Amir Peretz».
Hay aquellos que esperan que nos unamos a la izquierda no sionista que está requiriendo un cese de hostilidades unilateral, acusa a Israel de crímenes de guerra, demanda que a Hamas y a Hezbollah se les dé lo que quieren, y se opone a todo uso de fuerza. Ambos lados dicen que este es el momento de prueba para la izquierda sionista. Y tienen razón.

El Holocausto y sus deformaciones a propósito de la guerra en Medio Oriente:

El peligroso camino del olvido

Por estos días, entre opositores, cierto periodismo y hasta algunos políticos europeos, se está haciendo cada vez más común escuchar que “los judíos hacen lo mismo con los árabes que lo que Hitler hizo con ellos”. No sólo se mezcla a la comunidad judía en general (y sus generaciones) con acciones de un Estado Moderno; sino también que, comparar las acciones del Ejército de Defensa de Israel sujetas -por supuesto- a debate, con la mayor masacre de la humanidad es, lisa y llanamente, minimizar la barbarie del genocidio nazi.

La Vanguardia -5 de agosto de 2006-:

Beirut, avanzada de la historia

El Líbano vuelve a ser, en su inestable equilibrio entre Oriente y Occidente, la tierra propicia de profundos conflictos bélicos que se imponen a su población. No son, tan solo, las «guerras de los otros», en la afortunada frase acuñada por Ghasan Tueni, propietario y director del diario An Nahar, las que se dirimen en su suelo, sino las emprendidas por los mismos libaneses al servicio o, al menos, el interés de poderes situados más allá de sus frágiles y mal definidas fronteras.