David Broza en Argentina

Broza-Gieco, un encuentro, una guitarra y más

A instancias de nuestro colaborador Enrique Grinberg, durante la estadía porteña de David Broza, el artista israelí compartió una velada con León Gieco. El resultado del encuentro, pleno de mística y melodías, fue un intercambio maravilloso y de mutuo reconocimiento.
Por Enrique M. Grinberg

No todos los días se produce una magia igual y no me refiero al fenómeno astronómico.
Hay algo especial cuando se encuentran dos grandes personas. Ambos referentes artísticos y sociales, cada cual en su país. Contemporáneos, poesía y música equivalente. Los preocupa y ocupa temas similares, el ser humano, la paz, el amor, la memoria, la vida misma y el otro con su otredad. Ofician de profetas modernos siendo la conciencia hecha canción de sus pueblos.
Se conocieron en persona una tarde de junio en Buenos Aires, conocían de antes sus trayectorias. Se sentaron uno al lado del otro, hablaron en el idioma español y en el idioma de la música. Parecían amigos de toda la vida. Muchos temas en común y una guitarra. El amor por el prójimo, el trabajo social en áreas de discapacidad y el encuentro con los otros los unió.
Hablaron de música, de aquí, de allí y de otros tantos lugares. Hablaron del mundo, de ideas e ideales. Dos grandes se encontraron y se reconocieron mutuamente generosos con una entrega, pasión y humildad única.
Cada uno quiso mostrar y compartir sus melodías con el otro y con los pocos que estuvimos presentes. León comenzó con La Cigarra, luego la canción La Memoria y la guitarra pasaba de mano en mano con afecto y admiración del uno por el otro. David interpretó su primer tema compuesto que fue Ihie Tov (Estará bien) y luego Qué va a ser de ti lejos de casa, del Nano Serrat, al que Broza tradujo al hebreo con gran éxito. Luego se mezclaron y fusionaron Haifa, Carito, East Jerusalem y West Jerusalem y Solo le pido a Dios, entre virtuosos intermezzos de música country, flamenco y hermosas y profundas conversaciones entre ellos.
Los planetas se alinearon durante esas dos horas y media. El encuentro generó una energía única, una mística especial, un maravilloso intercambio y mutuo reconocimiento. Esperemos que este sea solo el comienzo de posibles futuros proyectos conjuntos entre dos personajes entrañables e indispensables como lo son David Broza y León Gieco.