Fuentes palestinos informaron -además de poder verlo en todos los noticieros del mundo- también de la demolición de unas 10 viviendas del campo de refugiados.
La operación israelí fue condenada por la Autoridad Palestina (AP) al considerarla un «sabotaje contra los esfuerzos para reanudar las negociaciones de paz». En declaraciones alineadas con estas ideas también se manifestó el Secretario General de la ONU, Kofi Annan.
La boca del túnel fue descubierta en una casa del campo de refugiados y tenía un diámetro de 13 metros de ancho, aseguraron fuentes militares israelíes. Por ese túnel, agregaron, la resistencia palestina recibía armas provenientes de Egipto y mercancías de contrabando para su venta en la franja de Gaza.
Según el jefe de la operación, teniente coronel Pinjas Suárez, el elevado número de víctimas se debió a la resistencia opuesta por milicianos palestinos que trataron de repeler a sus tropas.
La incursión israelí, iniciada en la noche del martes 23 de diciembre, fue luego de una emboscada de dos militantes de la resistencia palestina que mataron a dos oficiales israelíes antes de ser abatidos en la zona de Kisufim, también en la franja de Gaza.
Otro palestino de 27 años murió anoche junto a la aldea de Yaba por disparos de soldados atacados a pedradas cuando se disponía a arrojarles una bomba incendiaria en una ruta entre las ciudades de Naplusa y Yenín, en Cisjordania.
En es misma región del conflicto, las Fuerzas Armadas israelíes anunciaron la detención de 22 activistas de Hamas en la ciudad de Ramallah.
La policía palestina, por su parte, detuvo a su vez a tres activistas acusados de haber participado el lunes en la agresión contra el ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Ahmed Maher, en el Monte del Templo o la Explanada de las Mezquitas de Jerusalem.
Este incidente colocó en una tensa situación al presidente palestino, Yasser Arafat, que decidió enviar una delegación a El Cairo para presentar sus excusas oficiales por el ataque.