NS: A tan solo tres meses del Atentado a la AMIA, Janán Nudel le escribió una carta a Leonardo Senkman, un texto de una enorme lucidez intelectual. El título del texto, “El Atentado que dio vida a la muerte”, encierra un concepto tan interesante como polémico. La idea sería que el Atentado implicó un nacimiento. ¿Compartís esta idea?
DM: En cierto sentido sí, porque lo que Janán plantea en ese texto es la propia existencia de la AMIA y la DAIA. Todo lo judío y todo lo comunitario cobraron una vida a nivel nacional que nunca había tenido. Esto lo escribe a tres meses del Atentado, sin conocer lo que iba a pasar en los próximos 20 años. Es realmente muy profético. El tema AMIA sigue en la tapa de todos los diarios 21 años después. Es un tema que atravesó transversalmente todos los gobiernos, todas las economías, todas las situaciones que vivieron este país en los últimos años. No sé si hay otros hitos que funcionaron de ese modo. Creo que no, al menos a este nivel.
NS: ¿Se puede leer bajo esta misma idea del “nacimiento” la irrupción de Memoria Activa?
DM: A Memoria Activa lo veo desde otro lugar. Si bien es cierto que el Atentado dio nacimiento a esta lucha por el esclarecimiento, también es cierto que uno desearía que se acabe. Desearía que se haga justicia y se termine. Memoria Activa tiene un objetivo que es llegar a la Verdad y la Justicia. Cuando haya Verdad y Justicia, Memoria Activa tendrá que repensar sus objetivos, porque precisamente el Atentado nos reunió en la búsqueda de la justicia.
NS: Otro aspecto del texto de Janán Nudel, que también me parece sumamente profético, es la alusión al comportamiento de la dirigencia comunitaria. En un momento se pregunta: “¿Pensaste en lo despótico que puede tornarse un líder para sentirse además una víctima?”.
DN: ¡Es increíble esa frase, cómo si hubiese sabido lo que iba a ocurrir! Uno escucha eso y se le viene la imagen de Beraja a la cabeza. Se volvieron despóticos, se volvieron avaros… desde todo punto de vista. Me refiero sobre todo a la avaricia ideológica. Todos los dirigentes y líderes comunitarios que se sucedieron a través de los años se volvieron despóticos y avaros.
NS: ¿Cuándo Memoria Activa empezó a tener la percepción de que el accionar de la dirigencia de la AMIA y la DAIA no buscaba justicia por el Atentado?
DM: Nos dimos cuenta que mantenían una estrechez con el sector judicial que era realmente muy llamativa. Se sentían dentro del juzgado de Galeano como en casa. A su vez tenían un trato muy cercano con el poder político. Beraja decía “Carlitos”, o decía “Hola Domingo” cuando atendía el teléfono y era Cavallo. Se trataban con una confianza más que sospechosa para un dirigente comunitario, sobre todo en esas circunstancias y en ese momento histórico. Hay que tener en cuenta que dos años antes había ocurrido el Atentado a la Embajada de Israel, en pleno gobierno menemista. A la dirigencia comunitaria le correspondía reclamar no sólo justicia, sino sobre todo seguridad para las instituciones. Y no les interesó.
NS: Frecuentemente circulan frases como “Todos somos AMIA”, “Todos somos judíos”, “Todos somos las 85 víctimas del Atentado a la AMIA”. ¿Cómo se posicionás frente a esos slogans?
DM: Yo no necesito ponerme en el lugar del otro para exigir y reclamar lo que como sociedad nos corresponde. Uno no tiene que ser judío para darse cuenta que tiene que reclamar por el Atentado a la AMIA. De alguna forma la frase reproduce la discriminación. Y tampoco todos somos AMIA y tampoco todos somos las víctimas del Atentado. Las víctimas son las víctimas. Los demás somos familiares, amigos, conocidos y personas que decidimos reclamar justicia desde el lugar que nos tocó ocupar. No es necesario ser el otro, uno tiene que seguir siendo y poder reclamar por el otro. No es una cuestión de ser quien uno no es, se trata de poder reclamar justicia sin apropiarse del dolor ajeno.
NS: ¿Cuándo se empezó a hablar de encubrimiento en la causa AMIA?
DM: Quien denunció formalmente la existencia de un encubrimiento es el Tribunal Oral número 3, cuando sostuvo que la investigación del Atentado a la AMIA fue una “maniobra al servicio de oscuros intereses de políticos inescrupulosos”, quien mandó a investigar por encubrimiento a ex funcionarios, jueces y fiscales. Desde Memoria Activa veníamos hablando de encubrimiento desde mucho antes, cuando en el año 1997 denunciamos que Menem y Duhalde consentían la impunidad.
NS: ¿Cómo surgió la iniciativa de Memoria Activa para denunciar al Estado argentino ante la OEA?
