Independientes

El votante más buscado

Conocido el resultado de las elecciones presidenciales en Argentina, hay que arriesgar algunas apreciaciones sobre los conceptos de independientes y el uso del lenguaje. Otra forma de interpretar los últimos comicios.

Por Domingo Riorda (Ecupres)

Los dos que quedaron para la segunda vuelta (18 de mayo) fueron Carlos Menem y Néstor Kirchner con el 24.36 % y 22 % respectivamente.
Muy cerca de ellos Ricardo López Murphy, 16,34%; Elisa Carrió 14,14%; Adolfo Rodríguez Sáa 14,12%. Los demás candidatos quedaron lejos como también el voto en blanco, 0,9%, nulos, 1,6%; impugnados, 2%.
El resultado final revaloriza el muy cuestionado trabajo de los encuestadores. Estos coincidían en la dificultad de arrojar perspectivas finales porque todos estaban muy juntos en los porcentajes. A ello se agregaba la existencia de un 21 o 22 % de personas indecisas que, a diferencia de otras oportunidades, muchas de ellas eran indecisas porque se pasaban de un candidato a otro y no se podía apreciar hacia dónde se volcarían a último momento. Así es que los encuestadores hicieron uso del posible voto sorpresa.
De todas formas los encuestadores apostaron a que Menem y Kirchner estarían para la segunda vuelta y así ocurrió. Analizadas las cifras podría decirse que el factor sorpresa estuvo en la excelente elección de Elisa Carrió -en las últimas semanas estaba en baja en las encuestas- y la de López Murphy quien en poco tiempo armó una propuesta que alcanzó un electorado importante para sus propósitos y el reducido porcentaje de blancos/nulos/impugnados que, a primera vista, pareciera que declinó el voto bronca ya que para una mejor opinión hay que analizar el porcentaje de los que no votaron.

El voto independiente

Un concepto muy usado en estas elecciones es el de los independientes y ahora se larga la promoción de que los dos candidatos a la segunda vuelta van en busca de ese voto. Aquí hay que rever esa calificación.
El voto independiente hace tiempo que surgió. Un ejemplo -no el primero ni el último- fue con la elección de Raúl Alfonsín como presidente. En esa ocasión quedó claro que el voto ‘peronista’ no estaba atado al partido ‘peronista’ (Partido Justicialista). Esa fue una demostración muy clara de que se estaba terminando el voto cautivo a un partido político. Es la aparición concreta del voto independiente en Argentina.
Teniendo en cuenta esa realidad, podemos utilizarla como punto de partida para examinar la grilla de la votación del domingo. Entre los cinco primeros no hubo partidos tradicionales (quedaron debajo del 2%). Están los que provenían del peronismo -Menem, Kirchner, Rodríguez Sáa- y del radicalismo -López Murphy, Carrió-. Por la negativa podemos decir que los votantes no pudieron elegir por partidos y por la positiva que eligieron por personas o tendencias que no representaban a los partidos en su totalidad. El voto fue de independientes, es decir no fueron votos cautivos.
Esta conclusión es importante porque entonces lo que deben hacer los dos candidatos para la segunda vuelta no es buscar los votos independientes sino que deben convencer a todos los independientes que no votaron por ellos. El trabajo no es que ahora voten por un partido que no es de ellos sino que voten por un proyecto de los dos que se presentan.
Esta opción es fundamental. En campañas políticas -aquí y en cualquier otro lugar- desaparece la cuestión programática en beneficio de la mediática. Ahora surge, en nuestra patria, esa posibilidad. Es cierto que la cuestión programática de ambos candidatos merece el interrogante si lo son pero aquí la ciudadanía e instituciones ciudadanas que no los votaron tienen la posibilidad de exigir definiciones al respecto, por ejemplo en relación a la cultura ausente por completo en la campaña que finalizó el domingo.
Pero la cuestión de independientes es más compleja. El lenguaje habitual en los medios y en las conversaciones personales es que hubo tres candidatos peronistas y dos ex radicales. Una expresión contradictoria en sí misma. ¿Por qué los radicales son ex y no los peronistas?
Es cierto que López Murphy y Carrió se fueron de la UCR pero los otros tres no pudieron ser sostenidos por el partido Justicialista. Más allá de la maniobra de Eduardo Duhalde para que aparezcan separados, existe la realidad de que las añejas contradicciones internas del Partido Justicialista ahora se hicieron evidentes y públicas.
El Partido Justicialista (PJ) en su forma tradicional no pudo contener esas tres líneas. Al PJ también le llega el fin de las estructuras partidarias clásicas. Lo que tenemos son tres independientes del PJ y dos de la UCR. Cinco independientes. Dos armaron sus partidos, López Murphy, Carrió, y Sáa, proveniente del peronismo, ya dijo que formará su propio partido y acompañado de un ex radical Melchor Posse.
Si dejamos de lado el lenguaje tradicional, de otra época, el de pensar en personas que se fueron de sus rediles partidarios y los que no son contenidos por sus partidos concluimos que hubo cinco independientes en la última elección.

Las personas más buscadas

El electorado funcionó también de esa forma independentista.
Si se toma el caso Carrió, su ve claramente ese movimiento. Casi gana en Santa Fe donde tuvo 25,1% y Menem 25,2% en una provincia gobernada por un peronista, Reutemann; 19,1% en Capital Federal y Murphy 25,9%; 17,1% en Neuquén y 25,2% Kirchner, 24,9% Menem; hizo excelente elección en el Cono Urbano de Buenos Aires y ganó en La Plata y Mar del Plata. Un electorado raro, si se piensa en términos tradicionales, pero coherente si se analiza desde la autonomía del electorado.
Esta importancia del elector, del individuo, aparece en las primeras declaraciones de los promotores de la ya iniciada campaña de Menem y Kirchner. Ellos entienden que la captación de votos para la segunda vuelta no reside en las alianzas de cúpula -que siguen existiendo pero limitadas- sino en la captación de el o la votante, del individuo, de la persona.
Por un lado hay que estar atento en lo que esconde el uso de un lenguaje que no está de acuerdo con la realidad y también la necesidad de dejarlo de lado para entender lo que ocurre en esta nueva etapa de la humanidad porque si bien la Argentina es favorecida por este acontecimiento esto también ocurre en otros países.
El panorama argentino ofrece muchas novedades. Puede decirse que es nuevo. Exige, por tanto, otras categorías de análisis y de posturas.