Castro, ante más de 1.000 delegados de 50 países, muchos de ellos de organismos regionales no afines a Cuba y hasta el Banco Mundial, agregó que Kirchner “Ha exigido condiciones, la reducción de la deuda a un 75%, años de gracias… casi equivale a anular por un tiempito la deuda que resultaría muy saludable para cualquier país”.
Según la agencia de noticias italiana ANSA, Castro criticó las recetas del FMI como la devaluación, privatización y tasas altas, que arrastraron a la crisis a países como Argentina y Brasil, pero consideró que ambos países pueden “plantear condiciones”.
Para Castro, los miles de millones de dólares pagados a los acreedores, la debilidad financiera de la región y la desigualdad en los términos de intercambio -la baja de los precios de las exportaciones- generó una enorme presión social en el continente.
“Lo que se lleva todo el dinero, bien o mal habido, es el orden económico impuesto, porque todo el capital de los países del Tercer Mundo es capital golondrina, pero golondrina que no regresa a su nido”, opinó.
Por otra parte, recordó los intentos de Estados Unidos de culpar a Cuba y a Venezuela de desestabilizar a América latina y del «fracaso neoliberal».
También aludió así a los comentarios del Departamento de Estado sobre una creciente preocupación por la alianza entre La Habana y Caracas. Hasta ahora -dijo- la isla envió a la nación sudamericana unos 10.000 médicos para atender a personas de bajos recursos y ellos (Washington) mandan tropas, pero no médicos».