Rubén Dri:

«No quiero nunca más al menemismo»

Rubén Dri es profesor e investigador de Filosofía de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Fue sacerdote, escribió, entre otros libros, "La utopía de Jesús, Autoritarismo y democracia en la Biblia" y "Racionalidad, Sujeto y Poder" (Biblos). En estos últimos años viene trabajando con el movimiento piquetero y asambleísta. “Que se vayan todos, interpreta Dri, en una primera y profunda lectura, significa que rechazamos el plan neoliberal que nos ha llevado a este desastre”.

Por Gerardo Yomal

¿Qué análisis hace de lo que pasó en las últimas elecciones?

Mi primera reflexión es que nos hemos liberado de lo peor. Es decir, lo peor era la dupla Menem- López Murphy, en cuanto significaba claramente la opción por el plan neoliberal que nos ha llevado a este desastre. Creo que ha habido, en ese sentido, una sabiduría popular que finalmente se ha impuesto. No es naturalmente lo que uno pretende, pero también uno tiene que ver cómo es la realidad, cómo son los estados de conciencia y el contexto en el que nos estamos moviendo. Entonces, mi análisis no es todo lo positivo, uno naturalmente hubiese deseado algo mejor… pero yo creo que las cosas salieron más o menos bien.

¿Qué postura tiene frente al ballotage?

Para mí claramente en el ballottage triunfará, y así creo que debe ser, la posición del santacruceño. Sobre todo porque significa el rechazo a lo que es un plan neoliberal que implica varias cosas que son muy fuertes y muy negativas. Uno es el alineamiento incondicional con Estados Unidos (las relaciones carnales); segundo, es el A.L.C.A.; tercero, es el Ejército en la calle y seguir con los ajustes del neoliberalismo, con todo este proceso de privatizaciones; y además que quede absolutamente impune todo lo que ha sido la corrupción, la hipercorrupción de toda la etapa menemista. Yo creo que significa, por una parte, un rechazo a todo esto. A mí me parece que hay algo muy importante y que tiene plena vigencia (pero para esto se necesita hacer una interpretación)… me refiero al «que se vayan todos». Porque el «que se vayan todos», en cuanto a una primera y profunda lectura, tiene el significado de que rechazamos el plan neoliberal que nos ha llevado a este desastre.

Que se vayan todos los políticos corruptos pero no toda la política…

No todos los políticos, ni toda la política, porque eso es imposible. Aparte no había una propuesta, realmente, de recambio. En la historia y en los cambios no se hacen saltos al vacío. Lo que hay cuando se conmueve lo que decía Scalabrini Ortíz, «el subsuelo de la patria», como ha sido el 19 y 20 de diciembre, lo que hace es poner en vigencia los nuevos valores, los nuevos problemas, los nuevos proyectos, etc., o sea, las grandes utopías, que luego hay que transformarlas en proyectos para las etapas futuras.

¿Qué opina de algunos partidos y grupos de izquierda, piqueteros e incluso asambleas, que vinieron llamando a votar en blanco, a anular el voto o a no presentarse, incluso para este ballotage que se viene?

Pienso que es una posición errónea. Pero, de cualquier manera, en la medida en que eso se transforme en proyectos, también son medidas políticas. Es decir, la abstención, el voto en blanco, la impugnación del voto, el «voto bronca», son medidas políticas y pueden ser en determinado momento la vía para juntar fuerzas y elaborar nuevos proyectos; yo a eso no lo descarto. En esta coyuntura me parecía erróneo porque no está acompañado, esencialmente, de proyectos alternativos.

Horacio Verbistky califica a Izquierda Unida y al Partido Obrero, entre otros grupos de izquierda, como una izquierda «paleolítica». ¿Cómo le suena el calificativo?

No comparto ser tan despreciativo porque son todos compañeros. Son compañeros del campo popular y en ese sentido creo que no tenemos que, en un análisis, emplear estos adjetivos de mucho desprecio. Yo sí creo que son muy dogmáticos, que están muy aferrados a sus dogmas y eso les impide ver las nuevas realidades. Es decir que las categorías que ellos manejan muy dogmáticamente, muy inamoviblemente, les impide ver las nuevas realidades que surgen y replantearse las políticas a partir de esas nuevas realidades. Las nuevas realidades son para ellos nada más que campos o espacios en los cuales ellos van a seguir aplicando sus fórmulas, y yo creo que ahí es donde se equivocan.

Quedó claro que en las próximas elecciones usted va a votar por Kirchner. ¿Es así?

Sí, es decir, mi voto también tiene que ver con el rechazo al plan neoliberal. Yo no quiero nunca más el menemismo, lo que no significa que esté de acuerdo con la política de Kirchner.

Pero lo va a votar igualmente…

Exactamente.