«Era inquietante -afirmó Blix- ver cómo una parte muy importante de los documentos sobre los que se basaron Washington y Londres para elaborar su informe, era tan poco sólida».
«Hay ejemplos flagrantes» añade. «Se oyó hablar de un contrato entre Irak y Níger, por la importación de 500 toneladas de uranio. Sin embargo, cuando la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) obtuvo el contrato, no le fue muy difícil descubrir que había sido simplemente falsificado» agregó Blix.
«¿Quién fue el responsable de esa falsificación? ¿No es asombroso que los servicios secretos (estadounidenses y británicos), que debían tener todos los medios técnicos a su disposición, no descubrieran que era falso?», se preguntó irónicamente.
Acerca de si estaba acusando a los servicios secretos estadounidenses y británicos de haber falsificado los documentos por orden de Washington y Londres, Blix respondió que no iba «tan lejos. Han podido conseguir esos documentos falsos en alguna parte», afirmó.
«La CIA afirma haber conseguido una copia en el Reino Unido pero no estoy sugiriendo que los servicios secretos británicos no hayan podido falsificarla».