Días de furia

Sharón lo hizo

¿Se imaginan un gobierno de Duhalde con Menem en la Cancillería, Aldo Rico en el Ministerio de Defensa, y un cura en el Ministerio del Interior ? Aquí Sharón lo hizo: llegó prometiendo paz con seguridad, no trajo ni una ni la otra, construyó un gobierno de coalición y lo único que hizo fue lo mismo que le reprochan a Arafat: perder o boicotear toda oportunidad de tomar alguna clase de iniciativa política para eliminar el terrorismo. En vez de eso, jugó a la ruleta rusa exponiendo a la población a la ola más explosiva e intimidatoria de la que se tenga memoria, una Intifada que bombeó y mató en discotecas, shoppings, ferias, salones de fiestas, bingos, entrando a sangre y fuego en casas de asentamientos y en kibutzim, volando hoteles en el exterior … un movimiento anti israelí que cuenta con un presupuesto de 25.000 dólares por mártir que nos quiere hacer entender que los sionistas son un error histórico. El pequeño Satán, que nunca debería haber existido, nunca se podrá tomar un respiro. Sharon instaló a Israel en la lucha antiterrorista contra el "terror" palestino, tratando de convencer a los Estados Unidos que es el equivalente de su lucha antiterrorista global. En esta versión de la derecha israelí, se trata de "Israel contra el Terror", no hay ocupación, ni territorios, ni un pueblo palestino que lucha por su Estado, nada de eso.

Por Mario Faust (Desde Israel)

Sharón lo hizo: logró que se vayan los laboristas y puso a Bibi en el Ministerio de Exteriores defendiendo la idea de la «Gran Israel», de expulsar a Arafat, pavoneándose en la interna del Likud como el único que está en contra de un Estado Palestino, soberbio, con risita de «a mi qué me importa» y entonces, Bibi logra lo imposible: Sharón se convierte en el estadista centrado, que admite las presiones norteamericanas y dice:
– bueno, está bien, qué se puede hacer, veremos si apoyamos esto del Estado Palestino…!
Ahí están, con un pase de magia, Bibi halcón, Sharón paloma.
Sharón se llena la boca con un estado palestino virtual que se impone en todo el mundo y, más ahora, en la política exterior de los Estados Unidos, y llora por las concesiones dolorosas que hay que hacer.
Le preguntan una y otra vez y con donaire explica que habrá concesiones que dolerán!
Pero no muchachos, quédense tranquilos: hace unos meses en una revista de Jabad, Sharón respondió al periodista: «cuando hablo de concesiones que duelen, me refiero a que no reconquistaremos Nablus, Jericó, etc… Para mí, esa es una concesión que duele mucho !»
Sharón termina su mandato llamando a elecciones parlamentarias piloteando su gobierno con Bibi sentado a su derecha en las reuniones de gabinete y con Mofaz en la cartera de Interior. Este último viene de dirigir el Tzahal y se prepara para reocupar toda la Cisjordania. El hombre es un halcón que conduce sin freno a actividades más y más ofensivas.
En Hebrón, donde no hay nada para hacer más que cuidar a 100 fanáticos a los que le importa más la santidad de su religión que sus hijos y la de los ciudadanos que habitan Israel (hoy, mientras escribo, mueren Karen Jacobi, 19 años, de Jedera, y Maor Kalfon , 19 años, de Kiriat Iam, donde hace un mes murieron 12), allí en Hebrón, decía, pareciera que nuestros hijos son menos importantes que su santidad.
Por supuesto que en el gobierno de Sharón, en este, y en el que vendrá, están nuestros queridos, y nunca bien rechazados, hermanos de sangre, representantes del porcentaje de nuestro pueblo que esta en íntima conexión con Dios. No tenemos que preocuparnos por ellos, ni explicarles qué deben hacer, porque son disciplinados y obedientes, y todo se lo preguntan al Rav Ovadia Iossef. Regados con generosas porciones del presupuesto nacional, ese sector nacional está a cubierto.

