Declaración de J-AmLat Argentina

Bibi Netanyahu en Argentina

La alianza de progresistas latinoamericanos e israelíes fijó posición ante la visita de Bibi Netanyahu a Argentina, la primera de un premier en funciones. Como judíos comprometidos con el destino y defensa de Israel, la agrupación J-AmLat denuncia que la negación de la existencia de derechos de la población árabe palestina en los Territorios Ocupados van corroyendo los cimientos en los que se fundó el Estado hebreo.

Con motivo de la visita del primer ministro de Israel, Bibi Netanyahu, del cumplimiento del 50° aniversario de la Guerra de los Seis Días y de la consecuente ocupación de los territorios de población árabe palestina de Cisjordania, J-AmLat Argentina, agrupación identificada con el Estado de Israel y con la defensa de su existencia, declara:
Que basándonos en nuestra herencia cultural judía de principios primordialmente humanistas, entendemos que la continuación de la ocupación de territorios -con una población que posee su propia identidad nacional, religiosa y cultural que aspira a su autonomía soberana- violenta y contradice los principios fundamentales del judaísmo, distorsiona sus valores éticos y pone en serio riesgo la vigencia de la democracia israelí.
Como judíos comprometidos con el destino y defensa de la existencia de Israel, consideramos que nos corresponde el derecho de manifestar nuestra posición. El conflicto árabe-israelí ha tenido derivaciones directas sobre nuestro país, la Argentina y su colectividad judía. Los atentados a la Embajada de Israel y a la Amia son un claro ejemplo de ello y nos preocupa que la continuidad del conflicto tenga derivaciones adicionales, tanto en Argentina como para el pueblo judío, en Israel y en el mundo.
La continuación del statu quo y la ilusión de que la superioridad militar puede mantener esta situación indefinidamente, la negación de la existencia de derechos de la población árabe palestina, sumado a ciertas prácticas degradantes de la dignidad humana generadas por la ocupación, van corroyendo los cimientos en los que se fundó el Estado de Israel, que en su Carta de Independencia declara que la nueva nación estará basada en los principios de libertad, justicia y paz, asegurará la completa igualdad de derechos políticos y sociales a todos sus habitantes sin diferencia de credo, raza o género, y garantizará libertad de culto, conciencia, idioma, educación y cultura.
A partir de los acuerdos de Oslo de 1992, se abrió una esperanza para que ambos pueblos, el israelí y el palestino, encuentren un destino de paz y de convivencia pacífica bajo la fórmula de “dos Estados para dos pueblos”, teniendo como base la vía de las negociaciones y concesiones mutuas, para posibilitar un acuerdo definitivo con una consensuada delimitación territorial que redundará en un futuro posible de paz y cooperación que beneficiará a ambos pueblos.
Israel, como Estado soberano, sólo será y albergará a una nación libre cuando la ocupación, la colonización, los asentamientos y las políticas de discriminación terminen, y un Estado Palestino a su lado pueda convertirse en un país soberano, haciendo cesar un conflicto de generaciones teñido de sangre y sufrimiento.
Llamamos al gobierno de Israel, país con cuyo devenir y destino nos identificamos, defendiendo el derecho a su existencia y autodefensa, a trabajar lado a lado con la Autoridad Palestina, para establecer inmediatas negociaciones en aras de un acuerdo de paz que tenga como marco una solución global y definitiva al conflicto árabe israelí, condición imprescindible para resguardar la existencia del Estado de Israel tanto en su carácter democrático como en su carácter de Estado nacional del Pueblo Judío, para el bienestar de todos sus habitantes.