Elecciones presidenciables 2003

El ninguneo perverso

Argentina llega al 27 de abril sin esperanza, sin expectativas, en la que no hay candidatos -ciudadanos limpios (“cándidos”)- que nos representen. Los que procesaron el desastre de un país ubérrimo y poblado por la desesperación, no se han ido como se reclamaba hace unos meses. ¿Por qué se iban a ir? El país les pertenece, tienen contrato indefinido con la mafia internacional y hacen bien su trabajo.

Por Jaime Naifleisch (Desde España)

El desastre no es resultado de ningún error, sino de lo planeado y ejecutado a conciencia plena. Si estuvieran dispuestos a irse los menem y kirchner, cavallo y duhalde, lópez murphy y rodríguez saá, hubiesen estado antes indispuestos a hacer lo que hicieron. Y no me limito a Menem, ni a la pusilanimidad alfonsinista, ni siquiera a la dictadura o al peronismo lopezreguista: hace décadas que se actúa en esta dirección.

Crisis planificada

Lo que hay no es resultado de un antimilagro, nunca cae un rayo de un cielo sereno. Hay mucho trabajo, concienzudo trabajo para que estemos como estamos. Un trabajo que no realizaron dos o tres, sino una casta entera bajo la atenta mirada de los gerentes y embajadores de corporaciones y estados extranjeros.
Nadie puede gobernar si ellos no los dejan. Ha sido demostrado. ¿Qué si no fue la repentina hiperinflación repentinamente revertida? Y ahora peor, rotos los consensos del ´76, vino el esperpento Galtieri y cesó la dictadura militar; no lo aprovechamos. Rotos los consensos menemistas, vino el corralito y detrás la dispersión de los mafiosos. Ninguno de ellos gobernará de modo ínfimamente razonable, reparador, aunque sorprendentemente iluminado alguno lo quisiera, porque los otros no lo van a dejar.

Otro modelo

Hay horas así, en las que el diagnóstico no va acompañado de una propuesta clara, alternativa, rompedora, que proponga otro modelo de orden posible.
El diagnóstico puede hacerlo cualquiera, pero la alternativa sólo puede ser social, colectiva, respaldada por el debate entre un número socialmente suficiente de ciudadanos que se han ocupado de burlar a los delincuentes y saben, además de querer “que las cosas cambien y mejoren”. Hay que identificar la necesidad y las posibilidades, en el contexto del país real, en el mundo en que se inscribe de modo inapelable. Ferrocarriles, agua, puertos, flota mercante y aérea, reconstrucción de un mercado nacional en el que circulen por todo el territorio lo producido en cualquier lugar de la República; realfabetización, lucha contra endemias y pandemias que se enseñorean, control sanitario de la industria alimenticia, fuentes de energía… ¿algo de esto ha sido mencionado por los tres pretendientes peronistas antiperonistas y los otros pretendientes ideológicamente idénticos?
Estas votaciones serán un episodio más de la decadencia, y a ella seguirá el orden perverso del ninguneo, del robo y la mentira, porque es beneficioso, no por capricho o por incapacidad para obrar en otra dirección.