Transfer

Hay que decir (como si esto fuera poco) que el segmento político-religioso viene tratando de ser infiltrado como sea por el sector mucho más jugado de los colonos de los asentamientos, y de todo aquel que represente la idea de que a los árabes hay que transferirlos.
Vayan a preguntarle al ex brigadier general y jefe de cirugía plástica en el Hadassah, el profesor Arie Eldad de 52 años, recién llegado al partido que forman Moledet y Beiteinu: el número 7 en la lista para diputado. El doctor Eldad reafirma que no tiene ningún empacho ético en apoyar semejante idea.
Para los árabes: transfer, y eso no es nuestro problema más grave porque, según sus cálculos, se viene una guerra de aquellas para cuando vuelva a tomar el control completo sobre todo el territorio de la Gran Israel. Vendrá una Guerra que no queremos, dice, en la que estarán involucrados Iraq, Iran y Libia…
Nos quedamos tranquilos, Heldad la tiene clara:
«Es muy fácil ser ingenuos, supuestamente humanitarios, eso es lo mas simple. Es fácil. Y eso que yo no odio a los árabes Algunos de mis amigos de la izquierda odian a los árabes mucho más que yo. Pero hemos sido ingenuos demasiado tiempo: ha llegado la hora de controlar los sentimientos humanos que nos llevan a la destrucción. Se trata de un asunto de medicina preventiva».

La retirada laborista

El Laborismo se fue del gobierno intentando una maniobra de recuperación preelectoral y lo que ha logrado, a su pesar, es permitir la aparición de un nuevo liderazgo político, es cierto, el de Amram Mitzna, que con un discurso paloma (por la negociación, la retirada unilateral y la separación) tiene la suerte de estar atrás en las estadísticas, porque si hubiera algún pálpito de ser ganador ya alguien le hubiera puesto precio a su cabeza a la Rabin (apenas ganó la interna, en una pared apareció pintado: «Mitzna, Rabin te espera»).
Pero lo que hay que tener en claro es que con todo, el discurso progresista con el que viene el nuevo líder del laborismo, el aparato político, en su interna, se endurece y se derechiza exactamente como el del Likud: los aparatos políticos se vuelven conservadores y halcones.
A la hora de decidir la lista para la Knesset salieron disparados Iosi Beilin y Yael Dayan. Esta gente progresista no tiene nada que hacer en Avodá (el Laborismo). Que Meretz los reciba y sea el lugar desde el cual pueda formularse un nuevo partido socialdemócrata para liderar el campo de la paz no nos debería henchir de orgullo: habría que reconocer que la política domestica israelí se ha vuelto más rígida, más dura y conservadora. Todos juegan a las internas en un país que se cae por el agujero de la recesión y donde el sueño del hiperconsumo se comienza a terminar.

A la Americana

Los israelíes creen que es por la Intifada que los hoteles están vacíos, y es verdad , pero no se dan cuenta que la economía israelí forma parte de la aldea global, por más dinero que le inyecten desde el exterior, y que los despedidos de hoy y mañana son más de lo mismo de lo que en Argentina se puede dar cátedra. No se enteran de lo que comienza a verse en Europa, el fin de algo que dará paso a no se qué clase de caída del imperio americano. Y más aún, el israelí no tiene idea hasta qué punto, en la vida cotidiana, está inmerso en un american way of life que le desgarra la tripa en 12 horas de trabajo en el high tech cuando la úlcera quema por temor a ser el siguiente en la lista de despidos.
Así que, ya saben, si me preguntan, yo voto Meretz, pero convencido de que hay mucho más de rigidez que de cambio y que la sociedad israelí se divide y repliega mucho más de lo que se empeña en marchar hacia un mundo nuevo.
Más aún: después de mucho tiempo de sostener el «hie beseder» típicamente israelí (algo así como «quedate tranquilo pibe, que todo va a salir bien») creo que Israel va por mal camino, y todo puede salir al revés.•