Atentados a gran escala de EI

Terror en París

Siete ataques simultáneos fueron perpetrados por tres células terroristas del Estado Islámico la noche del viernes 13 de noviembre en París. Para hacer frente a la ola de terror que vivió la capital francesa, cuyo saldo supera los 130 muertos y casi 350 heridos, muchos de ellos en estado crítico, el gobierno galo decretó el estado de emergencia y cerró sus fronteras, cosa que no sucedía desde la Segunda Guerra Mundial.

Los atentados más mortíferos en la historia de Francia fueron perpetrados por terroristas suicidas en lugares estratégicos de la París: las inmediaciones del Stade de France, cuando se jugaba un amistoso entre las selecciones de fútbol de Francia y Alemania, y se encontraba el mismísimo presidente Francois Hollande; la sala de conciertos Le Bataclan; y algunos restaurantes donde ocurrieron explosiones y disparos.
Todos los atacantes portaban rifles Kalashnikov y llevaban exactamente el mismo tipo de chaleco explosivo.
«Ante un ataque cometido de forma cobarde, vergonzosa y violenta, Francia será implacable contra los bárbaros del EI», advirtió el jefe de Estado francés, quien apenas se produjeron los ataques decretó el estado de excepción y ordenó el refuerzo de los controles fronterizos.
El fiscal general de París, Francois Molins, indicó que las primeras investigaciones señalan que los seis ataques del viernes fueron perpetrados por tres grupos coordinados que apuntaban a lograr, ataviados con idénticos chalecos explosivos, «un máximo de víctimas a partir de su propia muerte», consignó la agencia de noticias DPA.
La masacre en las calles de la capital francesa se produjo poco después de otros ataques reivindicados por el Estado Islámico (EI) en un avión de pasajeros ruso, que mató a 224 personas, y de un bombardeo en el Líbano en el que murieron 43 personas.

París, que será a partir de fines de mes sede de la conferencia mundial sobre cambio climático, confirmó hoy que el encuentro tendrá lugar tal como previsto «con medidas de seguridad reforzadas».
Entretanto, los líderes del mundo respondieron a los ataques mortales en París con promesas desafiantes de solidaridad. De Barack Obama a Vladimir Putin, toda Europa, Medio Oriente y América Latina, los líderes expresaron sus condolencias.

El día después de los atentados, con la conmoción latente entre los franceses y con el Ejército patrullando las calles por la instauración del estado de emergencia, algunos ciudadanos desafiaron la prohibición oficial y se congregaron en plazas de París y en otros puntos del país para homenajear a las víctimas y repudiar los atentados.
Asimismo, los parisinos y turistas en la capital francesa acudieron este sábado masivamente a los centros de donación de sangre para ayudar a las cientos de víctimas heridas.
«Es un acto de guerra que fue preparado, organizado o planeado desde fuera y con implicación de dentro del país», subrayó Hollande y aseguró que su Gobierno tomará «medidas extraordinarias» y ganará «esta guerra».
El primer ministro Manuel Valls afirmó por su parte que: «Estamos en guerra, y vamos a responder a alto nivel con voluntad de destruir. Esta guerra será larga y difícil, debemos esperar otras réplicas pero haremos todo para destruir a este ejército de terroristas».
La autoría de los ataques al EI comenzó inicialmente a circular en Internet mediante un texto que asegura que los ataques fueron perpetrados por «un grupo fiel al Ejército del califato» y que estuvieron dirigidos contra «la capital de la prostitución y el vicio». Por otro lado, desde la fiscalía que investiga los ataques confirmaron que los terroristas, al perpetrar las matanzas, mencionaron a Siria e Irak, ambos países en los que el EI domina vastos territorios, y en donde Francia integra una coalición internacional que bombardea posiciones de la milicia yihadista.
Los ataques impulsaron hoy debates en Francia y Europa sobre cómo manejar la afluencia de cientos de miles de refugiados y otros migrantes propulsados por la guerra civil en Siria, Irak y Libia.

