Pocos enfrentamientos bélicos del ultimo medio siglo han sido precedidos por una tensión tan generalizada dentro de Alemania. Una tension que se nutre de distintas fuentes.
Por un lado, la memoria histórica de una buena parte de la población. Los horrores de la Segunda Guerra Mundial y el caos de la posguerra aún permanecen muy presentes en la conciencia de las generaciones mayores de este país.
La actual clase gobernante nació y se crió en la época de posguerra, pero las consecuencias de la barbarie del nazismo determinaron su niñez y juventud. Quizás ésta sea la causa de cierta tendencia pacifista (o mejor dicho de intervención cláramente restringida) que determina la politica exterior alemana y el uso de la fuerza en las relaciones internacionales.
Por otro lado, Alemania también -como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial- tiene una deuda política muy grande con los Estados Unidos. No sólo en los dialogos privados sino tambien en las declaraciones públicas se reconoce que sin la protección y ayuda estadounidense, no se hubiera consolidado la democracia en Alemania, y el país no hubiera sobrevivido a las tensiones de la Guerra Fria. La herencia de esta amistad germano-americana es la permanencia de grandes contingentes de tropas de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos en Alemania: alrededor de 150.000 soldados y oficiales de los Estados Unidos están estacionados en territorio aleman(*1). Algunos como parte de las tropas de la OTAN y otros en base a tratados bilaterales entre ambos paises. En Ramstein, situada en el Estado de Rheinland-Pfalz, se encuentra la mayor base aerea de la Fuerza Aerea de los Estados Unidos fuera del territorio nortamericano. Y a solo 45 km. del lugar de residencia de quien esto escribe, en Stuttgart, se encuentra el Comando Táctico de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos para Operaciones en el Mediterráneo.
Una buena parte de los contingentes normalmente estacionados en Alemania se encuentran en este momento en la zona del Golfo Pérsico, prestos a intervenir en el conflicto armado. Como parte del tratado bilateral, soldados del ejército alemán se han hecho cargo de la custodia externa de las bases norteamericanas en territorio germano. Miembros de la Fuerza Aérea Alemana también son parte de la tripulación de los aviones de observación y seguimiento AWACS que la OTAN ha estacionado en las cercanías de la frontera turco-iraquí.
Al mismo tiempo, la coalición de gobierno de social-democratas y verdes, desde un principio, ha negado su apoyo a una solución bélica del conflicto. El primer ministro Schröder hizo de este tema uno de los ejes de su campaña electoral en septiembre pasado y muchos observadores dicen que fue uno de los factores determinantes de su triunfo en las elecciones del año pasado. De la misma opinión es el canciller alemán Joschka Fischer. En una reunión de especialistas en temas de Seguridad y Defensa, a la que también concurriera el secretario de Defensa americano Donald Rumsfeld, realizada a principios de febrero del 2003 en Munich, Fischer en un elocuente discurso dió su opinión sobre el tema. Recordó la deuda de gratitud del pueblo alemán para con los Estados Unidos. Comparó los esfuerzos de argumentacion de la administración Bush a la argumentación de un fiscal ante un tribunal: “Ustedes tienen que fundamentar vuestro caso. Tienen que mostrarme las pruebas aquí y ahora. Y no lo han podido hacer fehacientemente. Por lo tanto no pueden pedir que apoyemos alegremente una intervención militar y que expliquemos, con tan debiles argumentos, nuestra desición de intervenir ante nuestro pueblo.“
Detrás de esta frase se oculta la absoluta falta de credibilidad de la administración Bush entre los gobiernos europeos. Más allá de los intereses contrapuestos de los países capitalistas centrales (que existen y condicionan su política exterior), existe un real temor de que las palancas del poder en Washington estén en manos de un puñado de aventureros ultraconservadores, que solo responden a los intereses de la industria petrolera o armamentística.
La política de intervención restringida del Estado alemán en asuntos exteriores mencionada más arriba siempre se sirvió de instancias supranacionales para legitimar el envío de tropas y/o ayuda humanitaria al exterior.
Así ocurrió en Bosnia, Kosovo y Afganistán. Estas intervenciones sólo se conciben como instrumentos para lograr la preservacion del derecho internacional y existen importantes iniciativas alemanas para fortalecer, en este sentido, a la ONU y a las cortes internacionales (por ejemplo: Corte especial para la ex-Yugoslavia en La Haya o la Corte Penal Internacional – Estatuto de Roma). Cada intervención, aún las humanitarias, ha tenido que ser aprobada por el Bundestag (Diputados) y sólo se logró la aprobación de las mismas tras ardorosos debates. El absoluto menosprecio del Gobierno de los Estados Unidos por las normas del derecho internacional y las Naciones Unidas hacían prácticamente imposible un apoyo del gobierno alemán a la política de Washington.
Durante la primera Guerra del Golfo el gobierno alemán apoyó la ofensiva estadounidense y financió una parte de la campaña bélica. En esta oportunidad se limitará a cumplir con los acuerdos bilaterales existentes y a permitir por ejemplo la utilización del espacio aéreo alemán.
Ya durante este primer conflicto Alemania cedió a Israel sistemas anti-misiles tipo “Patriot”, que fueron instalados en Galilea . Estos sistemas siguen allí estacionados y a habido nuevos envíos de armamento del mismo tipo en el último tiempo. Sin embargo, Alemania se ha negado a entregar carros de combate livianos (en principio destinados a la detección de agentes químicos y bacteriológicos) ya que estos podrían ser utilizados en las actividades represivas en los territorios ocupados.
La población alemana (según estadísticas más del 85%) apoya la política del gobierno alemán con respecto al conflicto. También la oposición parlamentaria conservadora y liberal, salvo contadas excepciones destinadas más que nada a atacar al primer ministro Schröder, no ha presentado grandes alternativas a la política oficial. •