Elecciones 2015. Conferencia de Manuel Trajtenberg

Apelar a los históricos reclamos populares de 2011

El cordobés Manuel Trajtenberg, quien se hizo conocido en 2011 cuando Netanyahu lo convocó para diseñar el Programa de Cambio Económico y Social, que finalmente no se implementó, es candidato de la alianza que formaron Avodá con el partido de Livni. En el marco de la campaña electoral, dio una conferencia en castellano donde planteó numerosas críticas a la gestión de la alianza de derecha, con el tema económico-social y la falta de relaciones con los palestinos como tópicos destacados. Formado en el sionismo socialista de Argentina, este economista de vasta trayectoria académica no se juega, no obstante, a ciertas definiciones claras respecto a declarar que su agrupación, Unión Sionista, no se unirá con Netanyahu bajo ninguna coalición de gobierno.
Por Miriam Christen *

Miércoles a la noche, llueve en Tel Aviv y las noticias informan que la Corte Suprema ha anulado la decisión de prohibir la candidatura en Janin Zohabi (parlamentarista árabe del partido Balad) y de Baruj Marzel (candidato del partido Yajad). Las cercanas elecciones en Israel son muy polémicas. Las campañas políticas se suceden en el contexto de las complejidades del país, donde sobresalen la gran investigación de corrupción que empezó en el partido Israel Beiteynu y se expandió a grandes pasos hacia otros sectores de la sociedad y política israelí, la anulación de la candidatura de los postulantes «extremistas» de derecha e izquierda, el aumento de la tensión en las fronteras del norte e infinitas investigaciones de acoso y abuso sexual en la policía israelí.
Asimismo y bajo las actuales circunstancias, no deja de ser llamativo que el principal eslogan de varias campañas electorales sea «Todo menos Bibi». Los últimos dos mandatos del actual primer ministro son considerados, por una parte importante de los ciudadanos, un fracaso en todos los aspectos, porque por un lado nada cambió con respecto al conflicto israelí-palestino, no se concretó una mejora en la situación económica y social del país, y, en el plano internacional, se ha verificado un deterioro en las relaciones de Israel con gobiernos del mundo occidental, en especial con EE.UU. El pueblo parece comenzar a emitir señales de haber comprendido que Israel necesita de un cambio en serio, y espera vislumbrar el nacimiento de éste, el próximo 17 de marzo.
El tema económico-social es el principal personaje en la mayoría de las agendas de los partidos políticos que concurren a las próximas elecciones. En ese contexto, y poco después de anunciar su coalición, la Unión Sionista (nombre de la alianza entre el Partido Laborista y Tzipi Livni, ex-ministra de Justicia), invitó a sus filas al economista Manuel Trajtenberg para delinear el plan económico de Israel y postularse para el cargo de Ministro de Finanzas.
Y aquí estoy, como dije en el inicio, miércoles a la noche en camino a participar de una charla con Trajtenberg, o Manu, como lo llaman las personas de su medio. Trajtenberg es argentino (y cordobés como le gusta decir). Economista graduado en la Universidad Hebrea de Jerusalén, donde sumó, además, una maestría en economía y sociología, concluyó su doctorado en Harvard, y el postdoctorado en el Instituto Nacional de Investigación Económica de Boston. Desde que retornó a Israel gestionó varios cargos públicos, entre ellos, el de consejero del Ministerio de Industria y Comercio, director del Consejo Económico Nacional, y el último, director del Comité de Planificación y Presupuesto del Consejo de Educación Superior de Israel, cargo al cual renunció para candidatearse en las próximas elecciones.
Es de destacar que durante las manifestaciones sociales del 2011, Netanyahu lo convocó como director del consejo que elaboró el Programa de Cambio Económico y Social, que supuestamente iba a implementarse durante los últimos dos gobiernos, en atención a las demandas de los ciudadanos que, mediante protestas mostraban su indignación.
La Unión Sionista se propuso como objetivo persuadir la atención de los «olim jadashim» (nuevos inmigrantes) y entre ellos los provenientes de América Latina (aproximadamente 100 mil personas, de los cuales 70% son argentinos). Este fue el contexto de la charla a la cual fui invitada. Trajtenberg, que demoró en llegar, subió al palco y anunció que dejaría bastante tiempo para preguntas del público, pero que se reservaba unos minutos al final, para recitar un poema gauchesco argentino que le recuerda su adolescencia y los valores, según los cuales, fue educado en el movimiento juvenil sionista en el que participó.