Por el momento se sabe que uno de los atacantes de la sala de conciertos Le Bataclan fue identificado como un francés de 29 años, que había llamado la atención de las autoridades por su radicalización. Tenía antecedentes penales, pero no por vínculos con redes yihadistas.
Según fuentes de la investigación, los agentes tratan de encontrar elementos del entorno del kamikaze, identificado gracias a sus huellas dactilares encontradas en un dedo hallado entre los restos humanos de Le Bataclan.
A otro de los atacantes, que actuó cerca del estadio nacional de París, se le encontró un pasaporte sirio, indicó la fiscalía. Autoridades griegas informaron que el individuo, nacido en 1990, ingresó en Grecia a principios de octubre por la isla de Lesbos como refugiado procedente de Turquía.

Francia se encuentra en estado en alerta desde los atentados islamistas de enero en el semanario satírico Charlie Hebdo y en un supermercado kosher, en donde murieron 20 personas, incluidos los tres atacantes. Luego de estos nuevos atentados, Francia se esforzó en mostrar una «unión nacional», pero el día después de la ola de ataques múltiples esa unidad ya parece haberse roto. La líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, culpó vía Twitter a la inmigración y el islam por los problemas de seguridad de Francia, al tiempo que desde la oposición conservadora reclamaron un nuevo refuerzo de las medidas antiterroristas.

Coalición con EE.UU. y Rusia
El presidente Francois Hollande apeló a coordinar esfuerzos con Rusia y Estados Unidos para combatir en Siria al EI. El mandatario admitió que sus medidas para reforzar la lucha contra el terrorismo supondrán un aumento del gasto, pero consideró que «en las circunstancias actuales, el pacto de seguridad se sobrepone al pacto de estabilidad» presupuestaria.
«La atacada fue la Francia abierta al mundo», señaló, para luego detallar que en los ataques «hubo víctimas de 19 nacionalidades». Ante este «ataque innoble», convocó a la unidad nacional, pero aclaró que Francia no está en una «guerra de civilizaciones», sino que enfrenta al EI, que, enfatizó, «amenaza al mundo entero y no sólo a Francia».
Hollande se refirió también a uno de los puntos de disidencia en la cumbre del G20, donde Estados Unidos, por oposición a Rusia, insiste en que un objetivo primario del conflicto en Siria es el cambio de régimen en Damasco. Pero, en concordancia con el presidente ruso, Vladimir Putin, Hollande aseguró que Bashar al Assad, «no puede ser el objetivo del conflicto en Siria, nuestro enemigo debe ser el EI».
El presidente galo anunció que se reunirá con los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Rusia, Vladimir Putin, para coordinar esfuerzos internacionales, y amplió que «Francia se dirige a todos, a Irán, a Turquía, a los países del Golfo». Requirió además una reunión, «a la máxima brevedad», del Consejo de Seguridad de la ONU para tratar al máximo nivel mundial la amenaza que plantea el EI, al que repetidamente señaló como «nuestro enemigo» en esta «guerra con un adversario de nuevo tipo».
Los ataques, detalló Hollande, fueron «decididos y planificados en Siria», pero también fueron «organizados en Bélgica y hubo cómplices en Francia». En ese sentido, reconoció que «sabemos, y es cruel, que se trata de franceses que mataron a otros franceses», y agregó que «hay individuos que viven en nuestra tierra y eligen pasar a la criminalidad terrorista».
Para responder a estos nuevos desafíos, Hollande informó que el Parlamento ya había aprobado la prolongación por tres meses del estado de emergencia, pero que además era necesario que la Constitución «evolucione». Para ello, anunció la convocatoria a una reforma constitucional, que mejore las medidas para luchar contra el terrorismo al tiempo que «se protejan las libertades fundamentales». El mandatario subrayó que uno de los objetivos fundamentales de la reforma es quitarle la nacionalidad francesa a quienes atenten contra el Estado.
El primer mandatario galo hizo saber que los «efectivos de defensa» se mantendrán en las mismas dimensiones «hasta 2019» y anunció también una «larga lucha contra el EI».
En el plano del combate fronteras adentro, Hollande pidió que la legislatura discutiera la cuestión de la «legítima defensa policial», y anunció la incorporación de 5.000 policías y gendarmes nuevos.
Asimismo, el presidente de Francia advirtió que era necesario establecer «controles coordinados y sistemáticos en las fronteras de la Unión Europea (UE)», pero alertó contra la «deconstrucción» de la UE que se preanunciaba en la aparición de vallas y alambrados de púas en algunos de los límites entre los países miembros. «Si siguen alzándose muros en Europa y cercas de alambre de púa, será la deconstrucción de la Unión Europea», aseveró.