DM: Empezamos a buscar alternativas porque sentíamos que no teníamos ninguna posibilidad tanto de que se haga justicia como de que nuestro reclamo sea escuchado. En ese momento estaban abroquelados la justicia, los servicios de inteligencia, la dirigencia comunitaria y el poder político. Eran una gran masa de poder a la cual nosotros veníamos denunciando lunes a lunes en Plaza Lavalle, pero era muy difícil que nuestro reclamo se efectivice en algo concreto.
Y así como un día se nos ocurrió que debíamos ser querellantes en la causa AMIA, más tarde se nos ocurrió debíamos buscar alternativas internacionales. Así encontramos que era posible ir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a hacer la denuncia contra el Estado argentino. Nos contactamos con el CELS y analizamos que dos de los artículos que el Estado se había comprometido al ser parte de la OEA habían sido violados, por lo que la denuncia tenía lugar.
Nosotros hicimos pública la denuncia en el acto oficial de AMIA de 1999. En el año 1997 había sido la chiflatina a Beraja y a los funcionarios menemistas donde luego la dirigencia comunitaria cruzó la plaza para pedirle perdón a Menem. En el año 1998 no nos invitaron a hablar en el acto. Al año siguiente nosotros pedimos hablar en el acto, porque considerábamos que ese era el espacio donde debíamos ser oídos. La noche anterior habíamos presentado la denuncia en la OEA. Y lo hicimos público al día siguiente, el 18 de julio de 1999. Después del acto fuimos tildados de “antipatrióticos y antiargentinos”, porque habíamos denunciado al Estado argentino. La dirigencia comunitaria estaba enojadísima, defendiendo a un Estado que no había hecho nada por la investigación. En el año 2005, cuando el Estado argentino finalmente se declaró culpable, se tuvieron que guardar muchos de sus comentarios.
NS: ¿Cuáles son los principales actores del encubrimiento y cómo creés que operaron?
DM: No sé si hay principales, creo que de alguna u otra manera todos son actores. Unos fueron más expuestos que otros. Todos ellos tramaron un plan macabro para cerrar la causa AMIA y todos ellos fueron partícipes de un exitoso pacto de silencio. Tuvieron participación en menor o mayor grado: seguramente no es lo mismo la decisión política que la participación ejecutiva. Pero todos fueron actores necesarios para que se llevara a cabo.
NS: En el año 2005 Memoria Activa logró la destitución del entonces juez de la causa, Juan José Galeano. ¿Cómo se explicaría que el juez haya sido finalmente destituido si existía un perfecto plan de encubrimiento y silencio?
DM: Era tan burdo lo que planteaba Galeano para sostenerse que era imposible de sostener. Pese a que logramos su destitución, se dieron cosas increíbles. Nosotros habíamos denunciado a Galeano por una serie de puntos, que todos ellos estaban probados. De todas formas, el jury de enjuiciamiento lo declaró culpable sólo por la mitad de esos puntos. Por ejemplo, nosotros lo habíamos denunciado, entre otras cosas, por haber mandado a quemar todos los videos que filmaban ilegalmente las declaraciones en el despacho de Galeano. Llamativamente, el jury eso no lo consideró como meritorio para la destitución. De todas formas, los otros hechos eran tan alevosos que era imposible sostener a un juez que había actuado de esa forma y muchas de sus actuaciones encubridoras habían salido a la luz.
NS: Te preguntaba por el caso de Galeano, que finalmente salió exitoso, porque nos encontramos próximos al juicio oral por el encubrimiento del Atentado. ¿Cuáles son las condiciones necesarias para que se desarrolle un juicio justo?
DM: Para que se desarrolle un juicio justo todos debemos abrir bien los ojos. A su vez, nosotros estamos pidiendo un observador internacional, para que sea parte del juicio. Este pedido se lo estamos realizando a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y el Estado argentino nos está apoyando. El observador oportunamente emitirá dictamen, tal como sucedió en el juicio oral por la conexión local. También considero que va a ser muy importante el trabajo de los fiscales, tanto los de la UFI AMIA como los del juicio. Estas son las condiciones para que se desarrolle un juicio justo. Y es lo que nosotros queremos, precisamente, llegar a la verdad y hacer justicia. Estamos convencidos de que las pruebas están para que todos ellos sean procesados y castigados.
NS: ¿Cuál es la postura de Memoria Activa sobre la labor del ex fiscal Alberto Nisman a cargo de la UFI AMIA?
DM: A lo largo de los 10 años que estuvo a cargo de la UFI AMIA, el fiscal Nisman había desarrollado una labor pobre, plagada de intereses que no representaban a los de las víctimas. Dirigió la «investigación» a una única pista y las conclusiones y resultados saltan a la vista: no hay un solo preso por el asesinato de nuestros familiares en AMIA.
NS: En el discurso del 2014, Memoria Activa sostuvo que «tal vez se llame Fiscalía Especial porque de verdad es especial, especialmente inepta, dependiente de intereses que no son los de la verdad». ¿A qué intereses respondía Nisman?
