Esta barbaridad ofende a los sobrevivientes del Holocausto porque banaliza y tergiversa la historia del nazismo. También permite a quienes niegan de la Shoá refutar a los historiadores serios que sostienen hace tiempo grandes debates acerca de cuándo y por qué se decidió el exterminio judío.
¿Cuál pudo ser el objetivo de Bibi? Hitler y el nazismo quedarían exculpados de la decisión y, a su vez, la culpa del Holocausto recaería sobre la dirigencia árabe.
En un clima de alta violencia en las calles de Israel, la expresión de Netanyahu está lejos de buscar una disputa historiográfica. Es una arenga política en contra de los árabes palestinos y un nefasto argumento para los discursos extremistas judíos.
En su ensayo sobre la estupidez humana, Carlo Cipolla describe cuatro tipo de acciones humanas: Las inteligentes, en las cuales uno se beneficia y el resto también.
Las bondadosas, en las cuales uno se perjudica pero los demás se benefician.
Las malvadas, en las cuales uno se beneficia pero otros se perjudican.
Y las estúpidas en las cuales uno se perjudica y los demás también.
Tal vez Netanyahu no sea un estúpido. Tal vez sea simplemente un malvado.