Kadaffi defendió el pasado terrorista de su régimen y argumentó que «el terrorismo es el resultado del desequilibrio que atraviesa el mundo. Cuando te conviertes en el objetivo, estás dispuesto a usar cinturones alrededor de tu cuerpo o colocar bombas en los automóviles para defender a la familia», insistió.
El líder libio responsabilizó a Europa de ese desequilibrio internacional porque «no desempeña su papel» e instó a la Unión Europea (UE) a hacer oír su voz en «la tragedia actual de Irak» y a contribuir a «resolver el problema del Medio Oriente directamente y sin dejarse marginar».
Sorprendentemente, para Kadaffi la solución de este conflicto no pasa por la creación de dos estados, Israel y Palestina, como defiende la Unión Europea, sino por «la construcción de un solo Estado democrático para todos».