Sus referentes habría que situarlos más bien en la acción de los gerrilleros chechenos en Rusia, la resistencia iraquí, los ataques palestinos en medios de transporte israelíes o la acción anti occidental en la isla de Bali.
A falta de datos definitivos sobre cómo se llevaron a cabo y cómo fueron organizados los atentados en la capital española, hay que remontarse también en el tiempo para encontrar acciones de este volumen en el viejo continente.
De hecho, en Europa occidental el único atentado de mayor dimensión, en cuanto a pérdida de vidas se refiere, es el de Lockerbie. En dicho ataque un avión estalló en pleno vuelo sobrepasando una aldea escocesa: murieron 270 personas. Fue en el año 1988, y Libia asumió su responsabilidad en 2003.
Tras los ataques al World Trade Center, en Nueva York y en Washington, el 11 de septiembre de 2001, que dejaron un balance de unos 3.000 fallecidos, hay que saltar hasta el 12 de octubre de 2002 para encontrarse con otro atentado de gran magnitud: el sucedido en Bali. En ese ataque fallecieron 202 personas, la mayoría turistas australianos.
El 27 de diciembre del mismo año, en Grozni (Chechenia) dos atentados suicidas causaron 80 muertos y 152 heridos. El 12 de mayo de 2003, otro atentado suicida, esta vez, con un camión-bomba, en una oficina del Gobierno de Rusia en Znamenskoye (Chechenia), dejó un balance de 59 muertos.
El 16 de mayo de 2003, 14 suicidas provocaron cinco explosiones en Casablanca (Marruecos), que dejaron un balance de 45 personas fallecidas y 60 heridas.
El 4 de julio de ese año, un grupo suní paquistaní irrumpió en una mezquita chiíta en Quetta (Pakistán), donde abrieron fuego. Murieron 50 personas. El 1 de agosto de 2003, otras 50 personas fallecieron en un atentado suicida con camión-bomba contra el hospital militar de Mozdok, la mayor base aérea del Cáucaso.
El 25 de agosto de 2003, dos taxis explotaron en un mercado popular y en un monumento en Bombay (India). El balance: 52 víctimas mortales y 150 heridos.
El 29 de agosto de 2003, fallecieron 83 personas, entre ellos, el ayatolá Mohamed Baqer al Hakim.
El 1 de febrero de 2004, un doble atentado en las sedes en Irak de partidos kurdos causó 67 muertos. El último atentado masivo sucedió el 2 de marzo pasado. 182 personas fallecieron en una cadena de ataques anti chiítas también en Irak.