Bush y Aznar

Opinión pública en contra

Ni el mundo es más seguro, ni el ataque preventivo contra Irak dio resultados que mejoraran la imagen de Estados Unidos. Estas son las conclusiones de una encuesta que publicada en el diario “El Mundo” de España, realizada en 40 países por la encuestadora Gallup International. La victoria de los americanos y sus aliados no sirvió para hacer más popular ni justificada a la guerra más dudosa e impopular del planeta. Así lo asegura el editorial del domingo 11 de mayo, publicado en el diario español, y que a continuación reproducimos.

Aznar había afirmado en TVE (Televisión Española) tras la caída de Bagdad que la intervención había contribuido a “un mundo más seguro”. Su tesis sólo es compartida por el 16% de los españoles, mientras que el 63% responde en esta encuesta que “es un lugar más peligroso”. Así piensan también el 72% de los alemanes y el 82% de los franceses. Sólo en EEUU la mayoría -el 48%- responde que se siente más segura.
El 67% de los españoles sigue pensando que, pese a que el régimen de Saddam ha sido eliminado, la guerra no tenía justificación. En un sondeo similar realizado por Gallup a finales de enero, este porcentaje era del 74%, lo que supone que un 7% de los ciudadanos ha cambiado de opinión. Algo similar ha sucedido en la mayoría de los países en que se ha realizado la encuesta. Se ha suavizado ligeramente la oposición a la guerra, pero los índices de rechazo siguen siendo altísimos, especialmente en la UE, Asia y Latinoamérica. Sólo los ciudadanos de Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda consideran que el ataque contra Saddam estaba justificado.
La percepción de la política de Bush sale igualmente malparada, ya que el 50% de los encuestados en España responde que su opinión de Estados Unidos ha empeorado. Un porcentaje todavía mucho más alto -el 65%- declara que la amenaza terrorista no se ha reducido a pesar de la eliminación del régimen de Saddam.
Se suele decir -con bastante razón- que las encuestas siempre son susceptibles de interpretaciones diferentes, incluso opuestas. Pero ésta constituye una excepción, ya que, se lea como se lea, la única conclusión posible es que el mundo sigue sin entender por qué se hizo la guerra y por qué Bush excluye a las Naciones Unidas de la reconstrucción de Irak.
Estados Unidos ha hecho una gran demostración de poderío militar, pero el precio de la intervención es un incremento del antiamericanismo en el mundo, y, muy especialmente, en los países árabes, que no aparecen en este sondeo.
Robert Kagan, asesor de la Casa Blanca y autor del best-seller “Poder y debilidad”, sostiene que las reglas de la política internacional han cambiado y que Estados Unidos debe ejercer su papel de única potencia planetaria, debido a su hegemonía militar, sin el apoyo de sus decadentes aliados europeos.
Lo que Bush y sus ideólogos no han calibrado todavía es a dónde conduce esta dinámica de la supremacía por la fuerza, que apuesta mucho más por la intimidación que por la convicción. Los resultados de esta encuesta demuestran que la política exterior de Washington suscita un rechazo sin precedentes, un precio quizás desdeñable para Bush y su equipo pero de nefastas consecuencias a largo plazo para ese liderazgo global al que aspira Estados Unidos.