Nueva conmoción política por la Causa AMIA

Murió Nisman

Murió Nisman. Apareció muerto. Se suicidó. Lo invitaron a suicidarse. Lo suicidaron. Lo mataron. Sea como fuere, ya no expondrá en el Congreso. Quedan las preguntas. Los anti K, ahora más convencidos de la denuncia de Nisman, acusan directa o indirectamente al gobierno por su muerte. Los K refuerzan la versión de los servicios y su inducción al suicidio, cuando no al suicidio en forma completa.
Por Jonathan Karszenbaum *

¿Qué hizo Nisman por la Causa AMIA? Básicamente acusar a los funcionarios iraníes. No mucho más, ni mucho menos.
¿Qué hizo Nisman la semana pasada? Denunciar la intención del gobierno de canjear la acusación contra los iraníes por una normalización de las relaciones con Irán. Para algunos, fue vender a los muertos a cambio de negocios y/o petróleo. Para otros fue un pedido de Estados Unidos para poder avanzar en las negociaciones nucleares con los ayatolas.
¿Qué iba a presentar Nisman en el Congreso? Que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner le ordenó al canciller Héctor Timerman negociar mediante una llamada “diplomacia paralela” el descongelamiento de las relaciones con el régimen teocrático persa y que en ella intervinieron Luis D´Elía, Fernando Esteche (líder de Quebracho) y el diputado camporista Andrés ‘El Cuervo’ Larroque. El resultado, según el fiscal, fue el Memorándum de Entendimiento que Argentina ratificó mediante una ley del Congreso Nacional.
Poco se sabe del contenido de las escuchas y la documentación que iba a presentar Nisman en la convocatoria que le hicieron desde el Congreso luego de que la jueza María Servini de Cubría, a cargo durante la feria judicial del juzgado de Ariel Lijo, donde se tramitan irregularidades ocurridas en la causa AMIA, decidió posponer el trámite de la denuncia del fiscal contra CFK, Timerman, D’Elía, Esteche y Larroque.
El oficialismo le criticaba su legitimidad e incluso legalidad y por ello pedía un debate a puertas abiertas. La oposición daba crédito a su hipótesis y quería un debate a puertas cerradas para que pudiera hablar de información sensible. El impacto de su muerte tiene que ver con la enorme expectativa por la visita que no fue.
¿Qué va a pasar ahora? Nada bueno. Los medios opositores atacarán al gobierno y marcarán las dudas sobre su muerte. Ya lo han denominado la víctima ’86’ de la AMIA. Los medios oficialistas disimularán y minimizarán la cuestión. Abonarán la teoría del suicidio y de que su causa no tiene sustento y fue impulsada por el agente Antonio Stiuso, histórico mandamás de la ex SIDE, desplazado hace poco tiempo de la Secretaría de Inteligencia.
¿Qué va a pasar con la Causa AMIA? Nada. Nada de nada. No sabremos nada. Nunca se investigó la pista siria. Nunca se interrogarán a los funcionarios iraníes. Ni hablar de la conexión local. No se avanza en la citada causa de encubrimiento (a cargo del juez Lijo). Desde hace unos años se viene haciendo cada vez más evidente que no habrá justicia en este caso, con todo lo que ello implica.
¿Qué va a pasar con la acusación de Nisman? Difícil saberlo. El gobierno va a tratar de desprestigiarla. La oposición, en pleno año electoral, intentará sacar el mayor jugo a la cuestión. La utilización de la causa por parte de la política partidaria es espantosa.
Ojalá se tome el tema con prudencia. No hay indicios que generen grandes expectativas al respecto.
Por ahora, pocos dedicaron una frase de condolencias a la familia, eso dice mucho.
Lo más duro de todo, es que no habrá justicia por la AMIA. Y esa sensación se hace carne cada vez más.
El 2015 comenzó con noticias más propias de la ficción. Pero no, son la realidad.

* El autor es Licenciado en Ciencia Política.