La reacción oficial frente a los recientes atentados

Culpable: el Gran Bonete

‘¿Quién es culpable  de los atentados? ¿Yo señor? No señor. ¿Quién señor? El Gran Bonete, Facebook , es el culpable’, Guilad Ardan-Ministro de Seguridad Interior. Diálogo imaginario en el Gabinete de Seguridad. Jerusalén. Julio 2016.
Por Guga Kogan

Probablemente, así concluyera la sesión extraordinaria del Gabinete de Seguridad de Israel, cuando en menos de 24 horas ocurrieron los más sangrientos e insanos atentados palestinos, con el saldo de una niña de 13 años asesinada mientras dormía y un padre de 10 hijos acribillado mientras manejaba. Ambos habitantes de los asentamientos en la Cisjordania. Otra tragedia en el interminable conflicto israelí-palestino. La Intifada de cuchillos y tijeras dio su paso inevitable al gatillo fácil de armas improvisadas. Las anteriores hicieron trayectorias similares, de la piedra al fusil y del fusil a los bombas-suicidas. Cada generación con su estilo de violencia ciega, pero la desesperación es la misma. Mañana cumplirá 50 y la sangre -de ambos lados- seguirá corriendo, siempre y cuando nuestros brillantes dirigentes sigan acusando al Gran Bonete de sus pesares y los atentados.
En estos  últimos eventos sangrientos, el Facebook es el culpable. Para más detalle: su rubicundo fundador Mark Zukerberg, que, ni más ni menos, ‘tiene sangre en sus manos’, por los últimos atentados, ya que no impide que en su muro se publiquen mensajes que incitan a los mismos. Diagnóstico pronunciado por el gallardo ministro de Seguridad Interior (Policía), Propaganda y Asuntos Estratégicos Guilad Ardan, típico trepador político del Partido Likud, con mas haber de declaraciones derechistas que logros en el ejercicio de sus múltiples carteras.
Gran adulador de Netanyahu que, en retribución, casi lo deja a la deriva cuando compuso su gobierno (típico de Netanyahu con sus allegados). Pero el joven político exigía demasiada atribución ministerial, que no estaba acorde a su verdadera estatura política. Al final, Netanyahu le largó esa combinación de carteras, de las cuales sufre más reveses de lo que se imaginaba. En cada revés o estupidez policial, la liga en la opinión pública y en los medios. Por ello necesita desesperadamente de algo que lo distinga en la galaxia política, exenta hoy de estrellas que resalten, ya que como ministro deja mucho que desear. Y de allí, probablemente, le salió el exabrupto de  culpar a Facebook. Que es como acusar al telégrafo por la primera Guerra Mundial o al teléfono por la Segunda y a internet por las Torres Gemelas. De allí en más, saltaron los demás ministros del Gabinete, en especial el de Educación, Bennet (bajo cuya kipá bullen ideas muy progresistas y aguerridas), que propuso bloquear internet en toda la Zona del Sur de Hebrón (donde viven más de medio millón de habitantes) y así impedir que los jóvenes palestinos sean influenciados por las redes sociales, ya que -como es sabido- sólo viven en las nubes (virtuales) y no en una realidad de un pueblo bajo ocupación, algo que quizás tenga alguna influencia.

‘Start up nation’
Hay que ver para creer el debate que aquí se desató sobre el tema. Como somos una ‘start up nation’ y por lo tanto tenemos millones de entendidos en el tema (más que abogados y médicos), todos ellos se posaron como langostas en todo ‘talk-show’ electrónico, para dar opiniones profesorales. Un aluvión de verborragia de especialistas de teclado y pantalla, dedicado a cubrir las verdaderas raíces de esta (carente de fecha de deceso) intifada.
Y como siempre, por el camino, acusar al líder palestino Abu Mazen de incitador central, porque no condena públicamente los atentados (a los cuales se opone como línea de acción) y le larga ‘una chirolas’ a los parientes del ‘shaid’ (en palestino ‘mártir’). Sólo por eso, significa, en israelí corriente, identificación con los asesinos. Argumento definitivo que por su simpleza convence a más de la mitad de la opinión pública israelí. Por lo tanto, sin que nadie chiste, es posible retener el dinero que pertenece a la Autoridad Palestina, en conceptos de impuestos al importe de mercaderías, unos cuantos millones de dólares, o negar a sus dirigentes libertad de tránsito. Métodos ya probados y perimidos, destinados a entorpecer más que a ayudar, que mueren antes de nacer, por la presión internacional.