¿Por qué entrar en la política?
Emocionado por estar debutando en español en una disertación política, y por la conexión que eso le trae con su juventud, quiso explicar, antes que nada, las razones por las cuales decidió saltar a la política activa. Después de explicar las connotaciones negativas que tiene la política israelí, nombró las razones que lo llevaron a tomar esta decisión, razones que demuestran su descontento con la situación actual del país. “No puedo quedarme viendo pasivamente lo que está sucediendo, palpito un cambio y quiero participar”, dijo.
Y así comenzó a atrapar la atención del público esa noche, hablando con su estilo simple, campechano pero directo, buscando a veces las palabras olvidadas de su español. Y así lanzó el primer motivo, la encrucijada actual: Israel está trancado ya hace mucho tiempo y en ningún aspecto está mejor de lo que estaba hace seis años. Señala a la situación económica y social y al conflicto israelí-palestino, entre los principales problemas. “Estamos en un callejón sin salida”, afirma.
El segundo motivo tiene su origen en las protestas trascendentales de 2011, en las que un 10% de la población salió a las calles gritando «el pueblo demanda justicia social» con la misma melodía del lema «el pueblo unido jamás será vencido». El hecho de haber encabezado la comisión que escribió el informe de cómo dar satisfacción a las demandas de la ciudadanía y mejorar la situación general del país marcó a Trajtenberg para siempre,, porque entendió exactamente el mensaje del pueblo y la importancia del momento histórico del país. Su participación lo llevó a anunciar que si el gobierno no llevase a cabo las recomendaciones de ese informe, él tomaría responsabilidad, sin tener mucha noción, en ese momento, de lo que esta responsabilidad significaba, un anuncio muy personal sin lugar a dudas. Cuando vió la falta de intención del gobierno de implementar las propuestas, las demoras y excusas, se sintió en deuda con el público.

La falta de relaciones con los palestinos
Trajtenberg es la cara del proyecto económico de la Unión Sionista, pero según él todas las cuestiones están ligadas. El pozo sin salida al cual se refirió cuando explicó los problemas socioeconómicos del país, abarca también el campo del conflicto israelí-palestino. En los últimos seis años no ha existido ninguna iniciativa israelí de retomar seriamente las relaciones con los palestinos, afirma. La política israelí no puede consistir en evitar que nos impongan condiciones respecto del conflicto con los palestinos. La falta de iniciativa, palabra ésta última que según él no existe en el lexicón del último gobierno, sólo nos ha generado una enemistad con Estados Unidos que no tiene precedente, y a su vez, que Europa nos dé la espalda. Claramente esto puede tener gran repercusión en el campo económico, afirma: Israel está al borde de sanciones económicas por parte de muchos países europeos. Trajtenberg cree que hay que generar un proceso de apertura a una iniciativa israelí que se ligue a la iniciativa árabe. Hay que congelar la construcción de asentamientos de inmediato y generar confianza mutua entre los dos lados. Según él, el momento en la zona es excelente para que esto acontezca, existe un enemigo común en el Medio Oriente (ISIS) y por lo tanto existen intereses comunes entre los países. Israel debe unirse a ellos en este tema, y tomar la iniciativa desde ese punto para iniciar acuerdos que demuestren progresos y propicien una base para un acuerdo final con los palestinos.
Conectándose a lo económico una vez más, admite que Israel tiene la obligación moral de mejorar la situación económica de los palestinos.

A Winston Churchill no, a Bibi Netanyahu tampoco
Trajtenberg admitió conocer bastante bien a Netanyahu, haber conversado mucho con él durante los últimos años. Pero aclara: “Netanyahu es un tipo muy inteligente, muy leído, y patriota. Punto”. En los últimos seis años, afirmó, él ha demostrado que cuando puede hacer un cambio no quiere. Para Trajtenberg, se han agotado ya todas las razones por las cuales Bibi no debe ser electo una vez más, y sostiene que provocar el cambio del gobierno es la esencia de una democracia. “No basta con ir a votar, hay que ocuparse de que Netanyahu no sea el próximo primer ministro”, afirma.
“De la misma forma que en julio 1945, terminada la Segunda Guerra Mundial, cuando Churchill era el gran héroe mundial, en las elecciones, sin embargo, no fue electo. El pueblo británico entendió que Churchill hizo lo suyo y que hacía falta un cambio. Eso es lo que hace falta hoy en Israel, de la misma forma que el gobierno de Churchill no podía cumplir con las necesidades británicas de post guerra, el gobierno de Netanyahu no puede cumplirlas hoy en Israel –subraya-. La Unión Sionista está compuesta de gente con experiencia parlamentaria, con concepciones y valores democráticos y civiles, no son marionetas y eso debe ser respetado. En el partido hubo discusiones muy severas, pero el proyecto presentado refleja la diversidad de ideas y opiniones pero con un gran común denominador. Si el proyecto fuera llevado a cabo, vendrá un cambio”, afirma Trajtenberg.

