Sharón y la desconexión unilateral

¿Quién mete al genio en la botella?

Ariel Sharón, jefe del Gobierno israelí y durante décadas impulsor de la colonización de Cisjordania y Gaza, sufrió el 2 de mayo un duro revés al rechazar, el 60% de los afiliados a su partido -Likud- el plan de “desconexión” de la Franja de Gaza, colocándolo ante la disyuntiva de la renuncia o el peligro de división interna dentro de su partido si decide mantenerse firme en el plan que presentara semanas atrás ante el Presidente de los Estados Unidos, George W. Bush.

Por Shlomo Slutzky (Desde Israel)

Ni la victoria del equipo de básquet Macabi Tel Aviv en la Liga Europea, el sábado 1 de mayo por la noche, o las promesas y alabanzas de George Bush en su última visita a los Estados Unidos, le sirvieron a Ariel Sharón para evitar el desastre electoral que sufriera, cuando los afiliados a su partido (Likud) rechazaran por una mayoría de 60 a 40%, el plan de “desconexión” que propusiera para la Franja de Gaza, arrojando a Israel a un abismo político en el que el futuro es, prácticamente, imposible de descifrar.
Hasta las últimas horas de la noche del sábado 1 de mayo, y en cada minuto libre durante el día de la votación, Ariel Sharón intentó convencer telefónicamente a los doscientos mil afiliados al Likud, para impedir la ofensiva derrota en la votación interna acerca del proyecto de retirada israelí de la Franja de Gaza, que ya habían anticipado todos los sondeos de opinión.
En entrevistas que diera a los tres canales de aire israelíes, Sharón llamó en las vísperas de la votación, a los afiliados de su partido -Likud- a apoyar su plan «desconexión» de los palestinos, acusando a sus opositores de «colaborar con Arafat y el Hamás».

“Underdog”

En lo que parece una estrategia de “underdog” (llamado de lástima para el que lleva las de perder) Sharón declaró que ve muy difícil seguir al frente del Ejecutivo y de vencer los opositores a su plan, una difícil situación a la que deberá enfrentarse.
La iniciativa de Sharón incluía la retirada unilateral de Israel de la Franja de Gaza -bases militares y 21 asentamientos con unos 8.000 colonos israelíes y otros 4 asentamientos en el norte de la Cijsordania-.
Al presentarse oficialmente el plan, contaba con una amplia mayoría a favor en las encuestas de opinión dentro del partido de gobierno -Likud-.
Sin embargo, en los días anteriores a la votación se revirtieron los resultados de los sondeos, tanto por la excelente capacidad organizativa del público militante de la ultraderecha y los colonos, como también por los “agujeros” que lograron hacer notar en el plan:
– la retirada se produce sin recibir nada a cambio,
– puede ser vista como una victoria del terrorismo suicida del HAMAS y
– amenaza en convertir a la franja de Gaza en una plataforma para disparar contra poblados israelíes cercanos a la frontera.

Todo esto produjo una ventaja de 6 a 12 puntos en las diferentes encuestas de opinión, que -influida también por el atentado en el que fueran muertas una madre y sus cuatro hijas en la franja de Gaza- se amplió hasta una brecha de casi 20 puntos, mucho más de lo que podría denominarse como una “mayoría casual”.
En sus intentos de frenar el duro revés político, los allegados al Premier alertaban acerca de las consecuencias que podría tener este golpe a las relaciones con los Estados Unidos y con el Presidente Bush. Sharón y sus allegados amenazaban con la pérdida de “los grandes logros que hemos alcanzado», en referencia a los compromisos públicos que asumiera Bush a favor de las posiciones de la derecha israelí: ningún refugiado palestino retornará a territorio israelí, Israel podrá exigir la anexión de zonas de seguridad a su territorio, y otras declaraciones por el estilo que los medios estadounidenses catalogaron como “clara y excesivamente pro-sharónicas”.

Respaldo ciego

De acá que la derrota de Sharón, en el frente interno, complica a Bush, que ya fue criticado por voces dentro y fuera de su país por su respaldo ciego a Sharón.
Sin embargo, a pocas horas de recibir el peor revés político de su historia, Sharón afirmó que propondrá -a la brevedad- un plan alternativo ya que “quedarnos de brazos cruzados no hará más que meternos en problemas mayores”.
Rechazando las versiones acerca de una caballeresca renuncia, Sharón aseguró que dedicaría unas semanas a estudiar las alternativas existentes para “implementar una propuesta que adelante los intereses israelíes”. Observadores políticos señalaron que el período de “unas semanas”, estaría ligado a la definición del Fiscal del Estado, Meni Mazuz, quien a fines de este mes decidirá si Sharón será enjuiciado por acusaciones de soborno en la que estarían implicados también sus hijos, Guilad y Omri.

