Palestinos e israelíes: el conflicto de nunca acabar

Después de mucho pensarlo, y ya con 30 años viviendo en Israel, puedo decir que habiendo apoyado permanentemente las conversaciones de paz con los palestinos, estoy completamente desilusionado de los mismos.
Arafat es mentiroso, falso: habla en árabe para los árabes, les promete la «guerra santa», hay que matar el máximo de judíos; solo con sangre se recuperaran los territorios perdidos(en la guerra del 1967, cuando en realidad, en la guerra de 1948, llamada de Liberación o Independencia de Israel, los países árabes, incluidos los habitantes árabes del entonces “mandato británico de las Naciones Unidas para Palestina» se opusieron a la partición de ese territorio en dos estados independientes: uno árabe y otro judío.
A día siguiente de la declaración de la independencia del Estado de Israel, siete ejércitos árabes atacaron al nuevo estado, incluidos los árabes palestinos.

A Arafat no le interesa la independencia de su pueblo y tener un estado palestino independiente y soberano al lado de Israel, quiere eliminar a Israel, y quedarse con todo el territorio.
Por otra parte, no le interesa la paz, porque mientras haya guerra y atentados contra los israelíes (judíos o no, habitantes y/o turistas/estudiantes), él seguirá «manejando a piaccere» el tema ‘conflicto palestino/israeli».
y aun, cuando hipotéticamente se firmara una paz con Arafat y sus allegados, los terroristas palestinos, que los hay en cantidad y pertenecen a distintas organizaciones palestinas, (la mayoría no aceptan la posibilidad de hacer la paz y vivir en paz con los israelíes), seguirán con sus atentados terroristas asesinando a bebés, niños, jóvenes, mujeres, ancianos/as, soldados, etc, sin ningún remordimiento.
Decía más arriba que Arafat habla en dos idiomas: cuando habla en inglés, para ‘acariciar’ los oídos de los diplomáticos y políticos europeos y americanos, habla de la «paz de los bravos/de los valientes», y dice que él quiere un estado palestino independiente, y sus reclamos son imposibles de satisfacer enteramente por los israelíes.
En realidad no le interesa la paz.
Por otra parte, para llegar a un acuerdo de paz entre estos dos pueblos en guerra (con o sin Arafat), Israel deberá hacer concesiones dolorosas, como ser evacuación y/o eliminación de gran parte de las
colonias y asentamientos en los ‘territorios administrados» u «ocupados», etc, y los palestinos deberán conformarse con una pequeña cantidad de refugiados que retornen a los territorios palestinos.
No olvidemos que el ex premier Ehud Barak le ofreció a Arafat el máximo de concesiones que un político israelí haya imaginado. Arafat no aceptó y provocó la Segunda Intifada.
El nombramiento de Abu Mazen, como primer ministro de la ‘autoridad palestina» ha despertado ciertas esperanzas entre los ciudadanos israelíes, pero no hay que olvidarse que Yasser Arafat aceptó designar al mismo, no por convencimiento, sino por las distintas presiones, especialmente de los americanos y europeos.
Se duda aquí, hasta qué punto Abu Mazen tendrá fuerza y poder para llevar una política palestina más pacífica que la del rais Arafat.
Arafat no está dispuesto a dejar a nadie que lo reemplace o que le quite autoridad.
Sólo habrá paz en este dolorido Medio Oriente, entre palestinos e israelíes, cuando los palestinos construyan caminos, casas, hospitales, escuelas y fábricas que den trabajo a sus habitantes, y los saquen de la miseria en la que los ellos mismos los han mantenido.
Cuando los dirigentes palestinos decidan que hay que eliminar el odio a los judíos en sus libros de estudio desde la escuela primaria.
Cuando los chicos palestinos jueguen con los chicos israelíes y no se escuchen las explosiones de las bombas y misiles, y las madres israelíes y las árabes dejen de preocuparse por dónde están sus hijos; entonces tal vez llegara la paz.
Mientras tanto, los israelíes deben estar alertas permanentemente.
Finalmente, puedo decir, que la sangre derramada de ambos pueblos no fertilizará la tierra, sino que la envenenará para siempre.