Tras los ataques israelíes que provocaron la muerte de dos líderes de Hamas en sólo tres semanas, el jeque Ahmed Yassin y Abdel Aziz Rantisi, ningún dirigente palestino aceptaba ser el sucesor por temor a colocarse bajo la mira israelí. Sin embargo, se supo que el cirujano Mahmud Al Zahar, de 56 años, aceptó convertirse en el líder de la organización integrista islámica. Encabeza un triunvirato completado por el nuevo número dos, Ismail Hanye -ex jefe de la oficina de Yassin y principal administrador de Hamas- y el número tres, Said Al Siam, antiguo protegido de Rantisi y actual responsable de las relaciones con los otros grupos palestinos.
El liderazgo colectivo pretende proteger a Al Zahar de los misiles israelíes y señalar alternativas en caso de nuevos asesinatos selectivos. Al Zahar encabeza ahora la oficina política de la organización, intentando subrayar así que se distancia del brazo armado Azzadim El Kassam, liderado por Mohamed Def. De todos los participantes en la reunión de Gaza en la que se fundó el principal movimiento integrista palestino, en diciembre de 1987, Yassin, Rantisi, Salaj Shjade, Ibrahim Makadme, Ismail Abu Shanab y Al Zahar, sólo este último sigue vivo. El resto murió en los últimos tres años y medio, víctimas de los asesinatos selectivos israelíes.
En Israel se cree que el Hamas cuenta con muchos menos recursos económicos que en el pasado y vive uno de sus momentos más críticos.
Dentro de Hamas reconocen que una de las prioridades de Al Zahar será luchar contra los colaboracionistas.
En la sociedad palestina hay una caza de colaboracionistas a sueldo del Ejército israelí, considerados por la Autoridad Palestina (AP) “un cáncer interior”. De hecho, las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa anunciaron que han ejecutado a un colaboracionista en Ramallah.
La AP ya presentó 68 denuncias contra sospechosos de colaboracionismo ante tribunales de Cisjordania y Gaza.