La conferencia, bajo el título “Promoviendo la paz en tiempos difíciles”, fue organizada por el Centro Willy Brandt, cuya sede está situada en el distrito Abu Tor de la ciudad de Jerusalén. La hermosa casa, que cuenta con aulas y salas de reunión, así como con una importante biblioteca, tiene como misión fomentar el encuentro y la cultura de la paz en la región. Por ello, no casualmente está ubicada sobre la línea verde que demarca la parte oriental de la ciudad, reivindicada por los palestinos como capital de un futuro Estado.
Raed Debiy, referente de la juventud de Al Fatah, la organización que lidera el presidente de la Autoridad Nacional Palestina Mahmud Abbas, y NimrodBarnea, referente de la juventud de Meretz, fueron los oradores centrales del evento cuya concurrencia fue, sin lugar a dudas, una de las más nutridas del Festival y contó también con la presencia de Felipe Jeldres, presidente de la Unión Internacional de Jóvenes Socialistas (IUSY, por sus cifras en ingles).
Los párrafos que siguen dan cuenta de algunos de los argumentos en torno a los desafíos actuales de una vieja consigna de dos Estados para dos pueblos. Las voces que recojo aquí no vienen de la academia ni de la corrección política de los organismos internacionales, vienen de una tierra teñida de rojo, humedecida por las lágrimas y se expresan con el apuro de una generación de socialistas conscientes de la necesidad de poner fin a la ocupación como punto de partida para cualquier entendimiento.
“Mientras hablamos hay personas muriendo”, subrayó Raed al iniciar su alocución. Y continuó apuntando que “si para el gobierno de Israel el objetivo es la seguridad, ésta no será alcanzada hasta que cese la ocupación”.
“Han transcurrido más de veinte años desde los Acuerdos de Oslo: ¿cuántas mesas de negociación más serán necesarias?”, interrogó la delegación de Al Fataha a la concurrencia. “La intervención de la comunidad internacional es necesaria, especialmente para reconocer a Palestina como Estado y exigir al gobierno de Israel el cumplimiento de las leyes, pero no podemos aceptar que nos pidan esperar, aguardar por la muerte, eso no es justo. Exigir diálogo sin más es conceder impunidad al gobierno de Israel. En este sentido, no aceptaremos más declaraciones que no condenen explícitamente la ocupación. Nuestra voluntad es vivir en libertad y en paz” (NdeR: el orden de las palabras no es aleatorio).
Sin embargo, la acción de Hamas y el importante apoyo con el que cuenta entre la población palestina ponen interrogantes sobre la viabilidad de la paz. Ante reiteradas preguntas de los asistentes a Raed en cuanto a la posición de Al Fatah sobre Hamas, las respuestas tendieron a ser evasivas. Raed, a diferencia de Nimrod, insistió especialmente en la unidad del pueblo palestino. “El extremismo y el uso de la violencia son el desenlace natural de vivir en una prisión. Estamos en contra de la violencia hacia civiles. Pero Hamas gana popularidad es a causa de la agresividad israelí. Arrasar con viviendas, escuelas y hospitales para reconstruir Gaza una vez más no sirve, lo que falta es una solución política”.
“El país ocupante es el responsable de las reacciones que genera”
Raed se resistió a condenar a Hamas como lo hace el gobierno de Israel, que lo señala como el principal obstáculo para las negociaciones de paz. “Hamas se fundó en 1987 pero no estuvo en el gobierno hasta 2007. La ocupación es previa a su constitución y persiste hasta hoy, sin importar el lugar que ocupe Hamas. Además, es el país ocupante el responsable de las reacciones que genera”.
Por su parte, Nimrod sí hizo una diferenciación hacia dentro de la sociedad israelí y se manifestó en contra del gobierno de Benjamín Netanyahu y de los valores que representa. “Ésta no es una guerra entre dos pueblos, entre israelíes y palestinos, es una guerra entre dos fuerzas gobernantes fanáticas. Los organismos internacionales se han mostrado carentes de habilidad para intervenir en el conflicto. Es necesario convocar e involucrar a más jóvenes, movilizarnos en torno al cese de la ocupación y por el diálogo”.
“Los palestinos hemos abierto el diálogo desde los Acuerdos de Oslo hasta aquí pero: ¿qué es lo que hemos recibido?”, se preguntó luego Raed ante el auditorio. Seguidamente, alertó sobre el aumento en el número de las colonias y el número de los prisioneros tomados por las fuerzas de seguridad de Israel en forma arbitraria. “Israel se jacta de ser la única democracia en Medio Oriente, sin embargo, castiga a los líderes palestinos que luchan por un Estado democrático”.
“Hamás es funcional a Netanyahu, y viceversa”
Nimrod coincidió en que la política del actual gobierno de Israel no hace más que crear enemistad y desconfianza entre los pobladores de la Franja de Gaza pero invitó asimismo a ampliar el cuadro. La política de Nethanyau es funcional a Hamas, y viceversa. “Han caído más de cuatro mil cuatrocientos misiles en territorio israelí, miles de personas han sido evacuadas de sus hogares en el sur del país y la existencia de los túneles son prueba de la acción terrorista de Hamas. ¿Cómo son costeados estos túneles? ¿Por qué no se destina ese dinero en infraestructura, en escuelas, en hospitales?”.
Y en el mismo modo que cuestionó a Hamas, criticó al gobierno de Nethanyau, que privilegia los aumentos del presupuesto militar en vez de invertir en la agenda social pendiente en Israel.
Al referirse al rol de Meretz en la política israelí, Nimrod señaló que forma parte del único partido político cuya plataforma está abiertamente en contra de las colonias y de la política de ocupación. “Hemos ido presos por reunirnos con líderes de Al Fatah, pero estamos claramente por la vida. Creemos que la violencia es un camino errado”.
Por último, el representante de Al Fatah pidió apoyo para el movimiento internacional BDS (boicot, desinversión, sanción) contra Israel comparando el apartheid sudafricano con la realidad palestina. “Venimos aquí dejando nuestro país mientras nuestras familias están siendo atacadas porque creemos en ustedes. Como fuerzas progresistas tenemos una obligación, expresarnos claro en contra de la ocupación. El día que haya un gobierno israelí dispuesto a la paz encontrarán fuertes pares en Palestina. Pero no es ese el contexto actual”.
Nimrod, en cambio, criticó la estrategia del boicot puesto que “esa clase de iniciativas sólo fortalecen las derechas, no es una herramienta útil”. Pero sí puso énfasis en la “necesidad de evacuar las colonias y excluir a la extrema derecha del escenario político”.
Ambos jóvenes líderes finalmente coincidieron en que la solución de dos Estados para dos pueblos debía ser el camino a retomar. Ambos recalcaron que es en la dimensión política donde se podrán saldar los diferendos. El cese al fuego no puede ser esta vez una invitación al ostracismo, a dejarnos llevar por la sensación de que la tormenta ha pasado. Es ahora cuando los activistas por la paz, en ambas orillas, deben estar más unidos, alejados de los cantos del nacionalismo y con consignas claras; deben ser persuasivos hacia las audiencias y estar dispuestos más que nunca a encontrarse en ese tercer valor –a veces menospreciado – que nos legara la Revolución Francesa: la fraternidad.
* Lic. en Ciencia Política (UBA). Activista de la Juventud Socialista de Argentina.