Controversias en torno al último censo

Israel y su mayoría judía

Como es de costumbre, en cada víspera de Yom Haatzmaut, la Oficina Central de Estadística publicó las cifras demográficas de la población de Israel. Esta editorial del periódico Haaretz analiza algunas manipulaciones hechas con las cifras.

En resumen, este año la Oficina Central de Estadística publicó que la población de Israel es de 8,68 millones de personas, 74,7 por ciento de ellos judíos (alrededor de 6.500.000), 20,8 por ciento de ellos árabes (alrededor de 1.800.000) y el resto «otros», principalmente cristianos no árabes. Esta viene a ser la (inequívoca) manifestación numérica del éxito del sionismo en establecer un Estado con una sólida mayoría judía, siendo que esto es una publicación oficial de una agencia profesional autorizada.
Pero el anuncio de la Oficina Central de Estadística es engañoso e incluye muchas imprecisiones y manipulaciones que lo convierten de un informe estadístico objetivo y seco en una ridícula pieza de propaganda.
Empecemos por el número de habitantes de Israel. La oficina incluye a todos los judíos que viven en las áreas bajo su control, entre el río Jordán y el mar Mediterráneo. Pero cuando se trata de los árabes, sólo incluye a aquellos dentro de las fronteras previas a la Guerra de los Seis Días, a los residentes palestinos de Jerusalén Oriental y a aquellos que viven en los Altos del Golán. Los millones de palestinos que viven en Cisjordania y en la Franja de Gaza no son incluidos.
De tal modo, los colonos judíos de Hebrón son considerados «residentes de Israel» e incluidos en el recuento, mientras que sus vecinos palestinos no lo son»…
De acuerdo a un documento oficial de la Administración Civil de los Territorios emitido en 2013, el número de palestinos de Cisjordania ascendía a más de 2.650.000. Si a eso le sumamos los 1.800.000 antes señalados, la cifra alcanzada es de casi 3.500.000. En ese caso, el porcentaje de judíos sería del 57% y el de árabes 30%.
Una de dos: o no se cuentan los colonos como ciudadanos (que es lo que debería ser, siendo que ellos viven en una zona no oficialmente anexada por Israel ni reconocida internacionalmente), y en ese caso el número de judíos se reduciría a 6.100.000 (70%) o se aceptan los números del párrafo anterior.
Algo más:
1. Aceptar lo último (gran diferencia entre 70% y 74% no hay) sería aceptar que los territorios son ocupados, algo que aún si representa una verdad incontestable es rechazado en forma oficial por Israel desde 1967.
2. Más aún. Este «pequeño» cambio, implicaría que los colonos no podrían votar en las elecciones, alterando seriamente el mapa político que se inclina en forma sistemática hacia la derecha y aumentaría la fuerza de los árabes dado que 30% del electorado significarían 36 parlamentarios de 120.
3. Aceptar lo anterior, borrando a los palestinos, implica poder justificar la ocupación ocultando el sustancial cambio demográfico que eso significa.
4. Más aún. Toda vez que se borra a los palestinos, negándoles el estatus de ciudadanos, se evita entrar (oficialmente) en el tembladeral del famoso apartheid, pues en tanto no lo sean no se les está negando derechos que «no les corresponderían».

Traducción: Heriberto Winter