DM: Nisman respondía directamente a la SIDE, y a los intereses de esa Secretaría. Se nutría de información de inteligencia que le brindaban los espías que difícilmente podrían ser judicializables. Por otro lado, tal como se demostró a través de los wikileaks, también respondía a los intereses de la Embajada de Estados Unidos.
NS: ¿Cómo te imaginás la actitud querella de la AMIA y la DAIA durante el juicio por encubrimiento?
DM: Me la imagino con la misma actitud que han tenido durante la instrucción. Parecen defensores de los acusados, más que querellantes. Esta es la política jurídica que, a través de distintos abogados, han seguido inamoviblemente durante los años.
NS: ¿Qué opinión te merece los proyectos de ley para crear comisiones investigadoras del Atentado a la AMIA?
DM: Estos proyectos proponen que una comisión investigue el Atentado a la AMIA. De alguna manera, sería sacarle la investigación a la justicia y dársela a una comisión que se dice independiente. No estoy de acuerdo con estos proyectos por distintos motivos. Tenemos que luchar para que las instituciones funcionen, para que los jueces y los fiscales hagan su trabajo como corresponden. Yo no les voy a sacar el trabajo que ellos están obligados a hacer. Además, uno se pregunta quiénes son estos “intelectuales intachables” que ahora podrían dedicarle toda su vida a estudiar la causa AMIA. ¿Para qué seguimos creando instituciones que no sirven para nada? La mejor manera de no hacer nada es seguir creando instituciones que no sirven para nada. Y encima la causa AMIA ya creó muchas cosas, que si hubiesen hecho su trabajo como corresponde no sería necesario crear nada nuevo. Tenemos la UFI AMIA, la unidad fiscal a cargo de la causa AMIA, que es la unidad fiscal con mayor cantidad de recursos humanos y materiales de la Argentina, abocada exclusivamente a una causa. A su vez, tenemos la Unidad AMIA del Ministerio de Justicia, con facultades para investigar y ser querellantes. Estas instituciones ya existen, el tema es que tienen que funcionar, no seguir creando espacios nuevos.
NS: ¿Creés que el tema AMIA es una tema exclusivamente judío?
DM: Es un tema que está trascendiendo lo judío, y Memoria Activa ha colaborado en ese proceso. Pararnos frente a Tribunales durante once años y medio es un símbolo del lugar que consideramos que tiene que estar el tema AMIA, la calle. Siempre tratamos de trascender esa idea de lo judío, lo encerrado, todo para adentro, de la comunidad como forma de protegernos y autoprotegernos que, como quedó demostrado para el caso de la comunidad judía argentina, no funcionó. A nosotros siempre nos dijeron que los trapitos sucios se lavan en casa, que los únicos que nos íbamos a cuidar era entre nosotros y que si nosotros ventilábamos los trapitos sucios afuera iba a venir el enemigo antisemita y nos iba a matar.
NS: Volviendo a Janán Nudel, él sostiene que “no éramos una comunidad antes del atentado, intentamos serlo durante el atentado y volvimos a no ser a sólo tres meses del atentado”.
DM: Son difíciles los cambios, y más difíciles cuando hay intereses de por medio, cuando los principios se corren y los valores se trasmutan. Es difícil saber qué es hoy la comunidad judía argentina, quién la representa, cómo se representa. La comunidad judía argentina se ha desintegrado muchísimo en los últimos años después de los atentados. Es lamentable la falta de discusión dentro de la comunidad, incluso dentro de los jóvenes. A mí siempre me había parecido una bocanada de aire la participación de los jóvenes. Durante muchos años hicieron un acto la noche previa al acto oficial, que lo llamaban “La juventud en guardia hasta que aclare”. A través de los años uno fue viendo el achicamiento político e ideológico del discurso de los jóvenes, así como la censura o autocensura que hubo para que estos jóvenes no denuncien. Si un joven de 17 años no es capaz de denunciar y decir “a mí no me censura nadie”, me parece que es peligroso y tristísimo.
NS: ¿Cómo se define Memoria Activa en relación a la comunidad judía?
DM: Memoria Activa no es una organización de la comunidad judía ni nos definimos en relación a ella. Somos una organización de personas que nos unió el Atentado y la lucha por la verdad y la justicia. Para la comunidad judía organizada somos las ovejas negras, que salimos a hablar mal de la dirigencia, y eso no se hace; que hablamos mal de la justicia, que tampoco se debe hacer. Incluso hace no muchos años, cuando Luis Grynwald era presidente de AMIA, y nosotros pedimos hablar en el acto oficial, porque considerábamos que teníamos derecho a hacerlo, nos respondieron que no nos dejaban hablar. Bajezas de ese nivel, sobre todo en presidentes de la AMIA, dan vergüenza ajena. No me representan, ni siquiera representan a Memoria Activa.
* Estudiante de Historia.