La verdad, toda la verdad, no es aún completamente de dominio público. ¿Qué causó la abrupta retirada siria, y es completa? ¿Qué provocó el no cumplimiento de la resolución 1559 de la ONU, que pedía la liberación y el desarme? ¿Qué puede hacer Estados Unidos, Europa y la comunidad internacional para ayudar a la sociedad civil de El Líbano -un año después de su presunta emancipación- a conservar su lugar entre las democracias?
Cuando se revisan los sucesos que llevan al despliegue sirio fuera de El Líbano, en abril del 2005, y los sucesos que siguieron desde entonces hasta abril de este año, uno observa las siguientes realidades:
– Es gracias a los esfuerzos de los grupos de presión de la diáspora libanesa y las fuerzas de la sociedad civil en el país que las democracias occidentales, lideradas por Estados Unidos y Francia, deciden acudir al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y decretar la UNSCR 1559 pidiendo al régimen sirio que retire sus fuerzas de El Líbano, desarme a las milicias y promueva la democracia.
– Es gracias a la UNSCR 1559 y la valiente respuesta de las masas libanesas el 14 de marzo del 2005, el asesinato del ex primer ministro Hariri el 14 de febrero y la manifestación pro-Siria de Hezbollah el 8 de marzo, que la Revolución de los Cedros rompe la barrera del miedo de la represión siria: un millón y medio de personas se reúnen en el centro de Beirut.
– En respuesta a la Revolución de los Cedros, es gracias a las fuertes advertencias del Presidente norteamericano George Bush, el Presidente francés Jacques Chirac y otros líderes mundiales al régimen de Assad en Damasco durante los meses de marzo y abril del 2005 que las fuerzas sirias comienzan a retirarse del país.
La retirada siria fue producto de los esfuerzos combinados de la presión internacional liderada por Estados Unidos y el levantamiento popular de la Revolución de los Cedros. Observemos hoy sin embargo que un año después del re-despliegue, El Líbano está aún lejos de recobrarse:
Recordemos que las elecciones legislativas de mayo del 2005 tuvieron lugar antes del desarme de Hezbollah y de otras milicias jihadistas y pro sirias; los ciudadanos tuvieron que votar mientras la influencia siria en el gobierno y las fuerzas de seguridad era aún preponderante. Observemos también que el Presidente pro sirio de El Líbano, Emile Lahoud, no fue retirado del cargo. Por tanto, a pesar de la nueva mayoría anti siria en el parlamento y la formación de un nuevo gabinete encabezado por M Fuad Saniora, aliado del difunto Hariri, la alianza en El Líbano de patrocinio sirio-iraní ha tenido éxito desafortunadamente a la hora de bloquear la implementación completa de la UNSCR 1559 y atascar la Revolución de los Cedros.
Desde el pasado mayo, una campaña terrorista ha logrado asesinar a un buen número de políticos, como el político de izquierdas George Hawi, el periodista liberal Samir Qassir, el líder demócrata del parlamento Jebran Tueni, e intentado asesinar a figuras mediáticas como May Chidiac.
El líder de Hezbollah, Hassán Nasralah, y los aliados de Siria en el país han estado amenazando con violencia contra cualquier intento de expulsar los restos de la ocupación siria, desarmar a las milicias o desplegar al ejército libanés en el sur del Líbano o a lo largo de las fronteras sirio-libanesas.
Funcionarios y observadores internacionales, norteamericanos y europeos han concluido que el personal de seguridad sirio permanece a lo largo de las fronteras dentro del territorio libanés. Grupos de Derechos Humanos han descubierto fosas comunes en los enclaves del antiguo Mujabarat, servicio secreto sirio en el Líbano; y ONG´s en representación de las familias de los desaparecidos bajo ocupación siria informan de que centenares están aún desaparecidos o son torturados en cárceles sirias.
De ahí que, un año después de la retirada oficial del Ejército Sirio, sea justo decir que en El Líbano se han adquirido más libertades y que más gente ha visto expandirse sus libertades. Pero al mismo tiempo, otro «ejército» de control sirio-iraní permanece dentro del país y está bloqueando la recuperación de la pequeña nación. Por tanto, en el primer aniversario de la retirada oficial, la comunidad internacional debería comprometerse a otra serie de esfuerzos, quizá más difíciles, encaminados a la total implementación de la UNSCR 1559.
Durante estos tiempos tan peligrosos, mientras el régimen de Ahmediniyad en Teherán desafía la seguridad regional e internacional con sus ambiciones nucleares, mientras el régimen de Assad continúa interfiriendo en el proceso político en Irak apoyando a los terroristas a lo largo de sus fronteras, y mientras Hezbollah continúa proporcionando asistencia a grupos radicales tales como Hamas o la Jihad Islámica palestina, es crucial permitir a la sociedad civil de El Líbano desarrollar una democracia completa en el país.
Es por tanto muy urgente que la comunidad internacional extienda su apoyo a las fuerzas de la sociedad civil, el gobierno y el ejército del Líbano con el fin de reclamar un Líbano soberano, democrático y plural.