El periódico asegura que diversos documentos hallados entre las ruinas de la bombardeada sede de los servicios de espionaje iraquíes demuestran que un emisario de Al Qaeda fue invitado secretamente a Bagdad en marzo de 1998. El objetivo de la reunión era establecer una relación entre el régimen iraquí y Al Qaeda.
En dicha reunión, según The Sunday Telegraph, se negoció una posible visita de Bin Laden a Bagdad, pero los documentos no mencionan si dicho viaje tuvo lugar o no.
Otro documento hace referencia al viaje que debía realizar, desde Sudán a Bagdad, un emisario de Al Qaeda, cuya identidad no es mencionada.
Una carta que acompaña al documento afirma que se trata de un hombre de confianza de Bin Laden y agrega que el mensaje que debía enviarse a Bin Laden «versaría sobre el futuro de las relaciones con él y concretaría una reunión directa con él».
Estos documentos suponen una categórica desmentida a las afirmaciones del régimen de Saddam Hussein y de numerosas naciones occidentales, para quienes no existían vínculos entre el ex presidente iraquí y Al Qaeda, como aseguran los gobiernos estadounidense y británico.