Nuevo colectivo comunitario

Encuentro de judíos que rechazan a la dirigencia de DAIA y AMIA

El primer plenario convocado bajo la consigna “Con voz propia. No permitas que hablen en tu nombre” reunió a cerca de un millar de “argentinos de origen judío”, tal como se autodefinen, disidentes de las conducciones de la AMIA y de la DAIA. Se trata del primer paso para la construcción de un nuevo colectivo, cuyo objetivo es agrupar a “las personas que no se sienten representadas por las dirigencias de las grandes instituciones de la comunidad”.

“No creemos que nuestra postura represente a toda la comunidad, pero negamos a la DAIA y la AMIA su postura de creerse voz de ella, depositaria del monopolio de lo judío”, expresaron desde la organización del encuentro que colmó la capacidad del auditorio de la Federación de Obreros y Empleados Telefónicos (Foetra) para expresar su rechazo a las dirigencias comunitarias, a las que acusan de “adueñarse de la voz de todos” los judíos argentinos. Los responsables de la convocatoria manifestaron asimismo que este primer plenario aspira a ser el germen de “un espacio colectivo y democrático basado en lazos de solidaridad por sobre los vínculos comerciales”.
El plenario, que contó con centenares de asistentes y cinco expositores, sirvió como “punto de partida” para la construcción de ese nuevo colectivo “que llega para llenar un espacio vacío, ése que sienten las personas que no se sienten representadas ni convocadas por las dirigencias de las grandes instituciones de la comunidad”, definió desde el escenario el sociólogo Jorge Elbaum, uno de los diez impulsores originales de la propuesta.
Horas antes del encuentro, Elbaum declaró a Telam que: “La idea es ir contra el discurso de derecha de la DAIA y contra la mentira de creerse que son los únicos representantes, porque no deben representar a más del 20% de los judíos argentinos”. Y agregó: “El Estado argentino debe saber que no podrá llamar sólo a la DAIA porque va a haber otra organización judía representativa, en este caso con una lógica de democracia directa, asambleísta y con comisiones de trabajo y no exclusivista y que no trabaje entre bambalinas”.
Por su parte, Marcelo Horenstein, otro integrante del grupo organizador del nuevo espacio, definió a la DAIA como “una institución de tercer grado en la que la votación de los integrantes de la comunidad es indirecta” y acusó Julio Schlosser, su presidente, y al resto de su dirigencia, de “pasarse el poder de mano en mano, apoyar a la dictadura y convocar al intento de golpe blando que fue el 18F”, en relación con la movilización en homenaje al fiscal Alberto Nisman a un mes de su muerte.
Para el abogado Beinusz Szmukler, aquella movilización también fue “un punto de quiebre” que funcionó como “impulso para plantear una iniciativa” como la presentada en Foetra.
También se oyó la voz de los “jóvenes judíos progresistas de izquierda”. Así se presentó Maira Visacovsky, quien proclamó: “No seremos cómplices de las políticas desarrolladas por la DAIA, racistas, imperialistas y clasistas. Por eso, repetiremos incansablemente que ésa no es nuestra postura, que ellos no nos representan”.
Finalmente, el artista Jorge Schussheim concluyó que: “Este es un mensaje a la comunidad, a la que convocamos a crear un espacio para que la DAIA no hable más en nuestro nombre, para que acaben de considerarse dueños de la voz de todos nosotros. Nosotros tenemos voz propia”, afirmó.
Entre las personalidades políticas que participaron del encuentro, se destacó la presencia de Rosa Roisimblit, vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, quien fue cariñosamente presentada por Miriam Lewin, encargada de la conducción del acto, como “la primera dama” de la comunidad judía.