Indagatorias por la causa AMIA

Desfile de modelos

A días de haberse dado a conocer el fallo del Tribunal de Casación, el juez federal Ariel Lijo llamó a declarar como sospechosos por las irregularidades en la investigación de la causa AMIA a Juan José Galeano, a los fiscales Mullen y Barbaccia, a Anzorreguy, Beraja, dos agentes de inteligencia, el propio Telleldín, su pareja y su abogado, Víctor Stinfale.

Se los acusa de delitos graves, con penas que pueden llegar a quince años de prisión por una larga lista de irregularidades cometidas durante la investigación del atentado a la AMIA destinadas a fabricar una teoría sobre lo ocurrido que impidió que se llegara a la verdad.
Lijo lo expone a Galeano como probable autor del delito sustracción de fondos públicos, que prevé penas de hasta diez años de prisión, por haber “planificado y organizado” el pago de 400 mil dólares a Telleldín a cambio de que involucrara con una “versión convenida con el magistrado”, a un grupo de policías bonaerenses encabezados por Juan José Ribelli en la entrega de la camioneta que habría sido utilizada en el atentado. Lijo sostiene que si Galeano se basó en pruebas falsas, Ribelli y los policías Raúl Ibarra, Anastasio Irineo Leal y Mario Bareiro estuvieron ilegalmente detenidos desde mediados de 1996.
Cuando esta edición se encuentre en la calle ya habrá comenzado el desfile de modelos que, según aseguran en el juzgado, es sólo el comienzo que podría continuar con ex ministro Carlos Corach, al juez Bonadío y el mismísimo Carlos Menem.

Charlas de quincho

Es interesante rescatar el texto publicado por el diario ‘Ambito Financiero’ en su sección «Charlas de Quincho» del 29 de noviembre de 1999, sobre un ágape en la casa del entonces embajador israelí Yitzhak Avirán para despedir a Carlos Vladimiro Corach, que vale recordar a la hora de la posible indagatoria al ex ministro del menemato:
«Emoción a raudales en la casa del embajador israelí, Yitzhak Avirán, quien ofreció en su departamento de la calle Cavia un cóctel -empanadas con sésamo, picada kosher- para despedir al ministro Carlos Corach, henchido esa jornada porque Juan Carlos Masjoan le avisó que lo habían elegido senador. Título que sabe Dios lo que le costó. No es lo único que se oculta en Corach: en la ceremonia, Avirán le hizo un elogio tan privado como secreto: “Este ministro ha ayudado mucho a la comunidad judía local, ha ayudado en muchas cosas, inclusive en algunas que ni siquiera puedo mencionar”.
Al margen de las lágrimas que logró arrancar de Corach, muchos allí presentes reconocieron que esas palabras debían haber sido dichas mucho antes en público, para evitarle al ministro la humillación padecida cada vez que asistía a una convocatoria de la comunidad. Corach prometía que “desde mi banca seguiré luchando para investigar los atentados”, advirtiendo en descargo de sus críticos que “ni yo mismo sé cómo me habría comportado si alguno de mis familiares habría muerto en la embajada o en la AMIA”…
Si Avirán sabe algo que la justicia y la opinión pública desconoce, sería bueno que lo declare.
Ya es hora.