George Bush respaldó a Al Fatah y, junto a Abú Mazen en la Casa Blanca, dijo que confiaba en que «un número cada vez mayor de personas rechacen la noción» de «un estado basado en la violencia».
También anunció que los Estados Unidos entregarán a la Autoridad Palestina 50 millones de dólares para la construcción de viviendas y otros edificios públicos. Los fondos están destinados a ayudar a los residentes palestinos de Gaza una vez que los israelíes se retiren de la franja en agosto.
«Usted ha dado su primer paso por un camino difícil, que requiere coraje y liderazgo cada día», dijo Bush a Mazen en la primera visita del líder palestino a la Casa Blanca.
Abbas, a su turno, prometió adherirse al proceso de paz respaldado por Estados Unidos, y anticipó que «el tiempo es nuestro peor enemigo. Debemos poner fin a este conflicto antes de que sea demasiado tarde».
Preguntado acerca de la presencia de Hamas en las boletas de las elecciones palestinas del 17 de julio, Bush dijo que los Estados Unidos no han cambiado su opinión acerca del grupo violento, que se ha atribuido decenas de ataques en que han muerto cientos de civiles.
«Hamas es un grupo terrorista. Hay razones para que esté en la lista de grupos terroristas», manifestó tajante.
Mazen «se presentó con un programa de paz», dijo Bush. Y hasta llegó a sugerir que los sufragantes palestinos rechazarían a candidatos violentos: «Las madres palestinas desean que sus hijos se críen en paz».