Y el día después
Cuando se enfrentó con la cuestión de que pasará el día después de las elecciones, la respuesta fue menos exacta comparada con los términos que usa Trajtenberg cuando se refiere al tema económico. Antes que nada aclaró que no sabe qué pasará el día después, ni con quien formaría una coalición la Unión Sionista. Cree que existirá un bloque que se interpondrá a la posibilidad de que Netanyahu forme el próximo gobierno, y cuando esto ocurra, el presidente Rivlin «tendrá el placer de darle a Isaac Herzog (el líder de la Unión Sionista) la posibilidad de formar el suyo». Bajo tales circunstancias, cree que los partidos medianos y los ortodoxos se unirán a la coalición bajo el liderazgo de la Unión Sionista.

Lo primero que haría como Ministro de Finanzas
Una de las grandes injusticias que prevalece aún hoy en Israel se observa en la distribución del presupuesto nacional. Según Trajtenberg, nadie sabe decir cuánto dinero otorga el gobierno a los asentamientos que están fuera de los límites de 1967. Se trata de dinero que está «escondido» tras muchas rúbricas presupuestarias. Lo primero que Trajtenberg pretende hacer en caso de liderar el Ministerio de Finanzas, es revisar el presupuesto nacional y esclarecer cuánto y qué va adónde. Según él, el presupuesto debe repartirse de acuerdo a parámetros universales y transparentes: demografía, necesidades, etc. Sin embargo, esto no ocurre hoy, no sólo con respecto al dinero destinado a los asentamientos, sino que también con el presupuesto destinado a distintos sectores sociales. Por ejemplo, el sector religioso nacional recibe un 50% más que otros sectores del presupuesto en el área educación. Esta es una discriminación institucionalizada, basada en viejos acuerdos de coalición.
Lo que ha ocurrido en Israel es que a nivel macroeconómico las cifras han mejorado y la situación financiera en general está saneada, pero a nivel micro, el sueldo no se ha incrementado al ritmo que aumentó el costo de vida, y se observan sectores empobrecidos y alejados de la posibilidad de progreso.
“El crecimiento debe darse no sólo en el campo del Hi Tech, sino en todos los campos industriales y de servicios –argumenta Trajtenberg-. El proyecto económico de la Unión Sionista consiste en dos grandes pilares: el primero es ocuparse de problemas más serios que implican hoy en día al individuo: el costo de vida, la vivienda, la educación, el sistema de salud y la pobreza. No de manera indirecta a través de la macroeconomía, sino de modo directo impulsando medidas con efectos reales para la ciudadanía en general. El segundo pilar es lograr el crecimiento equilibrado: la capacitación tecnológica y profesional, haciendo foco en la forma en que el país y su economía distribuyen el crecimiento”, destaca.

Sionismo, socialismo y folklore argentino
Como quien creció en un movimiento juvenil sionista socialista, pero también en el folklore argentino con contenido social, resumió Trajtenberg este encuentro con parte de la comunidad latina en Israel recitando unos versos de las Coplas del Payador Perseguido. Habiendo aclarado las bases de la plataforma política del partido Unión Sionista y respondiendo las preguntas del público, Trajtenberg dejó latiendo en mi otras grandes cuestiones para las cuales la respuestas están mucho menos claras: ¿Por qué los candidatos de la Unión Sionista expresan solamente en marcos íntimos, ideas que en el discurso político israelí son consideradas de izquierda? ¿Por qué es que el partido se abstiene de sostener la bandera de la izquierda en voz alta? ¿Por qué fuera de Trajtenberg nadie se ha expresado con claridad con respecto al conflicto israelí-palestino? Pero más que nada, ¿por qué hasta hoy, y después de haber narrado un discurso tan bonito como el que hizo sobre la necesidad de cambiar a Netanyahu, ni Trajtenberg ni ningún otro candidato de la Unión Sionista ha declarado que ellos no se unirán con Netanyahu bajo ninguna coalición? ¿Será que la lección de cómo los británicos entendieron que deberían cambiar a Churchill, no ha sido bien entendida por los actuales candidatos de la Unión Sionista? Así como el Payador Perseguido, “peco de atrevimiento”… “Estas cosas que yo pienso / no salen por ocurrencia. / Para formar mi esperencia / yo masco antes de tragar”.

* La autora es argentina, formada en Políticas y Gobierno y Medio Oriente por la Universidad Ben-Gurion; y en Políticas Públicas en la Universidad de Tel-Aviv.