Detenciones en Francia, Bélgica y Alemania
Las primeras detenciones se produjeron en Bélgica, adonde habían derivado algunos de los indicios registrados inicialmente. El primer ministro belga, Charles Michel, aseguró en la emisora RTL que una de las personas detenidas estuvo en París en la noche del viernes.
En las inmediaciones de la sala de conciertos en donde el viernes hubo 89 muertos se detectó un coche que había sido alquilado por un ciudadano francés registrado en Bélgica. El hombre que alquiló ese coche fue interceptado en los controles fronterizos belgas a bordo de un vehículo en el que viajaban otras dos personas con residencia en Bruselas, precisó el fiscal Molins.
En Alemania, en tanto, dos mujeres y un hombre fueron detenidos en la localidad de Alsdorf, cerca de la ciudad de Aquisgrán, fronteriza con Bélgica, en conexión con los atentados terroristas de París. «Recibimos la información de que uno de los buscados en conexión con París podría encontrarse en nuestra zona», dijo un portavoz de la policía alemana.
Se trata de tres personas de nacionalidad extranjera que fueron aprehendidas por un comando especial de la policía alemana cuando salían de una agencia de empleo. El portavoz dijo que se están llevando a cabo los interrogatorios pertinentes y subrayó que la identidad de los detenidos aún no ha sido aclarada.
Se busca con orden de captura internacional a Salah Abdeslam, de 26 años. El sospechoso es hermano de Brahim Abdeslam, uno de los atacantes suicidas que se volaron por los aires el viernes junto a un café parisino. Se dictó orden de búsqueda y captura en su contra porque alquiló el Volkswagen Polo con el que los atacantes se dirigieron hasta la sala de fiestas Le Bataclan.
Salah Abdeslam estuvo a principios de septiembre en Alemania y en Austria. El 9 de septiembre ingresó a territorio austríaco desde Alemania en compañía de dos hombres, comunicó hoy el ministerio del Interior de Austria. En un control de tráfico en el sur de Austria explicó que quería pasar una semana de vacaciones en ese país.

En paralelo, en distintos operativos llevados a cabo por las fuerzas de seguridad francesas fueron detenidas 23 personas a las que se les incautaron 31 armas. Las operaciones se han desarrollado en 19 del centenar de departamentos que hay en el país y se han hecho al amparo del estado de emergencia declarado tras los atentados del pasado viernes, que facilita los registros domiciliarios.
Desde el pasado viernes, se han decretado 104 arrestos domiciliarios y 168 registros que «permiten acelerar las investigaciones sobre los objetivos radicalizados y alimentar las informaciones que se poseen».
El ministro del Interior francés, Bernard Cazeneuve, quien no precisó si los registros y arrestos tenían que ver con los atentados que provocaron al menos 129 muertos, afirmó que hay «vínculos» entre las bandas de delincuentes y los grupos terroristas. Como ejemplo, Cazeneuve citó un registro de un domicilio en el departamento del Ródano, cerca de Lyon, relacionado con el tráfico de armas y que reveló lazos con el movimiento yihadista radical.
El ministro del Interior explicó que el arsenal jurídico puesto en marcha por el Gobierno para luchar contra el terrorismo ha permitido evitar desde la pasada primavera seis atentados, así como la expulsión de 34 presuntos yihadistas o imanes que predican el odio.
Además, Francia ha rechazado la entrada de 62 individuos por considerar que amenazan su seguridad, mientras que se han evitado 203 proyectos de salida al extranjero, y a seis personas se les ha retirado la nacionalidad en virtud de una ley aprobada por el Ejecutivo. Asimismo, fueron bloqueadas 87 páginas de internet que hacían apología de la violencia.