Esta información se dio a conocer en el marco de las negociaciones para conseguir la aprobación de nuevos prestamos del Banco Mundial por 3.300 millones de dólares, que se recibirían en los próximos tres años.
En dicho informe se indica que la deuda argentina, ante el Banco Mundial, disminuyó el 30% desde el 2001, la deuda con el organismo bajó de 9.400 millones de dólares desde diciembre de ese año hasta 6.800 millones de dólares a la fecha.
El récord de pagos netos a los organismos se da en los primeros meses del 2006 con la cancelación total de la deuda con el FMI, por 9.512 millones de dólares efectuada con las reservas internacionales del Banco Central. A esto debe agregarse otros 1.000 millones de dólares que llenaron las arcas, en gran medida, las del Banco Mundial.
Al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) no se le ha abonado importes de relevancia y la Argentina mantiene una deuda, con esta institución, cercana a los 9.000 millones de dólares.
El “desendeudamiento”, eufemismo de pago, que realizó el gobierno del presidente Kirchner, no fue producto de una decisión soberana, sino de la presión de los organismos internacionales que querían recuperar los fondos prestados al país durante la convertibilidad; el pago de esta deuda inmoral, ilegal y nula no sólo obliga a pagar lo que no se debe y lleva a tomar nueva deuda al 9%, cuando la que se pagó era al 5% de interés.
Bien definía el socialista Julio V. González cuando decía, “la culpa no es de los que nos compran, sino de los que nos venden”. Y nos están vendiendo.