Con fecha 23 de marzo, la oficina de la agencia internacional France Press en Buenos Aires despachó un cable en el que “el Presidente de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), Abraham Kaul, criticó el martes el asesinato del líder del movimiento islamistas palestino Hamas, Ahmad Yassin, por parte del ejército israelí.
Kaul -sigue la información-, quien está al frente de la entidad que sufrió un atentado antisemita en 1994 con un saldo de 85 muertos y 300 heridos, aclaró ante la prensa que su postura es a título ‘personal’. Yo, dentro de lo que es la política de Israel, me siento identificado con el Laborismo, y el Partido Laborista, el partido de Shimon Peres, se opuso al atentado y me identifico realmente con esa postura», afirmó el dirigente”.
“Indicó que como argentinos, los miembros de la comunidad judía no tienen ‘ningún tipo de incidencia en el gobierno israelí’ y explicó que en la dirección de la AMIA existen diferentes posiciones políticas”.
«Lo que haga o deje de hacer el Estado de Israel es un tema de ellos», finalizó el Presidente de la AMIA.
Desde que aparecieran estas declaraciones en los periódicos “Clarín” y “La Nación”, de alcance nacional, no dejan de correr los rumores de que habría un enconado enojo y disgusto entre algunos dirigentes del movimiento sionista argentino que no avalan, seguramente, la disidencia -y democrática- de Kaul quien, a pesar de que explicitó que lo dicho fue a título personal y bajo el paraguas de su partido Avodá, no deja de ser un hombre público y uno de los máximos dirigentes de la comunidad judía de la Argentina.