La medida tiene que ver con que «la UE considera que los territorios ocupados no forman parte del territorio soberano de Israel», aclararon fuentes comunitarias, quienes aclararon que la implementación de esta norma no se trata de una medida política, ni de un «boicot». En consecuencia, «todo lo que provenga de (los asentamientos) no puede ser etiquetado como producto hecho en Israel, es tan simple como eso y no hay nada más detrás», agregaron las fuentes.
La UE, donde Israel disfruta de un régimen arancelario preferencial, asegura que -por lo que se vio en el Reino Unido, en Bélgica y Dinamarca, donde rige ya la norma- la medida no afectará negativamente el comercio con Israel; en los últimos dos casos, argumenta, incluso aumentó.
La UE importa de Israel productos por 13.000 millones y exporta por 17.000 millones. Los productos de los asentamientos se calculan en menos del 1% del valor total del comercio de la UE con Israel. Una vez que se implemente el etiquetado, los consumidores europeos podrán leer en la etiqueta de los productos -la mayoría frutas y verduras- si se produjo en los asentamientos judíos.
Tras la medida, el gobierno israelí convocó al embajador de la UE en Tel Aviv, Lars Faaborg-Andersen, para pedirle explicaciones y reprocharle la aprobación de la norma, con una nota del primer ministro Bibi Netanyahu, que iguala la medida a las normas antisemitas del nacionalsocialismo alemán. «No hay duda de que el principal propósito es ejercer presión política en Israel», afirma la cancillería israelí en un comunicado donde rechaza el carácter «técnico» de la resolución.
La nota, que lleva la firma del primer ministro de Israel, se queja de la decisión comunitaria y niega que tenga que ver con las colonias ni los territorios, para agregar que «tenemos memoria histórica de lo que pasó cuando Europa etiquetó productos judíos».
Netanyahu consideró que la decisión demuestra la «hipocresía y la doble moral» del bloque comunitario. «Es intolerable que Israel sea el único país individualizado para esta política, a pesar del hecho de que hay más de 200 territorios disputados en el mundo», añade el escrito, el cual asegura que la legislación ha sido promovida por «organizaciones anti israelíes».
Poco después, Israel suspendió «algunos diálogos diplomáticos» con la UE en represalia por la decisión del bloque.
El canal 10 y el diario Haaretz dijeron que la inusual medida del gobierno del premier Netanyahu atañe a una serie de encuentros bilaterales programados con la UE para las próximas semanas, según anunció un portavoz de la Cancillería, Emmanuel Nahson, citado por la agencia de noticias EFE.
Según explicó Nahson, las conversaciones cesarán de manera temporal en foros de discusión sobre las relaciones con los palestinos, de derechos humanos, organizaciones internacionales y proyectos que éstas realizan en la Cisjordania ocupada (bajo control administrativo y de seguridad de Israel).
Además, Israel considera que las normas de etiquetado pueden ayudar a la idea de boicotear productos israelíes y advierte que este paso «afectará negativamente las relaciones con la UE», a la solución de dos Estados y a la situación económica de miles de familias de los 30.000 palestinos que trabajan en los asentamientos.
Sobre este tema, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) destacó como «correcta, pero insuficiente» la directriz aprobada por la UE, según comentó un portavoz de la organización. «Consideramos el etiquetado como un paso en la dirección correcta. Sin embargo, creemos que es insuficiente por cuanto los productos de las colonias, hechos con recursos naturales de tierras robadas, constituyen un crimen de guerra, deben ser prohibidos y no simplemente etiquetados», dijo el vocero Xavier Abu Eid.
Líderes de la sociedad civil palestina también apoyaron la medida, que será de cumplimiento obligatorio en todos los países comunitarios. Mahmud Nawajaa, coordinador general del Comité Nacional palestino del movimiento BDS, que promueve el boicot, la desinversión y sanciones a Israel, consideró que «es un signo positivo que los gobiernos europeos reaccionen a su opinión pública y las campañas de la sociedad civil y a la intransigencia israelí».
Nawajaa agregó que la medida se queda corta «especialmente dado el extendido uso de métodos fraudulentos por parte de exportadores israelíes para engañar a funcionarios de aduanas y cadenas comerciales sobre el origen de sus productos robados».
Entretanto, el presidente palestino, Mahmud Abbas, instó hoy a los países de América del Sur a tomar las mismas medidas que la UE adoptó sobre el etiquetado de productos procedentes de las colonias israelíes en la ocupada Cisjordania. «La UE considera que los territorios ocupados no forman parte del territorio soberano de Israel y que por ende todo lo que provenga de (los asentamientos) no puede ser etiquetado como productos hechos en Israel», afirmó Abbas en un discurso durante la IV Cumbre de América del Sur y Países Árabes (ASPA), celebrada desde ayer en Riad.