Los guardaespaldas consiguieron evacuarlo y conducirlo a un puesto del Magen David (el equivalente israelí a la Cruz Roja) desde donde fue trasladado -en ambulancia- al renombrado Hospital Hadassa.
Fuentes hospitalarias indicaron que el ministro, de 68 años, no sufrió heridas pero se vio afectado por una falta de respiración debido a los empujones y los gritos de la multitud.
Maher dejó el hospital al cabo de tres horas y poco después regresó a su país. La policía israelí detuvo a siete palestinos en relación con este incidente.
Tarik Adel, portavoz de Maher, trató de minimizar el incidente. «Dos o tres individuos -dijo- increparon a Maher para expresar su protesta por la visita a Israel. Los agentes de seguridad israelíes decidieron que sería mejor que nos fuéramos y en ese momento se produjo la avalancha».
El escenario del altercado es el mismo donde dio comienzo la llamada Segunda Intifada, en septiembre del 2000, a raíz de la protesta por otra visita: la que efectuó el entonces jefe de la oposición y ahora Primer Ministro israelí, Ariel Sharón, considerada por los palestinos como un acto de provocación.
La Autoridad Palestina (AP) se apresuró a condenar el ataque contra Maher. El primer ministro palestino, Abu Alá, dijo sentirse «atónito y furioso. Condenamos este acto irresponsable y buscaremos a los culpables», declaró a la televisión árabe Al Jazira.
«El incidente no afectará nuestras relaciones con Egipto», subrayó Alá.
Antes de dirigirse a la Explanada de las Mezquitas, Maher se había entrevistado en Jerusalem con el Presidente, Moshé Katzav; el Primer Ministro, Ariel Sharón, y el titular de Asuntos Exteriores, Silvan Shalom en un intento de romper el bloqueo de las negociaciones de paz y reactivar el “Mapa de Rutas”.
Cabe recordar, también, que Maher, en este viaje, no produjo ningún encuentro con los líderes palestinos.
Colin Powell, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, habló con Maher antes de que saliera de Jerusalem hacia El Cairo y le hizo saber que «sólo deseaba que estuviera bien”.