En los momentos en que la Comunidad atraviesa situaciones de real y difícil problemática, hay quienes pretenden instaurar en el seno de la misma, una cuestión de identidad.
Cuando hace 80 años un puñado de 28 instituciones se unieron para crear la DAIA, con el fin de representar políticamente a la comunidad judía, no hicieron ningún distingo entre argentinos judíos y argentinos de origen judío.
En ese momento de la historia en el que la Noche de los Cristales marcó el comienzo del período más negro que le tocó vivir al pueblo judío, no hicieron distingos semánticos que hubieran llevado a que nuestros enemigos se hicieran más fuertes viendo una comunidad partida.
Durante estos 80 años de vida de la DAIA, los que hoy dicen que ella no los representa, formaron parte de ella y lucharon codo a codo, todos juntos, contra el antisemitismo, la xenofobia, la exclusión y toda otra forma de discriminación.
Por ello es altamente llamativo que quienes hace menos de tres años, absolutamente compenetrados de la legitimidad de su representación, que formaran parte de su staff, o que participaran de las elecciones que llevaron a esta conducción al gobierno de la DAIA, hoy pretendan cuestionar la legitimidad de su mandato.
Somos argentinos, judíos, no sólo por origen, lo somos también por convicción y por sentimiento.
Somos argentinos porque al igual que nuestros antepasados, nosotros y nuestros hijos amamos a nuestro país y hemos dado la vida por él.
O es que ignoran a los argentinos judíos no sólo por origen que dieron su vida en Malvinas.
O es que ignoran los 2000 argentinos judíos que desaparecieron por defender sus convicciones en la época nefasta de la dictadura.
Hace tres años aquéllos que hoy cuestionan la DAIA participaron de su gobierno y de su staff.
¿Qué pasó entonces?
No permitimos nunca que la política entre por la puerta porque cuando ello sucede nuestra misión sale por la ventana.
La defensa de todos los colectivos -minorías- que habitan nuestro país, son parte primordial de nuestra misión, y así lo demuestra todo nuestro accionar.
Fuimos cofundadores del Inadi, estuvimos, estamos y estaremos siempre al lado del discriminado, al lado del excluido.
Los antisemitas de siempre siguen estando al acecho.
Son esos que hoy, no pudiéndonos doblegar, nos denuncian por traición a la patria, pero nosotros no estamos dispuestos a bajar nuestras banderas y nuestros ideales.
Por último, quiero decirle a mis hermanos argentinos de origen judío, argentinos que profesen cualquier religión, argentinos y no argentinos que habiten esta bendita tierra, y argentinos judíos como nosotros, que pueden contar con la DAIA ante cualquier acto de discriminación o exclusión.
Estuvimos, estamos y estaremos siempre junto al que nos necesite.
* Presidente de la DAIA.
