Es temprano para declarar victoria

Nuevos territorios para ISIS en Medio Oriente

Detrás de la anunciada victoria en Iraq y Siria de las fuerzas gubernamentales apoyadas por una coalición internacional sui generis, resulta válido preguntarse y dudar sobre lo que algunos afirman de manera contundente: ¿realmente estamos viendo el fin de ISIS como proyecto de estado independiente o Califato, como ellos se autodenominan?
Por Flavio Goldvaser

Para intentar alcanzar una respuesta a este interrogante inicial, sería importante entender que ISIS no es una república o Estado común. ISIS es una ideología religiosa con finalidades políticas y sociales de dominio global que se expanden más allá de un territorio. Ejemplos de ello lo podemos encontrar en la península del Sinaí, en Libia, Nigeria, Ghana, República Centroafricana y Somalia entre otros.
La derrota de ISIS nos hace pensar hacia dónde se dirigirá ese flujo de soldados y armas que han perdido su territorio pero no su causa, y los mapas nos hacen voltear no solamente a Europa sino también al lugar más cercano geográficamente a su perdido territorio, lo que hasta hoy se creía un oasis de estabilidad: el Reino Hachemita de Jordania, considerado un Estado moderado, aliado de Occidente, envuelto tanto política como militarmente contra ese movimiento pero con una economía paralizada y un influjo de refugiados que absorbe gran parte de su presupuesto social en atenderlos.
Vale recordar, además, que Jordania funciona, como es denominado por Israel, como su colchón estratégico de resguardo en la frontera Este. Tanto es así que ante los temores de un surgimiento de ISIS en esta frontera, existen planes de contingencia de Israel para construir un muro a lo largo de la misma, según citan ciertas fuentes de inteligencia, donde se esperaría un retorno de los sobrevivientes de los aproximadamente 3.000 combatientes nativos jordanos y la infiltración de otros tantos de otras nacionalidades árabes, y en donde de la misma forma debe esperarse una lenta y creciente actividad insurgente y terrorista al estilo de lo acontecido en Iraq previo al año 2014. Pero no hay que ser alarmistas ya que Jordania es un Estado fuerte con recursos militares y alianzas estratégicas con EE.UU. e Israel, que en el peor de los casos intervendrían para no dejar desestabilizar al reino.
Basados en los acontecimientos y circunstancias político-económicas y aunque las fuerzas de seguridad y los aparatos de inteligencia del gobierno de Jordania se encuentran entre los mejores y más leales a su gobierno, a diferencia de lo que sucede en otros países árabes, en ciertas oficinas gubernamentales de Israel se piensa y se observa que la posibilidad de ataques terroristas irá en aumento, teniendo en cuenta varios sucesos acontecidos en los últimos años. Por ejemplo, el más destacado -aunque haya pasado desapercibido para Occidente- es el ataque terrorista de ISIS que se produjo un año atrás para estas fechas en la ciudad norteña de Zarka, donde en una cacería mortal por la ciudad y por su castillo medieval (en el cual había un contingente de turistas europeos) asesinaron a 17 personas ,dejando más de 32 heridos; entre ellos varios militares que pudieron, luego de horas de enfrentamientos, eliminar a varios integrantes del comando y arrestar a por lo menos a 10 más una vez finalizadas todas las operaciones.
Y podemos decir que esto sucedió en esta región porque Zarka y su barrio de refugiados palestinos Hai Masoum, (de los cuales sería interesante retener los nombres), es una ciudad industrial con una población de más de 800.000 habitantes y es conocida en el mundo jihadista como la ciudad que vio nacer a Abu Musab Al-Zarqawi, líder y fundador de Al-Qadea en Iraq y que fuera el embrión de ISIS. Zarka es la ciudad de Jordania con el mayor porcentaje de desempleados, con bolsones de pobreza muy extendidos, con un 60% de la población por debajo de los 30 años y cuyos niveles de desempleo llegan al 24% en esta franja etaria, lo que ha dado lugar al desarrollo de grupos salafistas muy extremos que se alinean ideológicamente con ISIS. Todo esto les sirve para declararse la capital del movimiento en Jordania, tanto por el reclutamiento de jóvenes como por la afluencia de combatientes extranjeros asentados en esa ciudad, donde se estima la presencia de entre 5.000 a 10.000 miembros de la organización.
Sin embargo, otros recientes eventos tienen preocupadas también a las agencias de seguridad jordanas e internacionales, ya que en la sureña ciudad de Ma’an ubicada a no más de 40 km de la ciudad de Petra, una redada de rutina para arrestar a un salafista jordano derivó en un enfrentamiento abierto con grupos de tribus locales que se extendió durante cuatro días, y no debemos dejar pasar por alto que durante esta operación terrorista, ISIS anunció por intermedio de un video publicado en YouTube la creación de una filial en la ciudad, cuyos objetivos inmediatos eran el asesinato del rey Abdullah, y lanzar ataques suicidas contra instalaciones militares jordanas, algunos de los cuales ya se hicieron efectivos. Asimismo, ISIS en Siria en la misma época lanzó una serie de mensajes de solidaridad con la gente de esta ciudad de no más de 45.000 habitantes, describiéndola como la Fallujah jordana.
Es por esto y otros hechos no descriptos en este artículo que Israel mira con cautela no sólo lo que acontece en su frontera norte sino también, y en forma más silenciosa, lo que ocurre en su frontera este, pensando que puede llegar a convertirse en un nuevo foco de desestabilización de ISIS y sabiendo que todavía es muy temprano para declarar victoria sobre este enemigo cuyo aliado más fuerte es la religión. Como buenos observadores, deberíamos prestar atención a lo que sucede del otro lado de la frontera y seguir los acontecimientos de cerca.