Asunción y primeras medidas del nuevo gobierno
La conjura contra el pueblo
Con una fuerte legitimidad electoral, el domingo 10 de diciembre pasado asumió la presidencia el mediático Javier Milei. Quienes acompañaron el evento ese día en las calles lo vitorearon eufóricos al grito de “No hay plata” y “policía, policía”, enarbolando así las banderas del ajuste y la represión. No hubo engaño alguno: el candidato ultraderechista lo prometió en campaña. Lo que no explicitó (o directamente falseó) fue a qué actores sociales proponía ajustar y reprimir. En su primera semana de gobierno, los funcionarios designados Caputo y Bullrich despejaron el humo libertario, dejando ver un programa de contracción feroz de los ingresos populares, bajo un orden represivo dispuesto a todo para asfixiar la protesta social.