Alternativas

Una de las más probables alternativas de Sharón es la de sumar al Laborismo a su coalición para contrarrestar a la ultraderecha fuera y dentro de su partido. Pero en el Laborismo hay una decisión de no incorporarse al gobierno hasta que el Fiscal Mazuz no decida respecto al enjuiciamiento de Sharón.
Por el momento Shimon Peres llamó a la realización de nuevas elecciones, tras acusar al Likud por haber “primero creado un mapa de asentamientos que dificulta toda posibilidad de un acuerdo de paz y, luego, al rechazar la propuesta de retirada de Gaza, que propuso Ariel Sharón”.
Peres expresó la sensación reinante en la calle israelí y entre los comentaristas políticos, acerca de que resulta inconcebible que “pequeños grupos de fanáticos decidan el destino del país y la región”, haciendo referencia a los 50 mil miembros del partido Likud que votaron en contra de la retirada de Gaza, donde viven unos 8.000 judíos en medio de 1.200.000 palestinos.
Tommy Lapid, ministro de Justicia y líder del partido Shinui -que con sus 15 diputados constituye el ala “pacifista” del gobierno de derecha encabezado por Sharón- afirmó que «el Likud está desconectado de Israel». Lapid se comprometió a no permanecer en el Gobierno en la medida en que éste siga una línea de extrema derecha.

Oportunidades

Paradójicamente, el golpe que recibiera el plan de retirada unilateral de Gaza fue recibido en ciertos círculos como una nueva oportunidad para intentar una solución negociada. Abu Ala, el Primer Ministro de la Autoridad Palestina, dijo que confía en que el revés que sufrió Sharón contribuya a mejorar la situación en la región.
«Espero que esto sea un incentivo para volver al sendero correcto así podemos encontrar una solución permanente que garantice el establecimiento de un Estado palestino», opinó Abu Ala.
Esta posición fue defendida también por diputados de la izquierda israelí que veían con malos ojos una retirada israelí sin un serio intento de tratativas con los sectores moderados del campo palestino. Yossi Beilin, Presidente del frente de izquierda Yahad, afirmó que existen patriotas palestinos dispuestos al diálogo y a acuerdos de paz con Israel, haciendo referencia a ministros y diputados palestinos con los que meses atrás firmara el mentado Acuerdo de Ginebra, un plan de paz virtual, que ofrece soluciones a todos los aspectos del conflicto palestino-israelí (desde lo territorial pasando por los símbolos y soberanía nacional).
En una reunión que mantuviera Beilin con Abu Ala, y a continuación con líderes palestinos firmantes del Acuerdo de Ginebra, quedó en claro que la opción de una retirada unilateral es atacada no solo desde la ultraderecha colonialista, sino también desde la izquierda y los sectores pacifistas israelíes que apoyan la retirada de Cisjordania y Gaza, pero como parte de un acuerdo para el que existen concretamente interlocutores del lado palestino.

La vida te da sorpresas

Washington recibió dormida y sorprendida la derrota del plan de desconexión que Sharón le “vendiera” al Presidente Bush. La Casa Blanca dio a conocer un comunicado en el que se señala que sus representantes “estarán en contacto con el Primer Ministro y el Gobierno de Israel para ver cómo se sigue adelante».
«Nuestra opinión no ha cambiado», dijo el vocero de George W. Bush, Scott McClellan, agregando en el mejor de los tonos diplomáticos que «el Presidente consideró que el plan del primer ministro Sharón era valiente y constituía un importante paso hacia la paz”.
Sin embargo, informes que llegan del país del norte, hablan de un profundo malestar en las esferas de Gobierno, dado el “dato” errado que Sharón le regaló a Bush acerca de un caballo que resultó perdedor.
La derrota de Sharón hizo recordar las historias acerca del genio sacado de la botella sin poder ordenarle entrar a ella nuevamente.
Sharón, que fue quien indujo a los colonos a “robar” colinas y levantar nuevos asentamientos durante el gobierno del laborista Barak y solo hace unos meses declaró que “el destino de Netzarim” (una colonia judía instalada en vecindad con campos de refugiados en Gaza) sería el mismo que el de Tel Aviv.
Con un currículum vitae semejante, no hay que asombrarse que pocos le hayan creído dentro de su propio partido cuando, en un giro de 180 grados, expresa que “en ningún acuerdo futuro, habrá judíos que seguirán viviendo en la Franja de Gaza”.
Sharón sacó al genio de la botella, y ahora él ya no lo puede devolver a la misma. Por lo menos no por las buenas.