Las paradojas de Facebook
Volviendo a Facebook y en particular a internet, hay altas posibilidades de ser cerrados al estilo chino, consideradas armas de incitación al asesinato. Lo que Ardan y sus acólitos no logran entender, por la simplicidad y chatura de sus argumentos, destinados todos a justificar la carencia de tratos con los palestinos y sus dirigentes, es que Facebook es un arma de doble filo y tiene su paradoja. Primero, porque como red social virtual, con un buen algoritmo se pueden detectar tendencias asesinas y neutralizarlas apropiadamente. Es más fuente de información de una nación que se precia de ser vanguardia en el mundo de los algoritmos computados, y se debe valorar y monitorear día y noche para identificar tendencias asesinas en la arena virtual.
La segunda paradoja es que si Facebook es tan poderoso en lograr sacar gente a la calle a asesinar judíos, ¿por qué son tan pocos los cuchilleros, tijereros y gatilleros? ¿Cómo es posible que la red social no logre sacar a la calle miles de manifestantes contra la Ocupación y otros miles a acuchillar israelíes? ¿Por qué son tan pocos y tan patéticos los que marchan, sin hesitar, a su muerte por poseer en la cartera o enarbolar un cuchillo? ¿Cuál es la motivación suicida de chicos y chicas, sin pasado de extremismo islámico enceguecedor?

‘Realidad incitante’
La verdad de la milanesa es que Netanyahu y sus brillantes ministros, en especial los reunidos en el Gabinete de Seguridad, no tienen la menor idea de qué hacer para detener la ola. Pero tampoco quieren ver que existe algo que se denomina en la realidad de los pueblos, una cierta ‘Realidad Incitante’. Realidad muy común existente entre pueblos que están sumidos bajo ocupación, y por ésta, viven en condiciones de vida muy difíciles, por las cuales no es necesario ningún factor exterior que incite a la acción violenta. La realidad hace su trabajo, solita y en forma natural. Día a día, en la calle, en el camino a comprar un helado o en la vecindad. Es el casco y el fusil que ven día y noche. En especial en horas de medianoche, cuando los perros más ladran. Esa es la que crea naturalmente una ‘comunidad angustiada’, cuyo común denominador es el deseo de extirpar el factor que le produce angustia. En el caso palestino: la ocupación.
Vaya uno a explicarles a ese Concilio de Sabios de la Seguridad que cuanto más aprietan la tuerca, cuando más cierres y estados de sitio sobre poblaciones enteras, más anulación de permisos de trabajo en Israel, más barreras de seguridad, murallas de más altura y extensión, más caminos y calles bloqueados al tránsito libre de la población civil palestina, peor es. Otra semilla de rencor y odio que se siembra, que va a brotar la próxima semana, el próximo mes, el próximo año. Inevitable como la Ley de la Gravedad.
Algo así les trató de hacer entender la Plana Mayor del Ejército, pero sin éxito. Ahora, sobre los generales, posa la mirada fría (con reminiscencias putinescas) del flamante ministro de Seguridad, Avigdor (Ivet) Liberman, que los obliga a actuar según sus directivas. Y todas apuntan a apretar más la tuerca, hasta que llegue el inevitable estallido. Y entonces seguramente el trío: Netanyahu, Liberman y Bennet, el trío más derechista que alguna vez gobernó Israel, acusaran a… todo el mundo menos a sí mismos.
Porque con Zuckerberg no pueden medirse, ni obligarlo a cantar según su melodía. Es demasiado poderoso y sus intereses son un poquito distintos de los del gobierno israelí actual. Pueden ladrar, pueden lamentarse, pueden incluso presentarse con alguna acusación a la Corte en Nueva York. que los va sacar corriendo. Más que eso, niente.